El Plan Farías o cómo cambiar para que todo siga igual

Einstein, veía en las crisis un desafío, y nos convocaba a trabajar con vehemencia para superarla: "Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones". Es así, que después de leer al camarada Jesús Farías, sus "Ideas para el debate económico", leer y escuchar las propuestas de Pascualina Curcio, Juan Valdez, Tony Boza, Feijoo Colomine, Juan Gavazut, Carlos Lazo, José Gregorio Piña, Luis Salas, Rodrigo Cabezas, entre otros; bien podemos concluir, que ha entrado una brisa fresca como expresión y concresión de un nuevo pensamiento económico, auténticamente venezolano. Pedimos disculpas, si dejamos por fuera a algún camarada que se ha manifestado con propuestas e ideas relevantes, en esta parte de gestación y parto de este Nuevo Pensamiento Económico. Ha transcurrido mucho tiempo, desde aquellos destacados economistas que marcaron nuestra historia. Destacándose los casos de José Antonio Mayobre, D.F. Maza Zavala, Héctor Silva Michelena y Asdrúbal Baptista. A nuestro modo de ver las cosas, éste, constituye el principal aporte que nos deja la crisis terminal del modelo de Capitalismo Rentístico, como lo definió alguna vez, el Dr. Asdrúbal Baptista: "En suma, la estructura de la economía venezolana contiene un rasgo muy singular, a saber: que su ingreso nacional es significativamente mayor que el producto nacional neto de depreciación, esto es, que el producto del que se han deducido ya las transferencias netas con cargo a la propiedad de no residentes (gráfico 6). Tal diferencia, que en promedio monta a un 20 por ciento para todo el período de observación (1936-2002), conforma una peculiaridad histórica merecedora de toda la atención. Tal peculiaridad justifica con creces que, a dicha estructura se le dé un nombre propio: capitalismo rentístico" (El Capitalismo Rentístico, Cuadernos del Cendes, Año 22, N° 66, 2005, A. Baptista). Siendo que, ya para entonces, año 2005, el Dr. Baptista nos alertaba, en esa misma obra: "El capitalismo rentístico es una estructura inviable, en el estricto sentido de que carece de mecanismos de auto regulación, valga decir, y en los términos convencionales de la teoría económica, carece de un equilibrio estable (v. Baptista, 1997, passim). Ello significa, además, su imposibilidad de autorreproducirse, y por lo tanto de garantizar un crecimiento sostenido de su actividad económica".

Ese modelo capitalista, pudo sobreponerse a sus crisis en la medida que las guerras -promovidas desde las élites del poder imperialista mundial- provocaron consecuentes alzas del precio petrolero. Hecho que, contradictoriamente, benefició al Estado-Nación: Venezuela. Hugo Chávez, con precios petroleros sobre los 100 dólares, pudo impulsar -con mucha fuerza- un nuevo modelo de distribución de la renta petrolera, sustentado en amplios proyectos sociales y procurando una reducción sustancial de la pobreza, mediante las Misiones Sociales o Socialistas; además, de la construcción de grandes obras de infraestructuras. Ello, pudo postergar en el tiempo, la crisis terminal del modelo de capitalismo rentístico pronosticada por A. Baptista, característico del Estado-Nación: Venezuela. Hecho, que se revierte, una vez que el imperialismo ejecuta una audaz política de fracking, en tiempos del presidente Obama, inundando el mercado de petróleo internacional e induciendo sus precios a la baja, con un fin político: golpear las economías de Rusia, Irán y Venezuela.

