La gasolina y la corrupción militar-policial

"Los soldados somos pueblo en uniforme, no podemos ser mercenarios

a la orden de nadie".

Hugo Chávez (*)

Muchos efectos colaterales tienen las sanciones unilaterales del gobierno criminal de Donald Trump, el bloqueo económico-financiero y las arremetidas de gobiernos fascistas suramericanos que limita con nuestro país. Algunas consecuencias son de carácter económicas. Otras en el orden político, pero también en el aspecto social, como son el desabastecimiento de productos esenciales, el incremento de necesidades, la neurosis social y el debilitamiento en algunos sectores del comportamiento ético que deben tener sobre todo los servidores públicos.

Uno de los temas en que más énfasis hizo el Comandante Hugo Chávez y que ha sido pilar del mantenimiento de la Revolución Bolivariana, es el de la Unidad Cívico-militar, cuestión que comenzó a implementar desde el inicio con el Plan Bolívar 2.000. Sabiendo eso, la burguesía venezolana, su representación política de la derecha y el imperialismo han hecho toda clase de campañas mediáticas psicológicas para deteriorar esa política exitosa del proceso chavista.

Sin embargo, en situaciones de crisis como las del desabastecimiento alimentario, o de escasez de combustibles, esta situación se pone en tensión y debilita los resortes de la moral de cuerpos importantes de nuestra sociedad y del proceso de inclusión social, justo, equitativo y solidario que pretendemos consolidar en nuestra Patria.

Efectivamente, lo que venimos observando desde hace varias semanas (en algunos estados fronterizos es desde hace meses) debe ser tomado en cuenta por los decisores del gobierno bolivariano, ya que en las colas para surtir gasolina se vienen repitiendo las mismas situaciones vividas hace poco para adquirir alimentos y otros productos regulados en los supermercados del país.

En las colas se viven situaciones que afectan y modifican el comportamiento solidario de los venezolanos. Mientras las personas del pueblo hacen enormes hileras que algunas veces llegan a ser kilométricas, se levantan de madrugada y llegan a las estaciones de gasolina desde las 2 a.m. (algunos pernoctan en las mismas con todos los riesgos para su seguridad que ello implica). Se apertrechan con café, agua y comida, llevan juegos de dominó y sillas plegables para compartir con compañeros de infortunio y se instalan, esperando que en la mañana llegue el camión cisterna con la gasolina y que la fila "comience a rodar".

También hay situaciones negativas de esta situación: la gente debe hacer sus necesidades fisiológicas a la intemperie: Se llenan de excrementos las calles, se afectan las viviendas de los vecinos, de los comercios, se genera un malestar en quienes habitan cercanos a las estaciones de gasolina, se complica el tránsito de vehículos y es una lamentable imagen en nuestras ciudades y pueblos. Parece un país en caos, paralizado y en crisis total… Es decir, situaciones sociales desfavorables para una sociedad que se pretende sea lo más armónica posible y ciudades que se pretenden sean "bellas".

Es anomalía convertida en normal (eso que los sociólogos llaman "anomia"). La gente se acostumbra a esto y más bien muy buen comportamiento ha tenido nuestro pueblo para sortear estas calamidades. Aprovechan muchos para hablar mal del gobierno, de Maduro, Diosdado, (en el estado Lara hablan mal de la gobernadora Carmen Meléndez y de Luis Jonás, alcalde del municipio Iribarren) y se discute de política, con apasionamiento, pero con una tolerancia que no había cuando las guarimbas terroristas. Eso sí, cada quien cuidando "su puesto" y hasta aceptando cuando alguien le advierte que luego vendrá un familiar para que se sepa que no se va a "colear"

Ahora, las colas son el mejor aliciente para que la oposición aproveche de expresar todo el descontento que tienen contra el gobierno, para criticar los problemas asociados como los cortes por largas horas de energía eléctrica, los problemas del agua, de los huecos en las calles, de los perniles, del "medio petro", de la escasez de gas doméstico, de los aumentos de precios de los productos, etc, etc. Es decir, son el mejor caldo de cultivo y la mejor fuente de campaña comunicacional contra el gobierno.

Pero cuando llega el camión cisterna ocurre dos cosas: la alegría de quienes están en las colas porque saben que surtirán gasolina y el malestar creciente por lo que se presencia: De manera grosera y sin ninguna vergüenza comienza el despelote en lo que había sido una cola ordenada y organizada. Llegan los agentes de la Guardia Nacional Bolivariana (o de la policía regional o nacional) y con las instrucciones de garantizar el orden y la seguridad en esos espacios, se genera en contrario, todo un tinglado para el negociado del ingreso a las estaciones de servicio. Y lo peor es que ocurre en casi todas. Y comienza la gente a decir cosas como estas: "Llegó la guardia… llegó el negocio… llegó la guardia, se jodió la vaina…. Llegó la guardia, llegó la cola VIP. "¿Es el honor su divisa?".

https://www.elinformador.com.ve/destacada/colas-vip-una-cachetada-en-las-colas-de-gasolina/

Se forman unas colas paralelas a las hechas desde la madrugada. Hay clientes llamados coloquialmente como VIP (del anglicismo "Very Important Persons") que hacen negocios con los militares pagando en miles de bolívares, o preferiblemente en dólares y pasan directamente con el mayor desparpajo en medio de la arrechera de quienes han estado allí por horas y horas. Lo peor es cuando se acaba rápido la gasolina y se quedan rumiando su profunda rabia los de la cola de los "excluidos" de la madrugada. Luego cierran la gasolinera para que ellos surtan los VIP.

Este es un llamado de atención para que se corrijan entuertos, fallas, desviaciones y conductas corruptas y/o antiéticas de los organismos de seguridad a los que se encomiendan tareas de orden y disciplina ante la nueva eventualidad que vivimos los venezolanos y venezolanas.

Hay un video circulando en Lara donde se aprecian unos funcionarios del CONAS usando sus uniformes, armas y vehículos oficiales llevando bidones de gasolina a comerciantes de MERCABAR. ¿Hasta cuándo tanto abuso de los cuerpos de seguridad ante esta contingencia? Son heridas de la guerra que generan cicatrices en el cuerpo social venezolano.

Entonces, los responsables de esta situación deben aparecer, es decir, el presidente y/o los gerentes de PDVSA informando, los gobernadores y alcaldes poniendo orden, los comandantes de la GNB y de las policías supervisando y haciendo cumplir las instrucciones precisas para que este tipo de situaciones no sigan ocurriendo y no sigan socavando el apoyo del pueblo al proceso, o sea, que no se mantengan estas acciones "mata votos" en pragmático lenguaje político.

Dice de nuevo Chávez: "Será necesario que cada quien asuma su responsabilidad, y especialmente quienes tenemos responsabilidad de conducción de instituciones públicas, privadas, religiosas, económicas, sociales, educativas, etc"

(*) Hugo Chávez. Aló Presidente No. 256. 28 de mayo de 2006. Desde Ciudad Sagrada de Tiwanaku. Bolivia.

(**) Hugo Chávez. Discurso de toma de posesión. De febrero de 199.9. Palacio Federal Legislativo.


 



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Cécil Gerardo Pérez


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