Sindicaleros de CVG-Venalum: la contrarevolución encaletada

Da arrechera tener que desperdiciar tiempo vital para el avance de nuestra revolución reaccionando ante la suciedad de la que son capaces la oposición y la contrarrevolución, que para los efectos, es la misma vaina.
Resulta que los sindicalistas que han distorsionado el verdadero movimiento sindical (el de Maneiro, el que luchaba ciertamente por la liberación de los trabajadores y las trabajadoras), ese sindicalismo nefasto que ahora responde únicamente al interés reivindicativo, que es parte importante de la lógica del negocio que le es funcional al sistema capitalista, pareciera que no tiene nombres, intenciones, ideología, casi parece etéreo, virtual, desvanecido en la retorica de unos y otros.
Sin embargo, existe con corporeidad definida, nombres y apellidos y una historia más o menos cercana que no debemos olvidar para evitar que sigan incidiendo en la desmovilización de las fuerzas del cambio. Hay hechos concretos que dan cuenta de lo que son y representan.
Manuel Díaz es uno de ellos, en la actualidad controla los dos sindicatos en CVG-Venalum, el de obreros y profesionales, como consecuencia de la práctica del clientelismo que secuestra la actitud crítica a los trabajadores y las trabajadoras, llevándolos a la terrible convicción de que la empresa sólo les pertenece a ellos, en perjuicio de los más altos intereses colectivos nacionales.
La trayectoria de este ejemplar dirigente sindical esta boyante de conductas revolucionarias. Aún en su condición de Diputado Suplente a la Asamblea Nacional por el MVR , firmó en contra del Presidente de la República para el Referendo Revocatorio del 2004, y fue opositor férreo, con sus compañeros sindicalistas a la aprobación de la Reforma Constitucional 2007. Con su típica probidad, se pronunció públicamente a favor de la venta de las empresas a precio de gallina flaca, fue despedido de la empresa en 1989 por forjamiento de actas para cobrar sobretiempo y nuevamente en 1993 por diversas faltas, logrando reengancharse, cada una de las veces, como producto de los manejos inescrupulosos a los que está acostumbrado. En el 2002 le fue abierto otro expediente sobre el cual hubo una medida cautelar donde se autoriza separarlo de sus funciones hasta el final del procedimiento, desistiéndose luego de la calificación de despido. Además, fue condenado judicialmente por difamar a un gerente de CVG-Venalum. Como si fuera poco, según informe de inteligencia sobre los carteles del aluminio suscrito por Carlos Lanz, en junio de 2005, es señalado como “socio de hecho de Ayalaida Espinosa, Luís Aguilar y Orlando Aguilar”, monopolizadores del negocio de los servicios de mantenimiento de las empresas básicas a través de la empresa SIDME y de mantener negocios con Alfredo Riviere, dueño de Sural y testaferro a su vez del inefable Carlos Andrés Pérez. Los cuales, a través de negociados con el aluminio, se alzaron con la bicoca de aproximadamente unos 350 millones de dólares, aporte significativo para el emporio del ex y sus testaferros. No se pierdan la foto.
En estos momentos, Díaz, el sindicalero, es el designado al bate para asesinar al cooperativismo y a los programas sociales dirigidos a las comunidades que se vienen impulsando desde CVG-Venalum, como la expresión más clara de tránsito hacia la transformación socialista de la Empresa. El plan consiste en desmovilizar a la Gerencia de Economía Social y Desarrollo Endógeno, la cual lidera estos procesos. La estrategia, la de siempre: descalificar a los actores claves así sea con la acusación de ser barrigas verdes.
¿Qué quieren? Quieren evitar el avance del empoderamiento y politización del colectivo de trabajadores y trabajadoras antes tercerizados y hoy cooperativizados, los cuales están pulsando por un sistema de distribución justa de los ingresos. Quieren continuar siendo beneficiarios exclusivos de la explotación del aluminio a espaldas de las necesidades de las comunidades. Quieren continuar capitalizando los negocios que se han visto truncados con la cooperativización de los servicios y con la implantación de los sistemas autogestionados de salud y transporte. Quieren seguir acatando las líneas políticas de Andrés Velázquez, traidor y responsable del desplome del verdadero movimiento sindical progresista. Quieren, en definitiva, que perdamos el referendo por el Sí a la Enmienda Constitucional para que el camarada Presidente Hugo Rafael Chávez Frías no pueda ser postulado y reelecto nuevamente y asegurarse a sí mismos seguir mamando indefinidamente de las tetas de Venalum y de las empresas básicas en general.

ataeplatirrino@hotmail.com


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