Tal política, se concreta a partir de 2015-2016, coincidente con el advenimiento a la presidencia del Hno. Nicolás Maduro. Con ello, el modelo característico de la economía venezolana entra en crisis terminal, como lo describe el sociólogo e investigador del CELARG, Emilio Terán Mantovani, en su obra: "La crisis del capitalismo rentístico y el neoliberalismo mutante (1983-2013)", citémosle: "La variable renta petrolera, es la variable fundamental que sobredetermina la realidad social, política y cultural de Venezuela, por lo tanto, las bases de los grandes desajustes actuales nacen de un proceso que se da desde mediados de los 70 y tiene su momento declarativo en el llamado "Viernes Negro" de 1983. A partir de este período, los pilares de la sociedad rentista comienzan a resquebrajarse, e iniciarnos en Venezuela un período de desequilibrios estructurales que, con grados de severidad variables, se mantiene hasta nuestros días. Los desequilibrios actuales son expresiones de una misma crisis estructural de nuestro modelo rentista, inserta a su vez, en una crisis civilizatoria global". Siendo ésta, la fase actual que ha heredado el Hno. Presidente Nicolás Maduro. De allí, la equivocación supina en la que caen, quienes acusan al Modelo Bolivariano de Distribución Democrática de la Renta Petrolera, puesto en práctica a partir de 2003 en adelante por la Revolución Bolivariana, tanto por Hugo Chávez y continuada por Nicolás Maduro, como los responsables de la crisis actual del viejo modelo de capitalismo rentístico, sustentado en la distribución –privilegiada- de la renta petrolera hacia los sectores de la burguesía.

Hugo Chávez, pudo posponer la crisis en medio de una embestida brutal y criminal, puesta en marcha por el imperialismo y sus agentes político-económicos locales, quienes en abril de 2002 logran concretar sus planes contrarrevolucionarios, mediante un sangriento golpe de Estado que inserta en la primera magistratura de la República, al presidente de la patronal venezolana: Fedecámaras; quien, en alianza con la principal central sindical de la derecha (CTV), la iglesia católica y los principales medios de comunicación privados (Venevisión, Rctv y Globovisión), siendo desalojados del poder institucional en las 47 horas posteriores al golpe, por la movilización popular y el decidido apoyo de oficiales militares y la mayoría de la soldadesca, en unión Cívico-Militar. Chávez, al ser devuelto a sus funciones como Presidente de la República perdona a los complotados y se inicia así, una segunda fase conspirativa, que se concreta a finales de ese mismo año en el Paro-Sabotaje Petrolero. El nuevo complot imperialista, adquiere nuevas proporciones y nuevos escenarios. La economía, se constituye en el epicentro de los ataques imperialistas. Concentrada en una descomunal fuga de divisas, con el objetivo claro de barrer con las Reservas Internacionales de la República con el fin de: "…dejar al Estado venezolano, al punto de que no pudiera cumplir compromisos financieros y comerciales en el ámbito internacional, y en el ámbito nacional, que la población venezolana se viera imposibilitada de satisfacer sus necesidades básicas, y así debilitar la base popular del gobierno, provocando un desespero de la población" (Control de cambio: ¿eliminar o ajustar?, 15 y Último, Juan Carlos Valdez).

