T03 - Campo Antiguerrillero (Cuarta Entrega)

Nota de Aporrea: La primera parte fue publicada en la Sección Artículos en fecha 15/04/04, la segunda el 19/04 y la tercera el 26/04/04. Agradecemos a Rafael Gonto, quién amablemente nos está haciéndo llegar la transcripción de esta cruda historia recogida magistralmente Por Freddy Balzán en TO3. Sobre este caso también fue filmada una película documental, pero como es costumbre de los voceros del puntofijismo, el caso fue silenciado por los medios de comunicación y los exhibidores del documental acosados por la policía. Exhortamos a los medios de comunicación alternativos a difundir y a estimular el debate de casos como este. Aporrea publicará TO3 con la ayuda de Gonto, para dejar constáncia una vez más de la violación de los derechos humanos durante la IV República.
BALZÁN.¿Qué te decían en el recorrido los guardias, los militares que te llevaban?
LABANA.No, los guardias no me decían nada, porque todos estaban en silencio. Nadie hablaba y yo también estaba callado, pensando principalmente en lo que me iba a pasar, y tratando de ver cómo solucionaba yo mis problemas ahí, y ya lo veía prácticamente sin solución. ¿Si no quisieron oír que yo era inocente, entonces qué me iba a pasar? Entonces llegaron y me entregaron un pico y una pala, me la eché al hombro y empezaron a caminar. Entonces cuando ya habíamos caminado un poco todos los guardias y yo, llegaron y cuatro guardias se fueron hacia un monte ahí, se fueron hacia un sector y entonces me dejaron a mí y al Teniente y a otro guardia y íbamos caminando ahí. El Teniente iba cantando ahí y burlándose: A éste lo vamos a matar y no se va a dar cuenta ni como va a ser... y empezó ahí cantando y tarareando las canciones ahí... y a éste lo vamos a matar por güevón... y a éste lo vamos a matar por güevón... porque no quiere hablar y dale y dale y seguían cantando todo eso, no?... y el otro le decía: bueno, a éste sí es verdad que lo vamos a freír... ¿lo vamos a freír aquí?... no, más adelante que es dónde está el sartén... y empezaron ahí a burlarse y todo eso... entonces cuando llegamos a un sitio donde hay una cantidad inmensa de tierra, entonces de un lado vi como un hoyo en la misma arena, había como un hueco ahí, pero se veía que estaba tapado ahí... entonces llegó el guardia y dijo: bueno, aquí es donde lo vamos a enterrar, ¿no? Entonces le dijo: no, a mí no me parece muy bueno este sitio porque resulta que ahí abajo hay como dos más. Oye, pero entonces lo podemos llevar para arriba... No, no, no, ya eso de allá arriba está lleno ya... Vamos a meterlo aquí porque los otros están bien abajo. Yo llegué y me paré ahí, entonces me dijeron: Bueno, abre ahí, empieza a echar pico ahí y pala. Entonces empecé a echar pico y a picar y a picar... Entonces él dijo: Bueno, tienes que abrir ese hueco pero bien grande, porque si no cuando llueva se van a salir los huesos... Entonces en una de esas el Teniente dijo: Tú vas a quedar como ese chivo que está ahí... estaba un chivo muerto... Entonces el Teniente seguía cantando: éste lo vamos a joder... porque lo vamos a matar... éste es un güevón... no quiere hablar... cantando ahí... Y después que yo había cavado bastante, entonces llegó...

BALZÁN.¿Los guardias observaban atentamente el momento en que tú excavabas?
LABANA.Bueno, no, exactamente, no... yo estaba ahí cavando, ya llevaba bastante rato cuando aparecieron los otros guardias y uno de ellos, llamado Rodríguez, llegó y dijo rápido... llegó y se quitó el arma que tenía encima, un fusil, llegó y se lo entregó a otro y dijo: No, no, a éste lo voy a ayudar yo, porque a gente como esta como tú sabes que hay que ayudarla, se va a morir y no vaya a halarle los pies a uno. Y entonces llegó y me quitó la pala y empezó a sacar tierra de ahí y arena... Después otro llegó y dijo: No, yo también lo voy a ayudar... Entonces llegó uno llamado Toro Sanoja, Cabo Toro Sanoja, y empezó también a cavar, a cavar, a cavar... y otro de apellido Gómez también empezó a agarrar ahí... todos se turnaban ahí, no? y uno de apellido Bolívar...

