La ANC y la Paz que nos dio. ¡Qué bol…!

Entre pocos días, la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) arribará a dos meses en ejercicio. Veo la vaina desde la mesa de Guanipa y no me queda otra que decirme: ahora tenemos dos Asambleas dirigidas por cada uno de los polos políticos y ni una ni la otra sirven para un carajo.

Que la Asamblea Nacional que hoy lleva Julio Borges y que el año anterior llevaba Ramos Allup no sirva para nada, no me preocupa, porque al oír que la Asamblea Nacional sesionó o un Consejo Legislativo sesiona, sólo me sirve para acordarme, que el Poder Popular no va a nacer por lo menos en esta revolución.

Si hacemos un resumen de lo dicho hasta ahora por los constituyentes y las constituyentes a cada rato, no dejo de pensar en Charles Jr. Para que me entiendan, no dejo de recordarme del hijo de Lindbergh, que se perdió y todavía no se sabe, si una osamenta que dicen que es Charles Jr. es efectivamente de ese niño. La ANC anda en verdad más perdida de lo que andaba el hijo de Lindbergh en su momento.

¿Qué es lo único que le oímos de la ANC?

Lo único que repiten y repiten como loros y loras, es que la ANC nos dio la paz. Una vez electa la ANC se hizo la paz, porque la guarimba desapareció ¿Cuál paz no dieron? ¿Cuál guarimba desapareció?

Efectivamente, desde que la ANC se instaló la guarimba se mudó de sitio o transformó en otra cosa. Ya no está en los municipios de la crema de Venezuela. Se fue del este de Caracas y de Lechería en Anzoátegui y nos la empacaron en otro envase, que los miembros de la ANC no han tenido tiempo de verla, porque como dijo recientemente Alberto Arangibel; la ANC está concentrada, muy concentrada en resolver primero el problema político. El hambre parejo que pasamos, no es un problema político. El hambre es una vaina filosófica y lo apremiante es resolver lo político. El problema filosófico del hambre ya tendrá su tiempo en la ANC.

Cuando se instaló la ANC, cuya promesa fue resolver el peo de Venezuela y darnos la paz; el kilo de queso duro, ese que Aristóbulo prometió que iba a rayar, pero aún la vaca que él tenía para la leche no aparece, cuesta (en menos de dos meses) casi los treinta mil bolívares. Si necesita cinco mil bolívares de queso, solo tienes que pedirle al vendedor que te lo enseñe y con eso ya debes los cinco mil bolívares.

Cuando se instaló la ANC, una canilla costaba casi dos mil bolívares y ya estaba por los cielos porque venía con aire incorporado. Hoy, después de casi dos meses con la ANC; la canillita (más pequeña y con más aire) cuesta 3.600 bolívares. Cuando se instaló la ANC, el kilo de carme estaba como en 12 mil bolívares, si hoy lo consigues a 20, compra dos porque cogiste una ganga.

Cuando se instaló la ANC, la cojinúa que era un pescado de pobre, costaba como ocho mil bolívares y ya está pisando los dieciocho mil bolívares.

Cuando se instaló la ANC, el cartón de huevos estaba como en 12 mil bolívares. Ya un cartón de huevos (con paz incluida) cuesta 28 mil bolívares y a ese precio está barato.

No sé para dónde va la ANC. Entregó la paz porque si no había paz con las trancas, no puede haber paz con el estómago "ajilaó", como se decía antiguamente en Margarita. No hay paz con las tripas gruñendo como un cochino porque se llenan de gases. No hay paz con unos productos básicos que suben rápidamente precios, mientras la ANC estudia resolver el problema político y el hambre no está dentro de ese problema político.



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Amaranta Rojas


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