Este 15 de Septiembre del 2025 viene cargado de anhelos, recuerdos, esperanzas e impulsos, especialmente en Canarias. En el 15 de septiembre del pasado año 1968 unas cien personas nos habíamos reunido en asamblea en la Cala de Martorell de Sardina, en la zona conocida como Barranco de Juan Delgado. El encuentro lo habíamos organizado el Partido Comunista y el reciente sindicato clandestino de Comisiones Obreras. La idea era organizar una manifestación para el lunes siguiente, exigiendo que se pagara a los obreros de una empresa de trabajos asfálticos, SATRA, que había dejado de pagar a sus asalariados. En la reunion nos encontrabamos obreros, aparceros, familiares y militantes del PCE.

ATMÓSFERA A NIVEL MUNDIAL DE AQUEL AÑO 68

Ls reunión de Sardina del norte en Galdar tenía lugar en una atmosfera mundial que la Dictadura fascista de Franco no podía ahogar a pesar de la censura de toda información. Era el año 1968. Era un año se llamó "el año que cambió el mundo": el año 1968.

Hubo entonces un juvenil y grandioso movimiento a nivel internacional que sacudió profundamente los regímenes de decenas de países en todas partes el mundo.

Han pasado más de 50 años de aquel juvenil y grandioso movimiento. Hoy a unos 57 años de distancia temporal y política, tengo que constatar que sí: han cambiado muchas cosas y ha cambiado el mundo. Pero no todo ha cambiado hacia la justicia y el progreso social. Todos esos cambios no son siempre de izquierdas ni de progreso. El panorama actual es complejo y contradictotrio, yendo desde un imperialista Donald Trump hasta la formación de un nuevo bloque de países opuesto a la OTAN y al Sistema puramente capitalista de la Unión Europea.

No es posible en el marco de este artículo abarcar el conjunto de los Movimientos sociales de 1968, también llamados Protestas de 1968, Revolución de 1968, o simplemente el 68, ya que eran una escalada mundial de conflictos sociales, especialmente caracterizada por rebeliones populares contra las corruptas oligarquías capitalistas, militares y burocráticas, minorías oligarquicas que no aceptaban la democracia y que respondieron con una brutal escalada de represión política.

Las nuevas generaciones, menores de 40 años, no vivieron aquellas acontecimientos ni pudieron tener noticias radiadas, televisivas o de Prensa, a no ser que un individual interés politico o cultural les haya empujado a la lectura y el conocimiento histórico, político o intelectual.

Dentro de los movimientos sociales del 1968 estaban países como Estados Unidos, con protestas contra la imperialista Guerra de Vietnam, como las que tuvieron lugar durante la Convención Nacioanl Demócrata de 1968, el Movimiento por los Derechos Civiles antiracista —que concluyó ese mismo año con el asesinato de dos líderes significativos: Martín Luther King Jr. y Robert Kennedy, Así mismo se originaría el Festival de Woodstock que tendría lugar en 1969. También en los países del Telón de Acero (dominados por la Unión Soviética) como la Primavera de Praga en Checoslovquia con su intento de Socialismo de rostro humano, que fue aplastado militarmente por las tropas soviéticas bajo la orden del presidente burocrático Brezhnief.

Protestas y movimiento social, cultural y político

Tales movimientos del 68 compartían de un modo imprecise e inconsciente un impulso. en la misma dimensión cultural o política, con gran presencia estudiantil y movimiento de asambleas espontáneas o impulsadas por grupos organizados, pero superando e incluso rompiendo los cauces de participación ciudadana fueran politicos, sindicales o religiosos. En esa marea social hizo aparición el llamado Eurocomunismo independiente de los soviéticos y asentado en la Europa Occidental ajena al control de la URSS.

(Foto ante el Mural conmemorativo en Sardina del Norte)

Hace 57 años, un 15 de septiembre, la tranquilidad de la localidad grancanaria de Sardina del Norte (Galdar) fue interrumpida por el sonido de disparos, gritos de justicia y la valiente resistencia de un numeroso grupo de hombres y mujeres, trabajadores, aparceros. Un enfrentamiento que, lejos de ser un mero episodio, puede considerarse un símbolo de la lucha contra la opresión fascista y la explotación capitalista.

Aquel año 1968 fue un año crucial para las luchas obreras y populares en Canarias. Y en su organización y desarrollo jugó un papel fundamental el Partido Comunista de Canarias.

En aquellos momentos, las teorías y el ejemplo de Vladimir Ilich Lenin, inspiraban a los comunistas españoles y a su Secretario General Santiago Carrillo. Según Lenin, la vanguardia debía orientar el movimiento obrero, crear una conciencia revolucionaria en las masas y liderar la lucha contra la burguesía y clases dominantes. Este modelo de organización y acción llevó al éxito de la Revolución soviético.

