Caracas, mayo 17 - Hace 98 años, un 17 de mayo de 1920, nació bajo el seno de una familia de escasos recursos, residenciada en El Guarataro (Caracas) el comunista, escritor, ensayista, poeta, periodista y humorista venezolano Aquiles Nazoa, quien a la corta edad de 12 años se vio obligado a trabajar para ayudar a su familia, consumando así su educación a partir del aprendizaje autodidacta.
Tras ejercer oficios como telefonista, aprendiz de carpintería, botones y empleado de una bodega, ingresó en 1935 al diario El Universal, donde se desempeñó como empaquetador, archivista y consecutivamente como tipógrafo y corrector de pruebas, aprendiendo de esta forma a leer inglés y francés, para luego, tres años después trabajar como guía en el Museo de Bellas Artes.
Fue corresponsal de El Universal en Puerto Cabello, y al publicar un artículo de crítica a la actuación de las autoridades municipales en la erradicación de la malaria, fue arrestado en 1940 por difamación e injuria. Luego de recuperar su libertad, siguió trabajando en el mencionado diario, y tiempo después trabajó en Últimas Noticias, colaboró en el semanario El Morrocoy Azul, El Nacional, entre otros medios.
Para 1961, el intelectual marxista apoyó las posiciones a favor de la Revolución Cubana, dictando dos conferencias en la Asociación Venezolana de Periodistas, tituladas Cuba, de Martí a Fidel Castro. Igualmente llevó su poesía en forma de protestas por pueblo y ciudades, que le permitieron profundizar sus conocimientos en la cultura nacional, resumiéndola en una expresión que se transformó en consigna: “Creo en los poderes creadores del pueblo”.
Durante las insurrecciones que se llevaron a cabo en el continente, en 1962, Aquiles Nazoa mantuvo su posición ideológica a favor de la Revolución, y recorrió nuevamente los estados venezolanos para dictar conferencias críticas sobre La pava y lo pavoso.
En la década de los 70, Nazoa publicó célebres obras como: Humor y amor de Aquiles Nazoa y Retrato hablado de Matapalo. Igualmente escribió La vida privada de las muñecas de trapo, Raúl Santana con un pueblo en el bolsillo y Leoncio Martínez, genial e ingenioso (publicado luego de su muerte); sostuvo un programa televisivo bajo el título de Las cosas más sencillas; y formó un grupo actoral para poner en práctica el Teatro para leer.
Obtuvo el Premio Nacional de Periodismo, en la característica de escritores humorísticos y costumbristas (1948) y el Premio Municipal de Literatura del Distrito Federal, al mejor libro publicado (1967).
El reconocido escritor falleció en un accidente de tránsito en la autopista Caracas-Valencia, el 25 de abril de 1976.
En su honor su nombre engalana diversas instituciones culturales de la patria venezolana agradecida eternamente con el Poeta de las Cosas más Sencillas