Respuesta al Dr. Juvenal Villasmil

Carta a mi siquiatra

“La Adicción: una enfermedad del cerebro”, dictada en el auditorio de la Energía Eléctrica de Barquisimeto en el Edo. Lara. (Juvenal Villasmil)

Como veras, por la hora en que te escribo, fue una noche de desvelo. Yo que me conozco, entiendo el por qué y te escribiré un rato para que ejercites tu profesión a carta cabal, aunque nunca me dices los resultados de tantos estudios que haces sobre mi. 

El camino que escogí al egresar de la comunidad terapéutica donde me enseñaste a manejar mi condición de persona con adicción, es titánico, hace falta astucia y audacia en grado extremo y además un gran dominio de visiones  y de conceptos más una enorme dosis de argumentos y una gran capacidad para convencer. Nada más descalificable que un “adicto”, es una etiqueta que detesto a veces, pues tan sólo con voltearte y decirle al de al lado: “..si pero es un adicto” ya pareciera suficiente para que mis palabras no sean tomadas en cuenta, para que se me descalifique y se violen mis más elementales derechos humanos. Muchos amigos me lo advirtieron cuando tomé estas banderas, cuando entendí que debía luchar por mi dignidad y mis derechos humanos y por la de todos los que en alguna oportunidad fuimos víctimas de la adicción, bien a sustancias como a cualquier actividad. Pero si no las asumía las cosas seguirían siendo igual, seguiría un mar de teorías y de planteamientos magistrales y académicos, repitiéndose en salas de conferencias y en congresos perpetuando la incapacidad de avanzar ni un centímetro en el campo de esta batalla. Que si la reducción del daño, del riesgo, los consumos controlados, que si la adicción es una enfermedad del cerebro y todas estas ediciones de lo mismo. 

Asumo la lucha en desventaja desde el punto de vista académico, pero muy fortalecido por la conciencia de lo ineficaz y desconceptuado de las respuestas en boga. Con el conocimiento de la enorme cantidad de personas que sufren y que no encuentran respuestas al drama que viven y sufren, a pesar de las aseveraciones de que “Venezuela está preparada para enfrentar el problema de la adicción” que acabo de escuchar declarar al Dr. Juvenal Villasmil, preguntándome para mis adentros si este doctor no tiene vergüenza, pues cualquier profesional de la siquiatría o la salud honesto tiene que admitir la gran deuda de este Estado ante este drama. La adicción es una condición, algo más allá del concepto de una enfermedad, él sabe muy bien que no es una enfermedad del cerebro, si así fuera, ya podríamos estar esperando la pastilla mágica que la curara, es falso, la adicción produce daños en el cerebro, altera las conductas es verdad, pero es una enfermedad de la sociedad y producida por ella, el virus que la produce se llama “jíbaro” y por eso pasa de ser enfermedad a ser una condición social y hay que tratarla de manera integral, desde todas las ciencias, incluyendo la siquiatría como una más de tantas ciencias involucradas, lo que seguramente no le agrada mucho a este doctor conferencista que anda mintiendo al país al decir que Venezuela está preparada, el sabe muy bien de los números, en Venezuela reciben atención a problemas de adicción no mas de 9.000 personas, y si utilizamos las mismas cifras de la OMS, en nuestro país debe haber un 5% de la población consumiendo drogas, creo que la aritmética jamás podrá demostrar que 9.000 es el 5 % de 28 millones. Aun y suponiendo que de ese  millón y pico de personas que consumen drogas no todos hayan desarrollado una adicción crónica. Mi celular se revienta día a día recibiendo llamadas pidiendo ayuda. La ONA sabe muy bien y lo enfrenta con muchísima más responsabilidad el drama de la desatención a nuestra población. Tengo que dar las gracias al Coronel Nestor Reverol, su presidente por su valentía y coraje al asumir como lo está haciendo, la creación del Sistema Nacional de Tratamiento para las Adicciones y a su excelente equipo de trabajo, el Lic. Rafael Sánchez, Director de reducción de la Demanda y a su equipo jurídico quienes junto a nuestro colectivo y otras voces concientes participamos en la reforma a la actual Ley, para crear una verdadera respuesta, que permita un abordaje integral, entiéndase bien, desde todas las ciencias, no sólo la siquiatría, a la que no puedo oponerme pero que puedo asegurar que sola no podrá solucionar un problema que no es psiquiátrico sino social. Se que el Ministro Rotandoro tiene que aprobar esta nueva visión socialista y necesaria que permita asumir la solución desde la participación de todas las instancias y lograr superar la ineficiencia existente que sale  encorbatada a disfrazarse de eficiencia dando conferencias por todo el país. 

