Algo así, dice la canción de Juan Luis Guerra. Ojalá que llueva café en el campo, sembrar una llanura de batata, para que en el conuco no se sufra tanto. Ojalá que caiga un aguacero de yuca y mapuey
Viendo la situación desde todo el curso 2017 y este comienzo de 2018, uno no alcanza a ver que esas lluvias caigan por aquí. He estado intrigado por ver a un ministro o ministra, mostrando su huerto urbano y ver (desde el ejemplo), cómo estos altos funcionario(as) desde sus residencias haces sus aportes a la agricultura urbana y nos permitan darle un saltico al PIB, que como sabemos, está raquítico.
No son buenas las comparaciones, pero estoy muy intrigada por ver hoy a muchos ministros y ministras "guevaristas", meterse sin camisa en un fundo zamurano para que veamos llanuras sembradas de batata y aguaceros de yuca.
Hay esperanzas. En la década de los 50, 60 y 70 era reaccionario y derechista ser malthusiano. No serlo, era revolucionario. Maduro nos resultó ser antimalthusiano, ya esto es un avance. ¡A parir!, Bonos habrá. No importa, si después los carajitos o carajitas, no tengan escuelas o la escuelas donde vayan esté destartalada sin agua potable ni baños funcionando. ¡A parir coño! Lloverán carajitos y carajitas. Son 700 mil.
Las lluvias o "virazones" que si caerán, serán las de los bolívares. El tolete del gobierno-psuv y el otro tolete de la mud, si va a las elecciones, iniciaran con relámpagos, truenos y centellas lluvias de bolívares. Ya el gobierno está agotando todas las posibilidades de bono, pero creatividad habrá para inventar nuevos bonos. No se angustien.
Ya está el anuncio de las lluvias de becas y bonos para los jóvenes de las universidades privadas y la escuelitas públicas cayéndose. No se podrá decir, ojalá que llueva bolívares. Esta virazón está prendida desde hace rato.
Uno bono que puede estar en la lista para muy pronto, será el bono "rey momo" para prender la rumba en los carnavales. Total, entre rumba y revolución no hay contradicción.
Esta lluvias y virazones, caerán junto a las otras "virazones" de las costosas campañas de propaganda y publicidad para convencernos, que estamos irremediablemente entre el chingo y el sin nariz.
