Los Escritores del Pueblo

En el mundo de hoy, abundan escritores al servicio de grandes intereses económicos que insisten en estafar la conciencia crítica del pueblo. Frente a este escenario, el interés superior de las mayorías y la ética literaria le exigen al escritor estampar en el papel, con suprema lealtad a si mismo, el verdadero contexto social que lo rodea. Ciertamente el escritor debe ser un honesto comunicador de lo que vé pues es la sociedad la única escultora de la realidad.

Provenientes de sectores tarifados, hay quienes se ganan velozmente el desprecio de la gente por ser escritores oportunistas o falsos profetas. También abundan los que por medio de la demagogia se atreven a autoproclamarse “estadistas”, presbíteros, conductores de naciones, o visionarios del advenimiento de un nuevo tiempo, por la concreta razón de que no se parecen a lo que escriben. Es por el contrario, la aspiración más genuina que puede albergar el corazón de un escritor honrado: el recopilar y sistematizar los mensajes del pueblo, para devolvérselos en síntesis sin patrañas ni posturas acomodaticias y de ese modo promover la auténtica conciencia crítica.

En esencia, la legitimidad de quien todo escritor se sustenta en su pertenencia, vinculación y grado de identificación con las clases sociales explotadas. Escribir, más que un arte en si mismo, es un instrumento de excitación a la conciencia libertaria y la rebelión del ser humano ante la desigualdad, de allí que esta tarea pierda su sentido si no se conecta con las masas. Nuestra aseveración no se vincula a la frívola sed de fama tan natural en los autores que deleitan a la burguesía a cambio de dinero y que por ello gozan del apoyo patronal de las grandes empresas editoriales; sino que se sostiene en la certidumbre de que solo la fuerza de las mayorías es capaz de impulsar profundos cambios sociales. Por esto, urge reafirmar que el escritor popular debe convivir con los sectores humildes y la clase trabajadora, a fin de alimentarse de sus experiencias y circunstancias, para reinsertarlas en el debate popular y en definitiva sentar colectivamente las bases ideológicas para la defensa del interés popular.

Todo hombre y mujer que reivindique la valorización del ser humano por encima del mundo de las mercancías debe promover la escritura popular. El escritor que sirve a la justicia social es un rebelde con causa que desglosa la teoría y se ejercita en la praxis, que convoca sin descanso con su letra a la insurrección de los oprimidos y explotados, es luchador indoblegable junto a quienes no se venden ni se disfrazan. Nunca será bufón que anhele que sus obras sean llevadas al cine o su rostro se comercialice en bebidas gaseosas o malteadas en búsqueda de patrocinios. Nuestro oficio esta al servicio de un mundo futuro que se caracterizará por el libre intercambio de bienes materiales y, fundamentalmente, espirituales entre todas las personas, sin explotación del hombre por el hombre, sin exclusión social ni nocivos estereotipos mediáticos. En el cosmos deberá prevalecer una forma de vida más sabia y avanzada éticamente, donde la implacable competitividad entre los individuos de hoy sea definitivamente sustituida por la solidaridad humanista del futuro. Rendimos honores a creadores notables como Neruda, García Lorca y Benedetti, porque hoy más que nunca: “El Siglo XXI necesita a los escritores del pueblo”.

Constitucionalista y Penalista. Profesor Universitario.

http://jesusmanuelsilva.blogspot.com/


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Jesús Silva R.

Doctor en Derecho Constitucional. Abogado penalista. Escritor marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

 jesussilva2001@gmail.com      @Jesus_Silva_R

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