¿Por qué me drogo?

Dentro de nuestra sociedad, el mayor porcentaje de habitantes va de frustración en frustración, la mayor cantidad de la población no tiene posibilidades de desarrollar sus capacidades, esto hace que ese resentimiento, ese no poder vivir el mundo que queríamos, nos invite a la evasión, a la anestesia producida por alguna sustancia que consumamos, que fumemos o que nos inyectemos. Nos lleva a la fantasía, a la irrealidad, al escape.

¿Y no fue eso lo que nos enseñaron en la infancia?

¿Por qué no tratamos de recordar que fue lo que este sistema capitalista y sin valores humanos nos enseñaba a todos nosotros en nuestra infancia?

¿No recuerdan a Pedro Picapiedra?, un obrero que vive bajo la explotación del señor Roca Plata y que sobrevive con los mísero piedrólares que tiene de salario que no le alcanzaban ni para ir a jugar bolos con su pana Pablo Mármol. Desde pequeños nos domestican, nos prometen ser el héroe y terminamos siendo el anti héroe.

¿Y que nos enseña ese bombardeo mediático? ¿Qué valores? Los valores de Rico Mc. Pato, acumulando y acumulando dólares ante la envidia sumisa de su sobrino el Pato Donald y sus tres sobrinos que nunca supimos hijos de quien eran. Nos hacían soñar con ser súper héroes, con volar, con ser poderosos. Ah! Pero también nos enseñaron a drogarnos, a veces sutil y otras descaradamente, cuando nos identificábamos con Superman bajo los efectos devastadores de la kriptonita verde o los efectos alucinantes de la kriptonita roja o cuando nos hacían alegrarnos al ver a Popeye, ante el sometimiento a las injusticias, convertirse en el gran invencible musculoso poniéndose su pipa, que siempre le costaba mucho conseguirla y convirtiéndose en el más fuerte luego de fumársela llena de espinacas.

El hombre actual consume drogas porque no es feliz., por que no tiene posibilidades de realizarse como ser humano, porque generalmente vive en la miseria, con una familia disfuncional que lo agrede desde la infancia y porque se siente insatisfecho, se le prometieron palacios y vive en un rancho, le prometieron millones y se arrastra tratando de aparentar una riqueza ficticia., porque en vez de sueños le llenaron su ámbito de jíbaros, para que se drogue, se avada, se anestesie. Para que robe y para que mate. Porque vive en un mundo enajenado de la condición humana.

En el otro extremo de la sociedad hay daños. Los niñitos “bien” consumen drogas y no porque no tengan sino porque tienen demasiado. En nuestro mundo actual el consumo de drogas se produce en muchos por la carencia de recursos y posibilidades y en pocos por el exceso de estos, que ahogados en un mar de abundancia materiales extravían los valores, son atrapados por la droga y convertidos en adictos a la esquina donde lo espera el vendedor de turno, en adictos al miedo, a la paranoia, a la locura. Nadie puede ser feliz viviendo asustado todo el día, separado cada vez más de su familia y sus congéneres, esclavizado en ver como conseguir dinero para drogarse, tornándose en latero, en ladrón o en asesino, nadie puede ser feliz al ver cada día en el espejo su cuerpo casi cadavérico, su rostro “chupado” y sin dientes, por no hablar de soledades, exclusiones y silencios.

El hombre del siglo XXI consume drogas porque es víctima de el mercado de la oferta que lo hostiga incesante como puerta de salida a su exclusión de valores desde la infancia cometida y que le abre la anestesia como escape y lo esclaviza. El dinero es una droga, la televisión es una droga, el consumismo es una droga, la ciudad es una droga, el capitalismo es la madre de las drogas.

Todos, cuando niños teníamos expectativas, “idealizamos” el futuro y con el pasar de los años nuestros “futuro” se hace muy diferente al que soñamos. Vivimos en una sociedad que no prepara hombre, sino consumidores. No era tan fácil ser el héroe de la película, no era tan fácil terminar de crecer y hacerse millonario, no era tan fácil tener una familia feliz, no era tan fácil tener un yate, no era tan fácil ser un James Bond, no, no, no era tan fácil. Más fácil es ir a la esquina a consumir ilusiones.


(*)Fundación HombreNuevo

brachoraul@gmail.com




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Raúl Bracho(*)


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