En muy poco, han cambiado las intenciones -desde entonces- del imperialismo, como puede apreciarse. El 2 de diciembre de 2002, las Reservas Internacionales se ubicaban en US$ 12.447 millones, cayendo a US$ 11.873 millones al 31 de diciembre. El país, sufrió una pérdida de reservas en el orden de los US$ 574 millones, equivalentes a un promedio de US$ 28,7 millones diarios. La situación se agudizó en enero, cuando en los últimos trece días hábiles, las reservas cayeron US$ 771 millones más, promediando una pérdida de reservas de casi US$ 60 millones diarios. El propio Chávez, se quejaba señalando: "yo recuerdo, era un verdadero desangramiento lo que aquí ocurría, 2002-2003, por una parte entraban los recursos del petróleo y las exportaciones y en la noche ya se habían ido. En la mañana, yo preguntaba: cuánto depositó Pdvsa en el Fisco? Bueno, que si 400 millones de dólares. En la tarde, ¿Cuánto queda? No, ya se llevaron 399 millones, queda un millón. ¡No se podía!" (Alocución del Presidente Hugo Chávez, en Miraflores, Publicado el 14 de oct. 2008). (https://www.youtube.com/watch?v=DSXlqc-TdcM). En esa misma alocución, Hugo Chávez, manifiesta cuánto le costó convencer a los directivos del BCV y los miembros de su Gabinete, sobre la necesaria implantación en el cuerpo de la economía nacional del Control Cambiario: "Cómo costó la decisión del control de cambios, recuerdo que la primera reunión que hicimos el único que estaba de acuerdo era yo, ni los ministros míos estaban de acuerdo. El Banco Central, mucho menos. Hasta, que después de yo no sé cuántos debates, discusiones y peleas, de madrugada, aquí, en este caserón, centenario ya, por fin acordamos el control de cambios". Una vez que el Comandante Chávez, logra convencer a su equipo de Gobierno y la directiva del BCV, expresa su satisfacción por las bondades que dicha medida trajo para la golpeada economía de la República: "De inmediato, comenzaron a recuperarse las reservas internacionales. ¡Se acabó la hemorragia, pues! Así de sencillito. Ya las reservas iban, por allá por abril de 2003, llegaron a 11 mil millones de dólares. Se estaba secando el país, íbamos rumbo al colapso económico. ¡El golpe económico! ¡El golpe petrolero! ¡La fuga de capitales! Todo, era el plan del imperio y la oligarquía y los vende patria. Ahora tenemos unas reservas que, proporcionalmente con el tamaño de nuestra economía, son de las más grandes del mundo y además hemos creado el fondo de desarrollo nacional con las reservas excedentarias, lo cual nos ha permitido no solo liberarnos del fondo monetario internacional, del banco mundial, sino contribuir con otros países hermanos para que se liberen del fondo monetario y el banco mundial". Desde el mismo momento que Chávez da el ejecútese al Control de Cambios, la burguesía arremetió contra dicho instrumento de regulación del mercado cambiario en el país. Acusaba Chávez, entonces: "Alguien se le ocurrió, abrir un boquete. Compras por internet, a quién se le ocurrió eso? Bueno, hicieron una Resolución por allá, el Banco Central, casi siempre cediendo a presiones. ¡No podemos ceder a ninguna presión de ninguna oligarquía, de nadie! ¡Aquí manda el pueblo, carajo! ¡No manda la oligarquía!". (Alocución del Presidente Hugo Chávez, en Miraflores, Publicado el 14 oct. 2008) (https://www.youtube.com/watch?v=DSXlqc-TdcM).

Chávez comprendió, en base a su experiencia en el manejo de la Hacienda Pública Nacional, que el Control de Cambios no era una simple herramienta para afrontar una crisis cambiaria o fuga de capitales, una medida excepcional. Todo lo contrario, que el Control Cambiario y el Control de Precios, son medidas siamesas, intrínsecas al modelo de acumulación capitalista rentístico. Desde 1960, los venezolanos y venezolanas tenemos conocimiento de la instrumentación de controles cambiarios, gobernaba entonces, Rómulo Betancourt. Lo cual, no debe dejarnos de obviar, que la libertad cambiaria en el sentido estricto del término, nunca ha sido la norma de nuestra economía, sino más bien, la excepción. En todo el período previo a 1960, el BCV regulaba el diferencial cambiario mediante los llamados Convenios, en los que las empresas petroleras trasnacionales, por no decir, el gobierno de los EEUU, jugaba un rol estelar. Es así, que una constante en el discurso del Comandante Chávez a partir de la implantación del Control de Cambios, fuera: "…que van a eliminar el control de cambios, que eso va ser en el año, no sé qué más, ahh, ese es el plan de la burguesía y del imperialismo, porque es muy fácil pal imperialismo que vengan los dólares, se llevan el petróleo, llegan los dólares y al otro día se los vuelven a llevar a cuentas en el exterior. La burguesía, eh, con libertad de cambio. Ellos son los que tienen el dinero, se llevan los dólares y después empiezan a jugar a la devaluación, fíjate, recuerdas que una vez hasta bombas pusieron para jugar a la devaluación, estaba yo preso. Recuerdo eso, colocaron una bomba en el CCCT. A un señor, le volaron una mano, y era todo un plan de la burguesía para qué? Para generar desestabilización y devaluación de la moneda. Para ellos traer los dólares y cobrar más bolívares. Es un ciclo perverso. Esa es la burguesía. No volverán a gobernar este país, pero que más nunca y allí está el pueblo, como una muralla, cada día más sólido" (Hugo Chávez, Publicado el 27 mar. 2012) (https://www.youtube.com/watch?v=0QvWQ5168MM)