Los militantes del PCE canario no eramos muchos, pero superactivos. La Gran huelga portuaria de febrero, que paralizó por completo los Puertos de la Isla, fue iniciada por nosotros con unas reuniones clandestinas poco numerosas de obreros portuarios así como folletos de propaganda. Yo recuerdo haberlos elaborado con Luis el Portuario que era vecino mío en una calle paralela a la mía en el barrio de Guanartem. Luego la indignación por las jornadas agotadoras y los salarios insuficientes iniciaron una dinámica de organización propia que no controlabamos.

Aquel verano del 68 trajo consigo muchas luchas, pero también muchos despidos y represalias. Un reguero de reivindicaciones, de solidaridad y de esperanza comenzó a extenderse a lo largo y ancho de toda la isla de Gran Canaria.

El Comité Regional del Partido Comunista al que pertenecíamos Tony Gallardo, Jose Luis Gallado, Carlos Suárez, Luis el Portuario y yo, había tenido varias reuniones con los trabajadores de SATRA. Aunque yo no había estado en dichas reuniones, porque estaba en el frente cultural y era el Secretario y Director de la Prensa clandestina, Tony Gallardo, que era el Secretario General, me propuso para encabezar la manifestación reivindicativa que se quería preparar para el lunes siguiente al 15 de septiembre.

El encuentro asambleario de la playa Martorel era abierto, a la luz del día, nada clandestino o misterioso. Pretendía ser un acto organizativo de justicia, ya que la empresa SATRA había dejado sin pagar varios meses a obreros que vivían por aquellas zonas de Sardina de Norte (Galdar). Desde nuestro punto de vista e intenciones, tanto de Comisiones Obreras y del Partido Comunista de España, se trataba de realizar un acto de justicia. Y queríamos legalizar las luchas e intereses de un movimiento obrero independiente y separado de la obligatoria organización sindical franquista, el odiado Sindicato Vertical que sometía todo a los intereses patronales y perseguía las voces y actos reivindicativos de los trabajadores. Cabe recordar que en la Dictadura franquista era obligatorio el sindicarse juntos a obreros y empresarios, de manera que lo resultante nunca era a favor de los trabajadores. Y las jerarquías sindicales colocadas en la cuspide eran impuestas desde arriba, es decir, desde el Gobierno de Franco.

BAUTISMO DE FUEGO DE COMISIONES OBRERAS

Los Sucesos de Sardina del norte forman parte fundacional del Sindicato de Comisiones Obreras(CC.O) que entonces eramos, con pocas excepciones, los propios comunistas. El 15 de septiembre fue, pues, una especie de bautismo de fuego de Comisiones.

Esther Ortega Romero, secretaria general de la Unión Insular de Gran Canaria de CC.OO, ha tenido desde que asumió su cargo, especial cuidado en conmemorar los Sucesos de Sardina. Y durante varios años se han realizado unos actos conmemorativo en la misma Cala de Martorell donde tuvieron lugar aquellos dramáticos sucesos. Esther Ortega tendría unos 6 años cuando aquellos tiempos y los Sucesos y tanto más meritorio me resultan el que organice tales actos que quieren ser un homenaje y reconocimiento a los hombres y mujeres que entonces demostraron su valentía y su coraje, dando un ejemplo a las futuras generaciones sindicales y democráticas.

Yo participé en aquellos sucesos activamente y luego, como cronista desde nuestro periódico clandestino y como Corresponsal de Radio España Independiente también, anónima y clandestinamente. Y en estos momentos, a tantos años de distancia, me viene a la cabeza el esfuerzo que teníamos teníamos que hacer para multiplicarnos en diversas actividades en lo humanamente posible, ya que no éramos divinos. Hoy como ayer cualquiera que luche por un mundo mejor sabe por experiencia que pertenece a una minoría. En 1968, en plena dictadura clerical-fascista, también éramos pocos. Y el ser pocos nos obligaba a multiplicarnos.

Un 1968 combativo en Canarias

La lucha obrera en Canarias había cobrado fuerza a finales de los 60 y principios de los 70, aúnque estabamos en plena dictadura franquista. Un hito importante fue la huelga portuaria de febrero de 1968 que iniciamos unos pocos de CCOO, pero que encontró eco inmediato en la gran mayoría de los portuarios por las condiciones de extrema explotación. Su éxito dio nuevos ánimos y acrecentó la actividad revolucionaria antifascista y democrática.

