Reflexión necesaria

En estos momentos de la campaña del PSUV para elegir a los diputados que deberán tener como misión convertir al colectivo venezolano en un pueblo legislador, he creído necesario someter a la discusión de Uds. que al fin y al cabo serán quienes tomen la decisión libérrima de determinar esta selección, una serie de situaciones alejadas de la intención de nuestro Comandante-Presidente que en todo momento ha deseado que la Campaña sea Admirable en conmemoración de la celebración de estarse cumpliendo 200 años del inicio de la etapa emancipadora; lucha que se ha extendido con el discurrir del tiempo y que ahora parece llegar a su fin bajo la acertada conducción de los destinos del País, de nuestro máximo líder: Hugo Rafael Chávez Frías.

Estoy seguro, que en la circunscripción Nº 3 del Estado Carabobo si hacemos un collage con fragmentos de nuestros discursos podremos haber dejado en una significativa muestra del universo elector un buen sabor, que habla de su conformación, como de un arcoíris de ideas e intenciones que prometen disciplina y obediencia ante la voluntad del pueblo, ante el Comandante-Presidente y ante el partido. Que promete que los intereses de la Patria, que son los de su pueblo estarán siempre por encima de cualquier otro interés y que nunca el interés personal prevalecerá sobre el colectivo; pero cuando enfrentamos el fondo y la forma de los discursos encontramos algunas impurezas contradictorias que como destellos dejan ver algunos vicios que están muy alejados de la figura del hombre nuevo, del revolucionario, del socialista que afanosamente queremos vender, como si tratara de un producto ofrecido en el mercado de la política, aplicando las leyes del capitalismo.

No puede un revolucionario por sus deseos de acceder a un puesto de servicio al pueblo, utilizar su discurso en una loa a sus logros personales que se traducen en un ejemplo de “personalismo”, “yoismo” o como lo queramos llamar y pretender convencerte que el interés colectivo está por encima de su interés personal. Pero lo más preocupante es que quienes en un proceso electoral como éste, presentan este defecto son proclives a otro vicio muy generalizado en nuestra organización como es el “grupismo”, que se coloca a un paso de la “sumisión” a ciertos falsos líderes que vienen atornillándose en el poder partidista , que dictan pautas contaminantes al proceso y que terminan por imponer a ciertos candidatos que a la larga podrían terminar como rémoras retardadoras de la dinámica que es necesaria para la cabal implantación y desarrollo del proceso socialista. Aquí descolla un minúsculo grupo de precandidatos que bajo la consigna de “Candidatos de confianza” está dispuesto a declinar su candidatura en apoyo de otra precandidatura que se dice ser ungida por poderes superiores.

Nuestro partido está en proceso de formación y quienes creamos y vimos morir al Movimiento V República, no queremos la misma suerte para el PSUV; por ello nos parece criminal que la mala praxis que matara a aquel se aplique en el nacimiento de este. Las corrientes dentro del partido son inevitables aun en el caso de poseer una conciencia colectiva y es más aunque se tratara de un partido clasista, no olvidemos que el nuestro es policlasista. Sin embargo es preocupante ver en el seno de nuestro partido camaradas con un discurso alimentado por lineamientos presidenciales, cuyas acciones están divorciadas de su pregón, otros cuyo discurso es coherente con sus actos pero que no aplican la revisión, rectificación y el reimpulso sobre sus acciones para detectar cualquier posible error y por último un grupo de opositores enquistados en nuestra organización, que dicen ser revolucionarios para lograr ciertos ascensos que les permitan conspirar y atrasar el proceso.

Es propicio el momento para reflexionar sobre la aplicación de la radicalización al proceso revolucionario Bolivariano y con mucha humildad hacer una introspección que nos permita superar nuestros errores y defectos y atender nuestros problemas de interrelación interna, ya que por miedo de darle armas al enemigo exterior al hacer nuestra autocrítica, hemos alimentado al enemigo interior del cual muchas veces formamos parte.


¡Patria Socialista o muerte!.....¡Venceremos!



mgosios@gmail.com


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Miguel Gerónimo Osío Sandoval


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