BALZÁN.¿Nadie protestaba la ayuda que te estaban prestando?
LABANA.No, nadie, nadie... Me parecía que estaban preparados. Todos más bien empezaban era como a jugarse y a burlarse... A mí más bien me parecía que esa era gente criminales que estaban acostumbrados a eso, por la forma en que se burlaban y todo eso... Entonces, en una de esas llegaron y dejaron todo y volví yo otra vez a agarrar el pico y seguí picando... Entonces uno dijo: Bueno, yo creo que ya está bien, ya está bien hondo... Entonces yo también digo: Bueno, yo también creo que está bien...

BALZÁN.¿Aproximadamente qué profundidad tenía el hueco que habías cavado?
LABANA.Bueno, tenía alrededor de cómo un metro.

BALZÁN.¿Había pasado mucho tiempo?
LABANA.Era como alrededor de las 12 y media ó una... y habíamos estado ahí como desde las once y media.

BALZÁN.¿No se preocupaban de personas que hubiesen circulado por esa zona los efectivos que te estaban cuidando?
LABANA.No, no, ninguno... todos estaban pendientes era del hueco y de que me iban a meter ahí.

BALZÁN.¿Un paraje solitario por completo?
LABANA.Sí, solo, solo...

BALZÁN.¿Tú reconocerías ese sitio si lo volvieras a ver?
LABANA.Sí, como no, es difícil olvidar el sitio donde le ha sucedido algo tan desagradable a uno.

BALZÁN.¿Qué ocurrió después, cuando el hueco tenía ya esa profundidad de un metro?
LABANA.Bueno, cuando tenía toda esa profundidad empezaron a... me metieron, no?... para mejor decir yo me metí, no? este... llegué y en una de esas que estaba dentro, tiré la pala afuera y agarré la camisa que me la había quitado y me acosté ahí...

BALZÁN.¿Te acostaste en el hueco?
LABANA.Me acosté en el hueco, porque ya me estaba dando demasiada rabia ver las burlas de todos, me estaba dando demasiada rabia, entonces llegué y boté las palas afuera y agarré mi camisa y metí adentro... Uno dijo: No, no, no, todavía le falta un poquito... No, no, está bien... y empezaron ahí las discusiones, no? Entonces llegaron y uno dijo: Bueno, nosotros a todos los muertos llegamos y le concedemos su última voluntad e inclusive podemos traerte hasta Marilyn Monroe, o a la Brigitte Bardot, si tú quieres.

BALZÁN.¿Eso te lo decía quién?
LABANA.Eso me lo decía principalmente el Cabo Toro Sanoja... Entonces llegó y vio la correa mía y dijo: No, pásame la correa que me hace falta una... Entonces yo llegué y me quité la correa y se la di... En otra vez llegó y me dijo de los zapatos, pero entonces dijeron: No, no, esos zapatos no sirven, están rotos, no me sirven... Entonces llegaron y empezaron: Bueno, bueno, vámonos vamos a terminar esto de una vez, vamos a ver si te entierras ahí... Y empezaron a echarme tierra y a echarme piedras, empezaron a echarme piedra y a echarme tierra... del montón de piedra ahí empezaron a echarme tierra y piedra, tierra y piedra... principalmente me empezaron a echar fue por las piernas y por el estómago... entonces me taparon todo hasta la garganta...

BALZÁN.¿Cuántas personas te echaban tierra encima?
LABANA.Bueno, se turnaban todos para echarme tierra...

BALZÁN.¿Se burlaban mientras te echaban la tierra...?
LABANA.Sí.