Aquel 15 de septiembre de 1968, miembros del entonces clandestino Partido Comunista y las incipientes CCOO organizamos un asadero en la cala de Martorell, en el municipio de Gáldar. Hay que repetirlo: el objetivo era brindar apoyo a los trabajadores de la empresa SATRA y organizar las acciones que condujeran a la obtención de sus justas reivindicaciones. Ese día se elaboró un escrito con la intención de llevarlo al día siguiente al gobernador civil. Sin embargo, lo que se organizó como un encuentro pacífico terminó con dos personas heridas de bala y unos decenas de detenidos, entre ellos dirigentes del ilegal y perseguido ferozmente PCE en Canarias como los hermanos Tony y Jose Luis Gallardo, condenados a 8 de prisión..

Un chivatazo denunció nuestra pacífica reunión asamblearia y mientras hablabamos pacíficamente y sin ruidos, hizo su aparición la Guardia Civil, armados con escopetas y pistolas como si fuesen a enfrentarse a grupos guerrilleros armados.

El detonante dramático que pudo ser trágico lo provocó el fanfarrón Comandante de la Guardia Civil Díaz Otero que intentó violentamente sacar de las filas de los manifestantes a Jose Luis Gallardo y al impedírselo nosotros, yo y Jesús Redondo, pacífica pero enérgicamente, Díaz de Otero se asustó e histéricamente empezó a gritar: ¡Disparen, disparen! Afortunadamente los guardias civiles no dispararon evitando así una sangrienta carnicería, ya que las víctimas de los disparos éramos pacíficos sin armas, ni piedras ni palos, hombres, mujeres y niños. Furioso e histérico arrebató la pistola que otro guardia civil de paisano, vestido de negro, tenía en la mano. Y disparó en nuestra dirección. Providencialmente, las balas fueron al suelo y Jesús Redondo Abuin había cogido en brazos a una niña de 7 años que estaba delante de él, pues la bala del rebote le atravesó el muslo a la altura donde había estado la cabeza de la niña. Se trataba de una hija del lider sindical de CCOO Juan Quesada. El otro herido por los disparos fue Lorenzo Felipe. Y entre ambos heridos estaba yo. Lorenzo a mi derecha y Jesús a mi izquierda con la niña aupada en sus brazos.

Más tarde, en medio de la confusión pude yo escapar nadando y luego trepando por los verticales acantilados situados a la derecha de la Playa, cosa que si no la hubiese hecho yo mismo y alguien me la cuenta no me la hubiese creído. Y aún en el día de hoy no acabo de asombrarme de cómo me fue posible sin entrar en la explicación teológica del ángel de la Guardia (no Civil, claro).

La memoria histórica en activo

El 15 de septiembre del pasado año 2022 un representante del Ayuntamiento de Galdar dirigió a los presentes del acto conmemorativo delante del mural, unas palabras de solidaridad. Y luego la Secretaria de CCOO, Esther Ortega Romero, nos dio la palabra a los que habíamos participado en aquel 1968.

En dicha ocasión, en primer lugar habló José del Toro, referente de CCOO, explicando que fue condenado al igual que muchos de sus compañeros a cárcel por "rebelión militar" e "insulto a las fuerzas armadas", Pepe del Toro expuso amplia y detalladamente los sucesos. Luego tomó la palabra la hija de Juan Quesada que lógicamente, pasados ya 54 años, ya no era una niña. Después hablé yo y luego se cerró el acto con un almuerzo en una atmósfera cordial y de fraternal camaradería. Fue una ocasión plena de solidaridad y compañerismo. Pero hoy en este 2025 yo no podré asistir a ningún acto ya que estoy viviendo en Hamburgo, Alemania.

Para el historiador Sergio Millares, que escribió sobre los sucesos, se trata de un episodio que repercutió en la Transición a la Democracia.

Rafael González Morera, que también era miembro del PCE en aquellos tiempos, ha recordado en pasadas ocasiones que ese día le tocó cubrir como periodista para La Provincia un partido de la UD Las Palmas contra el Atlético de Madrid, que excepcionalmente se celebró en Tenerife por estar clausurado el Estadio Insular por una sanción. Estaba convocado al acto pero finalmente por su trabajo no pudo. No obstante, coincide en que ese día fue clave en la lucha contra la dictadura, una jornada que sin embargo pasó prácticamente desapercibida en la prensa de la época, debido a la censura y a las amenazas del Capitán General de Canarias que amenazaba con sanciones de jurisdicción militar.

Los actos conmemorativos han sido y son un vivo y activo ejemplo de la recuperación de la Memoria histórica y un gran acierto de la Secretaría de CCOO y del apoyo del Ayuntamiento local. Así se recuerda cómo se conquistó la democracia en España y se pone a disposición de las nuevas generaciones un ejemplo vivo y vivido de la fuerza de las convicciones democráticas por la libertad en forma no abstracta ni libresca, sino en carne, hueso y sangre.

La Libertad y la Democracia no caen del Cielo, ni son producto de las Coronas, ni en España ni en el resto del mundo, sino que son hijas de la voluntad y la lucha de los que aman la Libertad y se arriesgan por obtenerla y mantenerla.