El reinado de los tecnócratas

En los procesos revolucionarios la planificación esta de moda, sea como neocapitalismo sea como rival del odioso capitalismo o como pre socialismo. Los tecnócratas se adaptan en vagos contornos, por eso son peligrosos monstruos. Los tecnócratas y las tecnocracias son una pesadilla.

Pesadilla para todos: Izquierda, derecha, republicanos, demócratas, liberales, conservadores, cristianos… son arcaizantes, tradicionalistas, con espíritu mecánico, cuantitativos, mezclan el folklorismo científico con la mentalidad del ingeniero, muestran un culto a lo colosal y la necesidad de hacerse valer. El tecnócrata quiere construir y organizar la economía con la regla y los compas, y “se reservan el derecho al primer sitial en los gobiernos”.

La tecnocracia esta en correlación inevitable con la planificación y el dirigismo en el socialismo de Estado. Rehusar la economía de mercado, la libertad de empresa y de capitales, libertad de precios y de ganancias a través de la satisfacción de los consumidores; querer por el contrario dirigir la demanda dirigiendo de antemano la oferta y la producción, subordinando provecho y rentabilidad a las necesidades sociales estudiadas, definidas por equipos “competentes”. Es por definición querer la tecnocracia y el reinado de los tecnócratas. Querer al uno y no querer al otro es querer lavarse sin mojarse.

Si preguntan ¿que es un tecnócrata? Es un técnico que, en lugar de estar empleado por un empresario de la economía de su negocio, se encuentra, por los rodeos de la política, en posesión de un poder sobre la economía, y que coloca y emplea a los empresarios responsables de la economía. Es un servidor convertido en amo de los que, antes eran sus amos. Resulta problemático dar otra definición o contestar que o quien es un tecnócrata, porque por una parte es un adversario de la economía libre, y por otra parte, es también a su vez, un enemigo de las revoluciones.

Ellos, las masas, dicen que son técnicos cuando requieren de el, cuando están molestos los llaman tecnócratas. Este epigrama es completamente engañoso, y ha sido ideado por ellos mismos para engañar. El tecnócrata es posiblemente un antiguo técnico, un antiguo ingeniero o un antiguo alumno de una gran escuela que, en una empresa privada hubiera podido ser un ingeniero, pero en el aparato público es un tecnócrata por la mutación funcional radical ha sido investido de un poder político.

En la estructura publica ya no esta subordinado a la economía o a un patrono o preocupado por ir a la quiebra, solo se preocupa por hacer multiplicar sus capitales, es un técnico convertido en patrón que no tiene otro patrono que el Estado, pero, solo en la edad madura puede realizar sus sueños de juventud.

Si trabaja en un sistema capitalista trata de explotarlo transformándose en un empresario publico, si es un socialista se hace un proletario fingiendo que se humaniza hasta que pase el tiempo y pueda jubilarse. Lloran y se lamentan de tener que someter a duras pruebas su genio ante tanta crítica por la ineptitud y falta de ética demostrada y, no hay remedio para esta situación, porque hasta ahora los remedios son peor que los tecnócratas, porque cuando ascienden del burocratismo a la tecnocracia, arriba le esperan un jefe tecnócrata en proceso.

Los tecnócratas encaran el proceso con sus fantasías utilizando recursos y capitales sustraídos de otros bienes para uso urgente que faltaran en otra parte. Ningún Dios, ninguna armonía providencial cuida, por desgracia, que todas las innovaciones técnicas, sean cuales fueran resulten buenas inversiones para el pueblo en tiempo, en economía y en armonía con la necesidad real de la población, bueno, si hay muchas buenas obras, lamentablemente hay mas malas económicamente y humanamente realizadas.

Sedientos de prestigio, con enormes sumas de dinero extraídas del petróleo compiten con ejércitos de burócratas y tecnócratas disputándose los halagos del jefe no del pueblo. Su carrera no es para servir al pueblo, es diseñado para quedarse en su trabajo por décadas adaptándose a sus innumerables jefes a los que sirven con patriotera hipocresía.

Y, los que diseñan para el pueblo no tienen oportunidad, porque arriba hay muchos mas arriba, y los que lograron entrar ,no pueden explicar porque los de arriba le roban las ideas haciéndolas suyas en los proyectos, tiene que hacerse el pendejo so pena de quedar sin trabajo o expulsado de los círculos cerveceros del jefe.

Pobre de el o ella si quiere pasar por encima de su jefe inmediato. Hablar con el director o el ministro, el alcalde o gobernador se muere de viejo, es más fácil hacer una cita con Dios en persona para que lo atienda, y lo atiende, con los más tecnócratas que la misma tecnocracia, pasaran décadas para que sea recibido en el “despacho” por sus múltiples e inoficiosas ocupaciones al servicio de ellos no del pueblo.

rcpuma061@yahoo.com


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Raúl Crespo


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