Recordaba Chávez, aquel célebre caso ocurrido en 1993, iniciado con una serie de atentados con sobres bombas contra la Corte Suprema de Justicia, carros bombas que explotaron en el Centro Ciudad Comercial Tamanaco o CCCT, que provocó tres heridos, que causaron conmoción en la población caraqueña y provocaron bajas en la Bolsa de Caracas y en los mercados internacionales, induciendo a la baja los precios de los bonos de deuda pública del Estado venezolano (http://recuentodehechos.blogspot.com/2015/06/bombas-por-negocio-en-1993.html). Las investigaciones de entonces, condujeron a actores provenientes de los círculos de la burguesía financiera coaligados con agentes policiales, en procura de objetivos económicos: hacer caer, los precios de las acciones de los locales del CCCT, para posteriormente adquirirlos a precios de remate. Vaya juego, en los que se entretienen los niños ricos del Country Club, con bombitas y no precisamente de agua.

Los controles soberanos y, en especial, cambiarios y de precios, son instrumentos de política económica que la burguesía y el imperialismo, consideran inadmisibles en sus aspiraciones de control pleno de la economía de un país bajo su pretendido dominio. A comienzos de este año, 24-01-2018, declaraba el diputado oposicionista José Guerra, en su cuenta tuiter: "El problema no es el Dicom. Lo esencial es eliminar el control de cambios y a partir de allí comenzar a reconstruir la economía. Si no se quita el control de cambio seguirá reinando Dólar Today, la brecha cambiaria se ampliará y persistirá la hiperinflación…" Esa, ha sido una idea fija en todos los ataques que ha desatado el imperialismo y sus agentes político-económicos contra la Soberanía Nacional en materia económica. De hecho, Dólar Today es una creación de la CIA para desbaratar el Control de Cambios y perforar el Control de Precios. Una vez, destruidos ambos instrumentos de defensa de la economía nacional, procurar mediante el descontento de la población, a través de la pulverización de sus ingresos, la desestabilización y la protesta popular que den al traste con el Gobierno Revolucionario. No les ha dado resultados, tal pretendida tentativa. Han chocado, contra un muro de resistencia y dignidad como ningún pueblo antes, sometido a tal estrategia de desestabilización. Ahora, dicha pretensión ha filtrado aguas adentro del propio proceso revolucionario.

"La guerra es un acto de violencia que intenta obligar al enemigo a someterse a nuestra voluntad", sentencia de Carl von Clausewitz, que bien pudiera llevarnos a concluir que, al no poder derrotar al enemigo, ciertos camaradas ahora asumen sus banderas. El Plan Farías, expuesto por el camarada Jesús Farías, toma como premisa que: "El tema cambiario es el aspecto medular de la actual crisis y, en especial, de la hiperinflación" (Ideas para el debate económico, Aporrea, 10-07-2018, Jesús Farías) (https://www.aporrea.org/economia/a266144.html). A igual conclusión, llega la camarada Pascualina Curcio, citémosla: "La causa de la escalada de precios desde el 2013 (no la única, pero sin duda la determinante) es la manipulación del tipo de cambio en los mercados ilegales" (¿Qué hacer?, Aporrea, 06-05-2018, P. Curcio). No obstante, tal coincidencia no conduce a propuestas de solución iguales. Así, mientras que Jesús Farías considera que la respuesta adecuada sería: "liberar la tasa de cambio en función de desplazar el dólar "negro", en fin, levantar el control cambiario. Pascualina Curcio, considera en sentido contrario, que tal decisión: "…Equivale a entregar las armas. Es rendirse. Es perder la guerra. Es ceder la independencia y la soberanía", y propone en cambio: "Mantener el control cambiario. Evitar la fuga de divisas. Cerrar, de una vez por todas, las venas que aún siguen abiertas". Hugo Chávez, como se puede constatar en todas sus intervenciones, a partir que pusiera en marcha el Control de Cambios, estuvo comprometido en su vigencia plena, siendo su palabra clave: "el control de cambios llegó para quedarse, así que olvídense". (https://www.youtube.com/watch?v=0QvWQ5168MM)

¿Qué pasaría si se levantara el Control de Cambios?