En mi cabeza tan solitaria  a veces se me ocurren ideas, entre otras cosas porque se que no porque los “adictos” somos muy creativos y audaces sino por lo contrario, porque los muy creativos y audaces, en una sociedad como esta, prehistórica y sin verdaderos valores, sin posibilidades de brindarnos una inclusión a una vida digna, terminamos siendo “adictos”. Hoy, en esta madrugada de desvelos,  me refuerzo más en ver la adicción como una condición que como una “enfermedad del cerebro”, como anda diciendo este mismo doctor por todo el país. La adicción no es más que la condición que crea en la población el mercado gigante y transnacional de la droga. La adicción es una condición que crea una sociedad de disvalores y excluyente. Si todos los adictos hubieran vivido bajo condiciones de realización, de crecimiento integral y de participación social, la gran mayoría seríamos sanos, líderes, seríamos genios. 

¿Como pedirle a un abogado que cure la adicción?, no puede más que hacer que lo que hicieron los abogados, decir que es un delito, un incumplimiento de las leyes y de las normas y que deben ser penados con prisión. ¿Cómo pedirle a un siquiatra que cure la adicción?, no puede más que decir que es una enfermedad crónica, progresiva y terminal y que todos debemos estar bajo tratamiento. La solución debe ser integral y multidisciplinaria, no siquiátrica, no es un problema sólo de salud, Dr. Villasmil, es un problema mucho más grande que se escapa al ámbito de salud y se debe abordar de forma integral para encontrar solución. 

La adicción es la condición requerida por un enorme mercado, el mercado del tráfico de drogas. El segundo negocio en nuestra sociedad capitalista, después de la guerra y antes que el petróleo, digo yo, ¿cómo pedirle a un siquiatra que la cure? En verdad sólo podrá decir que es incurable. La adicción es una condición impuesta por la oferta masiva del mercado de los sicotrópicos. La adicción no dejará de ser una pandemia hasta no transformar  la sociedad capitalista, la sociedad de disvalores, de consumo. La sociedad donde lo primero que aprendemos es a hacer adicción al dinero, al poder, al consumismo crónico, al egocentrismo desmedido.Nadie puede pedirle a un siquiatra que contenga las recaídas, si es como una bomba de tiempo que se activa apenas un paciente egresa de tratamiento y vuelve a esta sociedad que lo primero que le ofrece es el mismo infierno de donde salió. Un siquiatra nos enseña a tener conciencia de enfermedad, pero la sociedad también debe ser intervenida, la familia, la escuela, el barrio, la patria. Solamente con un abordaje integral, sin protagonismos de ninguna ciencia, se logrará dar soluciones e impedir las recaídas, que de paso son cómplices de muchos de estos siquiatras capitalistas, a los que llamo “atrapalocos” y quienes necesitan “enfermos” para poder seguir facturando. 

No es una lucha fácil y menos fácil es que tengamos que ser nosotros, por un instinto de sobrevivencia quienes tengamos que salir a decir estas cosas. El eminente  doctor, cirujano y siquiatra mexicano Armando Barriguete,  Presidente de la Sociedad Mexicana de Neurología y Psiquiatría y del Forum Panamericano de Neurología, entre otros cargos, escribe en uno de sus libros para la atención a la parte de enfermedad sicológica de la condición de adicción en personas lo siguiente: “A diferencia de otros enfermos de los cuales puede decirse que es el médico quien mejor conoce la enfermedad que padecen, tratándose de la enfermedad adictiva, no cabe la menor duda de que quienes mejor la conocen son los que la sufren” 

A ti te enseñaron a abordar este problema desde las neuronas, desde las endorfinas y las conductas. Yo te invito a que le sumes la visión de tu paciente, nacida de la ideología de la calle: la visión de que esta es una sociedad enferma. Por eso las cosas deben cambiar. Los adictos tenemos que tomar la palabra, como dijo Fidel: “yo asumo mi propia defensa.” Por eso tengo que estrujarme las neuronas y escribir cada día mis mejores discursos, por eso no pude dormir esta noche sino dos horas y ahora desayuno y salgo de nuevo a la lucha. Como siempre, bajo hasta la computadora para recostarme un ratito sobre tu hombro, a llorar un poco, a pedir tu cariño y tu apoyo. Tu que me conoces sabes las soledades desde donde me encaramo para poder tener mi propio punto de vista, sabes que estar de primero, con tantos que desean descalificarme.-porque hay mucho negocio de por medio-, es duro, muy duro. 

Tu eres mi siquiatra, conoces más de mi que muchos, quizá ni me hagan falta ya tus respuestas, tu me enseñaste a volar y ahora ya no puedes sino cruzar los dedos y pedirle a Dios que lo haga bien. Te entiendo. Me has enseñado con tu silencio a no esperar aprobaciones, a ser paciente y fuerte, audaz y subversivo, a ser un soldado, un buen soldado en esta ardua y larga lucha que estamos dando, sabes que a siquiatras como tu, para quienes el amor es más importante que el dinero, le estaré agradecido por siempre, pero que a los otros, a los que mienten en pro de sus favores, a los que rentan y mercan, a los que desean que siempre seamos “enfermos” seré implacable hasta vencer.  

brachoraul@gmail.com



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Raúl Bracho


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