BALZÁN.¿Qué decían?
LABANA.Bueno, principalmente lo que decían era: Bueno, este carajo no va a aparecer más nunca en el mapa... ¡Ah! ¡vaina! esto le pasa por estar de metido en peos y vainas... esto le pasa por estar metido en... ¡coños! y vainas, no, oh! Esto le pasa por estar metido en las FALN... Entonces en una de esas uno dijo: Bueno, con esto voy a aprovechar de vengarme la muerte de mi hermano, porque ustedes me mataron a mí un hermano, no joda, y de esto me voy a vengar yo... uno de apellido Bolívar... Entonces, dando vueltas ahí, siguieron turnándose y echándome tierra hasta que llegaron hasta el cuello. Entonces ahí el Teniente llegó y dijo: No, para ahí un momentico. Entonces empezó a preguntar: ¿Qué y no vas a hablar? No le contesté. ¿Qué no vas a hablar? No le contesté tampoco. Entonces llegó y dijo: Bueno, vamos a terminar esto... Entonces llegaron y empezaron a echarme tierra en la cara, empezaron a echarme tierra y tierra y tierra en la cara, como unos tres o cuatro palazos me echaron y yo traté de aguantar la respiración hasta donde pude, pero entonces ya las manos, que las tenía en el pecho, traté de hacer fuerzas para sacarlas hasta que las saqué y empecé a quitarme toda la tierra que tenía en la cara porque ya no aguantaba la respiración y oí que dijeron: ¡Para!

BALZÁN.¿Te molestaba la tierra en la cara?
LABANA.Sí, me molestaba porque se me había metido en la narices, en la boca, no?... la mantenía cerrada, pero en una de esas que traté de respirar por la boca llegué y se me metió por la boca también... Llegué y empecé a sacudirme las narices, a sacarme la arena que se me había metido por las narices y la de la boca, a escupir todo... entonces cuando ya empecé a respirar, porque sentí un peso en el pecho, con toda la tierra y las piedras que me habían puesto ahí, ya estaba... no podía respirar bien, entonces empezaron otra vez a echarme tierra, empezaron otra vez a echarme tierra, a echarme tierra...

BALZÁN.Ya tú te sentías, perdón, cerca de la muerte, ¿verdad?
LABANA.Sí, ya yo me sentía... ya yo sentía que no podía respirar bien... me sentía como desesperado de la misma forma de respirar... todo... no? y lo que trataba era de quitarme la tierra, y no sabía ni como hacer... y todo, todo... no hallaba ni que hacer...

BALZÁN.¿Estabas desesperado cada vez que te caía una palada de tierra en la cara?
LABANA.Sí, porque cada vez que tocaba respirar llegaba y me caía una palada y yo volvía a quitármela con las manos... Hasta que en una de esas llegaron y...

BALZÁN.¿Todos los guardias perdón se habían congregado alrededor del hueco?
LABANA.Sí, y el que estaba echando esas últimas paladas era el guardia este Bolívar. En una de esas dejaron que yo respirara y que me quitara todo de la cara y entonces el Teniente dijo: Bueno, vamos a terminar esto de una vez. Entonces llegó y después de sacar la pistola llegó y me la puso en la frente... Dijo: Bueno, voy a contar hasta cinco para que hables. Mira, ¿vas a hablar? Contéstame: ¿vas a hablar? Y yo, preocupado más que todo por mi respiración, porque no podía respirar y estaba agotado y sentía todo el peso que tenía en todo el cuerpo, no podía mover las piernas, nada...

BALZÁN.¿Te sentías con el pecho oprimido?
LABANA....el pecho oprimido, me sentía que todo se me iba... entonces empezó a contar: uno..., dos..., tres..., cuatro... empezó a contar cuatro y medio, cuatro y tres cuartos, cuatro y falta un poquitico... y ¿no vas a hablar? Y entonces llegó y... y yo respirando y respirando... hasta que llegó y dijo: Bueno, vamos allá de una vez, y llego el Bolívar y dijo: Bueno, sí me voy a vengar, yo voy a vengar a mi hermano, pues... y empezó a echarme y a echarme y a echarme... hasta que se me nubló todo, estaba desesperado... yo recuerdo que creo yo que pegué un grito: ¡ayyyyyyy! Porque ya la garganta no la aguantaba... Entonces hice un movimiento ahí como para tratar de respirar y se me fue todo y perdí el conocimiento. Después cuando lo recuperé yo lo que me vi era que tenía... con una mano, me tenía agarrado uno por una mano, otro por la otra mano y dándome golpes en la espalda.


Esta historia continuará...


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Freddy Balzán


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