Crónicas del socialismo del XXI

¡¡Nunca seré rico. Pero jamás seré pobre!!

Nunca vi a nadie citarse a si mismo, pero yo lo voy a hacer y si soy el primero, mejor,  siempre me gustó ser el primero en cualquier vaina, así que resulta y pasa que hace rato me estaba leyendo, si, estaba leyendo uno de mis artículos, yo digo como el señor que estaba escribiéndole una carta a la novia y el pana le pregunta que le estaba escribiendo y le respondió que todavía no sabía porque no había leído la carta, a mi me pasa igual,

A veces escribo de un solo empujón y días después es que tengo tiempo de disfrutarme leyendo, aunque a veces agarro tremendas arrecheras también,  digo, cuando encuentro gazapos. 

Pero en general creo que es bueno para la autoestima disfrutar de lo que uno hace, así que cuando puedo me leo. Asi encontré en un artículo mío... que se titula La Anticrisis, publicado por Apo y por Rebelión la frase que puse aquí como título. 

En una invitación a todas y todos las víctimas de la recesión cósmica, los convocaba al sur, tierras donde se engendra el socialismo; y ya casi al final escribí esta sentencias que hoy me alucina a mi mismo: Aquí nunca serás rico, pero jamás serás pobre!! 

En verdad que no le pare tanto cuando lo escribí, pero de que salió bien, salió. Es la mejor forma en que creo poder definir al socialismo, hasta ahora tenía otra que era: IGUALDAD EN LA ABUNDANCIA, pero claro, ¿y si no había abundancia? Tocaría como a Cuba: igualdad en la peladera. 

Hasta que el ser humano no se divorcie realmente de ese lazo consanguíneo con el puto dinero, no nacerá el mundo nuevo. Es decir, estoy bien si tengo billete, si no estoy jodido. 

Me va bien si gano bastante, si pelo bolas no me va bien. El dinero, siempre el dinero, es quien define mi grado de felicidad, eso, compas, eso es el capitalismo que llevamos por dentro. Ese es el enemigo más grande de nuestra Revolución. 

Así mismo decía de las clases sociales, la forma más bizarra y perversa de clasificar a nuestra especie, cuánto tienes y te diré si eres clase A, o B, o C, o D, o Z. 

El Capitalismo va por dentro. 

Todos somos capitalistas hasta que no demostremos lo contrario, digo yo. 
 
 
 
 

Cuánto tengo, cuánto valgo. Qué bolasss! Hasta cuándo, hasta cuándo…???

Cómo se puede ser socialista si lo que tienes en el disco duro es cuanto billete te van a pagar, cuanto tienes en el banco, cuánto hay pa eso!!! 

Como ansío una humanidad liberada del valor, que tan esclavos somos todavía del consumo. Mi padre se murió la semana pasada, yo no puedo comprarme un papá nuevo.

Yo estoy triste y nada que compre me quitará mi tristeza, es más, quiero estar triste por mi papá. Entonces? Así igual hay valores de felicidad, yo me muero por conocer a una mujer que he visto dos veces en el Edf. Phelps, en la Urdaneta, ella debe estudiar algo en Ávila TV, como me tiembla el corazón cada martes cuando voy. Y el dinero?, nada que ver.  Soy feliz suspirando por ella o llorando por papá, son los valores humanos, los del corazón, los que valen, no los que tengas en la cartera, esos son los valores del capital. 

Yo casi nunca tengo billete,  trabajo como voluntario, porque me gusta lo que hago y soy muy, pero muy feliz. Tampoco me falta dinero, siempre tengo suficiente para mis vainas, quizá de allí fue que me salieron las palabras que escribí: Nunca seré millonario, pero jamás seré pobre.  Siempre seré SOCIALISTA!! 


brachoraul@gmail.com




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Raúl Bracho


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