A Porras, ese especie de Maquiavelo ensotanado, dentro de la cúpula eclesiástica y que aun no ha caído en cuenta, porque es otro de los disociados mediáticos a punto de camisa de fuerza, del daño que cada vez que abre la boca u osa escribir algo, le hace a la Iglesia de Cristo, la verdadera, la de los pobres, no conforme con todas las barbaridades que aquí dice contra la Revolución, se fue a Nicaragua a lanzar pestes desde allá contra un gobierno que aún después de diez años, tiene tal respaldo popular, que la historia de este país jamás había registrado.

Es tan corto de inteligencia que no se da, o no quiere darse por enterado que mientras más él y los de su patota ensotanada de la Conferencia Episcopal, salgan por sus medios con comunicados ridículos o en sendas declaraciones, lo que hacen es convencernos más a quienes estamos con este proceso, de que vamos por el camino correcto.

Se atreve él y sus adláteres a llenarse su bocota reclamando democracia cuando son el más genuino ejemplo de todo lo contrario.

Están donde están sin que nadie los haya elegido, hablan en representación de una Iglesia que no los ha autorizado para que salgan a tomar posiciones extremas, que es lo que han venido haciendo durante estos diez años, y toman decisiones y lo hacen de manera tan incomprensible, condenable y vergonzosa como la de expulsar de la iglesia, nuestra iglesia, a tres sacerdotes por que oficiaron una misa en la tradicional, desde hace más de cien años fiesta de Bendición del Mar.

Es la gota que derramó el vaso, es la muestra más patética de su disociación “in extremis” y que marca un antes y un después, un antes lleno de inconsecuencias con las grandes mayorías pero hasta cierto punto soportables, pero un después que no puede ser otro que el de condenar, por todos los medios y de todas las maneras la inconmensurable metida de pata, de quienes se supone, en una sociedad, deben ser ejemplo de tolerancia, comprensión, perdón y todas esas virtudes que predican a cada rato pero que no practican.

Por otro lado viven en una eterna lloradera porque las vocaciones sacerdotales están despareciendo sin darse cuenta que en gran parte es por su actitud y conductas que chocan contra las posibilidades de que haya jóvenes que quieran seguir su ejemplo.

¿Es que pretenden estos sujetos que en nuestros hogares vayamos a motivar a nuestros hijos para que se metan a un seminario, el mismo del que han salido estos abortos, para que se formen a imagen y semejanza de ellos?

Bastante difícil y más si vemos que no en la Iglesia de todos nosotros, sino en la que ellos quieren imponernos, bien alejada del legado evangelizador de Cristo, ellos p/practican la más evidentes contradicciones con los valores inherentes a la persona humana, además de ser ejemplo vivo de la violación a sus votos de pobreza, castidad, obediencia que son promesas que se hacen a Dios, y son regulados por la Ley canónica de la Iglesia,

“Romper un voto equivale a romper una promesa hecha a Dios y es peor que mentir, y por tanto constituyen un pecado adicional contra el octavo Mandamiento que convierte al sacerdote en perjuro, porque el Señor claramente dijo: “No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos” (Mt. 5, 33). Con frecuencia inusitada la prensa ha comentado vergonzosos acontecimientos, protagonizados por sacerdotes – de aquí y de allá –, y lo que es más grave de la más alta jerarquía, que aparentemente olvidaron sus votos, porque con su censurable comportamiento, han lesionado la imagen de la iglesia y han traicionado la confianza de sus feligreses.

Estas graves faltas sacerdotales, hacen muchísimo daño a la Iglesia Católica como institución, porque el “quemeimportismo”, la arrogancia y el desdén con que las cometen unos pocos, desacreditan a los sacerdotes en general, e inhiben a los feligreses de buscar la absolución de sus pecados por medio del sacramento de la confesión.

Es imprescindible entonces destacar, que todos los sacerdotes deben ser personas integras y cabales que con su buen ejemplo inspiren el comportamiento de la comunidad” (Eduardo Insua; La vocación y los votos sacerdotales” Desde mi trinchera, 29/04/2009).