Para fortuna de la Revolución Bolivariana, existen experiencias previas que nos permiten extraer conclusiones determinantes a la hora de intentar asumir una decisión de tal calibre para la continuidad o no de nuestra Revolución. Lo primero a observar, tiene que ver con que el Comandante Chávez, sacó conclusiones determinantes de las guerras de invasión imperialista contra Irak y Libia. En ambas guerras, un paso previo a la concresión de la invasión imperialista tuvo que ver que tanto Hussein como Gadafi, accedieron a complacer la aspiración del imperialismo para auto desarmarse. Ambos gobernantes, creyeron –ingenuamente- que accediendo a dicha solicitud, el imperialismo les perdonaría y no procedería con sus planes de invasión y exterminio. Craso error, en lo político. La derecha internacional, no busca mejorar la economía venezolana, sino que su objetivo es derrocar la Revolución Bolivariana, y quienes crean –ingenuamente- que se detendrán en su plan de ataque a la economía, mediante la devaluación constante del signo monetario, bien equivocados están pues hasta que no caiga Maduro e instalen uno de los suyos en Miraflores, no se detendrán. Poco les importa, si el pueblo sufre o no. El fin, les justifica sus criminales medios. De esas experiencias, nefastas para los pueblos de Irak y Libia, el Comandante Chávez concluyó en la necesidad de fortalecer la defensa antiaérea del país, blindar nuestros cielos, y siguiendo al Che: "no confiar nunca en el imperialismo. ¡Ni un tantico así!".

Pero, supongamos que al Hno. Presidente Maduro logran convencerlo sus asesores de levantar el Control Cambiario. ¿Qué creen, ocurriría? Un espejo, análogo a nuestro caso, es la reciente experiencia del gobierno derechista de Mauricio Macri en la Argentina, regido por las directrices del FMI. Macri, apenas llegó al gobierno, procedió a levantar todos los controles que mantuvo, en ejercicio pleno de soberanía económica, el gobierno de Cristina de Kirchner. La realidad es, que apenas se levantó el cepo cambiario, como le llaman los argentinos al control cambiario, se desató un proceso inflacionario que encareció todos los precios en Argentina hasta niveles nunca visto antes. La inflación acecha, y en dólares. Con efectos, en los niveles de aprobación para Cristina y desaprobación y caída brusca de la aprobación a Macri y sus probables sucesores. El diario derechista: The Wall Street Journal, en su edición del 11 de febrero de 2018, en artículo suscrito por Mary Anastasia O ‘Grady, titulaba: "La inflación acecha a Macri en Argentina". O’ Grady, en su artículo se limita a hacer un llamado desesperado a Macri para que actúe, señalándole: "Los argentinos describen su país como "normal" de nuevo. Sin embargo, para tener éxito, el Sr. Macri también debe cumplir su promesa de eliminar la inflación y restablecer el crecimiento económico. En este punto, se está quedando atrás y corre el riesgo de quedarse sin tiempo". Desconocemos a cuáles argentinos se referirá O ‘Grady, que señalan la situación como "normal", pues lo real y verdadero es que ese pueblo no ha cesado de resistir en las calles, movilizado contra las políticas de genocidio social que le ha impuesto Macri a punta de palos y gases, de la mano del FMI. Y, en lo que respecta a la inflación, contrario a la creencia de Farías y cía., la inflación no ha cesado de crecer y crecer en simultáneo a la protesta popular y el apoyo a la probable candidatura de Cristina de Kirchner. Argentina, de hecho, constituye el más elemental desmentido al fake news, levantado como paradigma de política económica y concretada en propuesta económica, en el Plan Farías. El cual parte de la falsa premisa, que si se levanta el Control de Cambios, la hiperinflación inducida por el imperialismo y sus agentes político-económicos en Venezuela, declinará y cesará la guerra de precios especulativos. Tal premisa, no ha ocurrido en Argentina. País, que no está sometido a una guerra económica y cuenta con el apoyo pleno de los agentes económicos locales, quienes comparten responsabilidades de gobierno con su presidente Mauricio Macri.

