Uno de los carros escondidos por Zuloaga iba para Ismael García

Qué mataperrera tan grande ha cogido Ismael con el hallazgo que hizo el CICPC en la mansión de Zuloaga. Qué vaina. El tipo sale otra vez desaforado (igual que el día aquel en que el presidente dijo que se dejaría de llamar Hugo Chávez si Globovisión continuaba con su terrorismo) en una descomunal perorata defendiendo a Zuloaga. Que si le están levantando un expediente a Zuloaga porque no está de acuerdo con el gobierno, que si acusarán ahora a Zuloaga hasta del crimen del dirigente sindical de la Toyota, Argenis Vásquez; que si quiere que lo sancione a él la Asamblea Nacional por su coraje al enfrentar a este gobierno. En fin, Ismael se ha convertido en el perrito faldero más grande, más lame-botas, más mueve-cola, más baboso y arrastrado que tiene Zuloaga y por ende Globovisión. Cada vez que se le descubre una vagabundería a Ravell y a su entorno corre Globovisión a buscar a perro de presa del Ismael García para que ladre, escupa y balbucea cuanto tenga en sus sesos retorcidos contra la revolución.

Al parecer ese lote de carros los tenía apartado Guillermo Zuloaga para ser repartido entre sus serviles políticos de partido, los que le han venido prestando un grandioso servicio a Globovisión, dado que este canal está envuelto en una y mil triquiñuelas. Según se desprende de una lista llegada hasta mi despacho, se había apartado uno para Gloria Cuenca, otro para Cabeza e´ Motor, otro más para Ismael…

Ismael sabía que su “carrito” ya lo tenían allí en la quinta Las Cerraduras, ubicada en la avenida Alfredo Jahn de la urbanización Los Chorros. Preocupado, hace unas tres semanas llamó a Guillermo, y he aquí parte de la grabación:

- Buenas tarde don Guillermo.

- ¿Y cómo estás tú Ismael?

- Bien. Digamos que bien, aquí en esta lucha dura, en esta cochinera de la Asamblea.

- Me imagino, chico. Te compadezco, vale, eso es peor que estar en el infierno de Dante.

- Pero bueno, don Guillermo, siempre cumpliendo con mi deber: defendiendo lo poco que nos queda de democracia, y sobre todo la libertad de expresión porque sin libertad de expresión todos nos vamos al infierno.

- Bueno, tú sabes que a eso estamos entregados todos, y por eso te damos todo el apoyo que necesites. Si tienes a alguien más con ese carisma mediático que tú te gastas me dices y le ponemos un programa. Yo, el tuyo no me lo pierdo los domingo. Qué fuerza, qué ametralladora tienes tú en esa labia, vale. ¿Y qué otra cosa tienes por ahí, Ismael?

- Bueno don Guillermo, perdone que lo moleste, pero sólo quería saber cómo iba aquello de la seis en línea, el caballito de acero...

- Allí la tenemos Ismael, cuenta con eso que nunca le quedo mal a nadie, sólo que con estos arrebatos de este loco no hemos tenido tiempo para tantos compromisos.

- Sí. Yo el otro día pasé por los Chorros y la vi. No sabe cuánto se lo agradezco. No debí ir a verla porque ahora ando desesperado. También le digo que cuente conmigo para lo que necesite, leal con usted en las buenas y en las malas, don Guillermo. Muchas gracias, y perdone que lo haya molestado porque yo sé todo lo que usted vale, cuanto vive haciendo por Venezuela, por sus periodistas, por la libertad de expresión. Reciba usted todo mi apoyo y consideración. Salúdeme a su señora. Gracias. Mil gracias. Un abrazo.

- Hasta luego, Ismael.

Por eso estaba Ismael ayer que se tragaba a todo el canal, defendiendo a Zuloaga ( ¡SU CARRO!). Su carro ahora en pico e’ zamuro. Pobrecito, quizá ahora don Guillermo tenga que decirle que se conforme con un Lada de segunda mano, dada la terrible situación en que lo ha metido el castro-comunista Fidel. Vainas.


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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