Rectitud burocrática o corrupción

Hace poco mas de dos años, un buen amigo mío, me explicó de la manera más coloquial una novedosa tecnología ( para ese momento ) de tarjeta virtual para la telefonía celular. La cual emitía un ticket, que podía comprarse con cualquier cantidad de dinero, no las cantidades exigidas por las tarjetas tradicionales, lo cual permitía a quienes disponían de menos recursos utilizar su teléfono en situaciones especiales , en la que no disponían de suficiente dinero. Permitía evitar el desembolso de divisas para la compra de tarjetas en el exterior. Además, evitar el robo de tarjetas, la pérdida relativa al deterioro propia del transporte y almacenamiento. También producía un ahorro de alrededor del 8% o mejor dicho una ganancia del 8% por parte de la compañía que utilizase tal tecnología. Evitaba los sobreprecios que se producen en regiones alejadas de los centros de distribución.

Me planteó que pretendía proponerselo a la compañía del Estado, ya que las otras tenian sus casas matrices en Europa y posiblemente acceso a dicha tecnología en sus compañias matrices. Me pidió que le consiguiese una cita con la presidenta de la CANTV en ese momento. Le explique que no era necesario y tambien de la transparencia de la funcionaria. Le dije que lo fundamental era su exposición de las ventajas para el estado y para el pueblo venezolano. Y si me piden algo por fuera? Le respondí enfáticamente que eso nunca va a ocurrir. Adicionalmente, las maquinitas, que se parecen mucho a las de tarjetas de débito, podrían adjudicarselas a los consejos comunales, para que hubiese una distribución nacional y también tuviesen un ingreso para sus gastos cuotidianos.

Se dio la reunión. Se produjo con gran entusiasmo, según me explicó este amigo. La funcionaria salió para otro cargo de gran responsabilidad. Las reuniones posteriores estuvieron llenas de miles de explicaciones, postergaciones, indesiciones. Al parecer cada vez que llega a la dirección de comercialización, la decisión entra en un limbo sin respuesta. Durante ese período parece que otras tecnologías han entrado en movilnet.

Que fácil sería darle un NO con un par de argumentos contundentes y se acabó el asunto. Pero extrañamente siempre hay un ritornelo sin final definido.

A riesgo que algún lector pueda sospechar o suponer de que tengo un particular interés en el asunto, dicho de otra manera que tengo participación en el negocio, la realidad es que me indigna cuando siento que el fantasma de la corrupción merodea las relaciones del estado venezolano con algún ciudadano o grupo de ciudadanos que negocian con él. Mi impotencia me lleva a hacer público el comentario. Y creanme que me encantaría equivocarme en mis sospechas. Naturalmente que estoy dispuesto a realizar públicas disculpas de estar errado. Tan solo pido justicia.


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Roger Capella Mateo

Médico, gremialista. Fue ministro de salud en el gobierno bolivariano.

 rogercapella@gmail.com

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