No son pues íntegros ni cabales quien se colocan al lado de los que más tienen, ostentan riquezas, compiten por prebendas tienen doble personalidad en lo moral y pretenden convencernos de lo que no son capaces de defender con su conducta, que raya en lo detestable como en el caso de la expulsión de los tres sacerdotes, esos si íntegros y respetuosos de sus votos sacerdotales.-

Estos prelados, en lugar de estar metidos en controversias políticas, por prebendas perdidas, deberías reflexionar y mirarse a sí mismos para darse por enterados que la Iglesia de hoy no es la de la Edad Media, que las cosas han cambiado, que por ejemplo si un sacerdote como en el caso del cura de Miami anda con una mujer y lo hace abiertamente, es porque hay miles que también lo hacen y lo más grave en relaciones que la misma iglesia llama “anti natura”, de pederastia, de homosexualidad.

De buscar la manera de cambiar ese estado de cosas es de los que deberían ocuparse, no Porras que no tiene moral, pues es vox populi que engendró un hijo, pero sí, los pocos obispos que aun están a tiempo de parar la desbandada ocupándose, cómo dijo nuestro Cristo de; ”ver la viga en su ojo y no la paja en el ajeno”.-

SON TAN INCAPACES QUE REQUIEREN REFUERZOS

En una continuación de la arremetida mediática de la derecha, y ante el fracaso permanente de todas las estrategias del delincuente de Globoterror, en una muestra más del desespero inocultable, se traen unos cuantos refuerzos de reconocidos militantes del fascismo internacional; Vargas Lloza, Apuleyo. entre otros, quienes ya tienen antecedentes de venir a nuestro país a gritar que aquí se irrespeta la libertad de expresión, que aquí hay una tiranía, desmintiendo con sus afirmaciones lo que predican por el mundo, pues no les sucede nada. Pero “bueno es culantro pero no de a tanto”. Esta vez el gobierno con el apoyo del soberano que lo eligió, debe sentar un precedente, no olvidando que el Comandante ya lo dijo en uno de sus programas “Aló Presidente”; “Quien venga aquí a irrespetar nuestro país y a meterse en nuestros asuntos, será expulsado”, algo que ya se cumplió en el caso de Vivanco y que no debe dejar de repetirse en el caso de éstos tarifados, que quien sabe cuántos miles de dólares deben estar cobrando con su participación en un acto más para la desestabilización.

Ahora bien, cabe preguntarse; ¿Por qué nuestras embajadas o consulados, según el caso, en los países de los cuales vienen estos internacionales del fascismo, a sabiendas de que el motivo de sus viaje es reforzar al golpismo de acá encabezado por el canal forajido Globovisión, pues son públicas y notorias sus intenciones ya anunciadas, les expiden las respetivas visas?.

Bien sabemos que hay tipos de visa, a saber; de turismo, transeúnte, residente, las dos últimas se supone no las poseen y la primera solo les autorizaría para visitar nuestro país, como el nombre lo indica en condición de turistas y no a reforzar la conspiración en una de las democracias más legitimas del planeta, quizá la más legitima; por ningún motivo, un turista y menos quienes han manifestado a lo que vienen, pueden participar en actos que de alguna manera violen nuestras leyes.

Se supone también que el Ministro Maduro a estas alturas ya debe haber girado instrucciones para que se les cancele la visa que se les haya otorgado y si ya fuese tarde, deben las autoridades de inmigración estar moscas en los aeropuertos para enviarlos de regreso a que vayan a joderle la vida a sus gobiernos y no aquí, donde los venezolanos hemos ya en 15 elecciones demostrado cómo es que aquí resolvemos nuestras diferencias.

Lo mejor sería que estos desadaptados de la política internacional deshicieran las maletas si es que ya las tienen hechas y si son tan machos y vienen que se preparen para regresarse con ellas y sus mentiras, calumnias y desapego a la realidad que aquí vivimos.-

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