Mal pudiera pensarse, ingenuamente, que levantando el control cambiario, la guerra imperialista contra la economía venezolana cesará. Como pudiera intuirse del mensaje imperialista, enviado con las ejecuciones de Sadam Husseim y Muamar Gadafi, que hasta que no vieron sus cadáveres expuestos al resto del mundo como un vulgar espectáculo televisivo, no cesaron en su agresión a dichos pueblos. Hasta lograr, el exterminio de quienes simpatizaban con esos líderes, su cultura y ancestrales costumbres. Tal es, la actitud perenne de los imperios, cuando se sienten vencedores en una guerra. El patriota venezolano, José Félix Ribas, una vez derrotado por las huestes imperiales españolas, el justicia mayor de Tucupido, Lorenzo Figueroa, ordena su muerte el 31 de enero de 1851. Vejado, es trasladado a la Plaza Mayor donde es fusilado y su cuerpo desmembrado. Su cabeza, frita en aceite, es enviada a Caracas cubierta con el gorro frigio que solía usar para ser expuesta en la Puerta de Caracas en una jaula, como señal inequívoca de lo que ocurrirá a quien osare seguir sus pasos libertarios. A sabiendas de lo que le ocurriría, si fuera derrotado en batalla por las fuerzas imperiales, arenga sus tropas con su extraordinaria proclama, dirigida a los jóvenes estudiantes y seminaristas que le acompañaron en la batalla de La Victoria del 12 de febrero de 1814: "No podemos optar entre vencer o morir, necesario es vencer".

¿Qué hacer?

Relanzar el Control Cambiario y el Control de Precios, haciéndolos tan invulnerables como nuestros cielos. Aplicación estricta de las leyes de la República, en especial, aquellas relacionadas con la economía. Una poderosa reforma impositiva que cierre el enorme boquete abierto a la Ley de ISLR, expresado en una descomunal evasión Fiscal. Crear una poderosa Ley Contra las Ganancias Especulativas y otra, Ley Anti Monopolios, que permitan al Estado venezolano garantizar mediante la estatización o a lo sumo, asociaciones mixtas con mayoría (51 por ciento) accionaria a favor del Estado venezolano, de todas las empresas existentes en territorio nacional, dedicadas a producir los rubros contenidos en la Canasta Básica Alimentaria. Único mecanismo posible de garantizar y poder dar cumplimiento, al mandato constitucional de garantizar la Soberanía Alimentaria del pueblo venezolano. Con Chávez, por delante: "Hay que mantener el ímpetu de las grandes decisiones, con coraje y con sabiduría, y con capacidad política luego, para hacerlas cumplir y siempre hay que estar revisando esas decisiones, el control de cambios por ejemplo, el año pasado yo dije: cómo es posible que estemos dando mayor cantidad de dólares para los viajeros que para comprar alimentos? Alguien se le ocurrió, abrir un boquete. Compras por internet, a quién se le ocurrió eso, bueno hicieron una Resolución por allá, el Banco Central, casi siempre cediendo a presiones. ¡No podemos ceder a ninguna presión de ninguna oligarquía, de nadie! Aquí manda el pueblo, carajo. No manda la oligarquía". (Alocución del Presidente Hugo Chávez, en Miraflores, 14 oct. 2008) (https://www.youtube.com/watch?v=DSXlqc-TdcM)…

Caracas, 15-07-2018



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Henry Escalante


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