Se acabó el episodio del referéndum revocatorio

Base de operaciones

**** Se acabó el episodio del referéndum revocatorio, para abrir el nuevo de los comicios regionales y locales dentro de la serie tragicómica que vivimos los venezolanos.

Para todos los efectos se acabó el episodio del referéndum revocatorio de esta serie tragicómica que vivimos en Venezuela. Al pasar al ámbito jurisdiccional le cayó la maldición que dice “entre abogados te veas” y, por lo tanto, de ahora en adelante los comunes no entenderán nada. Y en esas condiciones se perderá el interés sobre el tema. En ese campo las únicas sentencias y dictámenes que son claros y precisos son los que fallan a favor de las débiles. Cuando los contenciosos son entre los poderosos las soluciones son ambiguas, y en todo caso tratan de colocar en un “pagapeos” la culpa de lo acontecido. Pero de cualquier manera para el 33% “chavista” (Alfredo Keller dixit) este resultado es un triunfo de “la revolución pacífica y democrática”, mientras para el 25% de “escuálidos” ella es una derrota para la “libertad y la democracia”. Aunque para el 42% de los racionales esto sea un alivio. Se sacuden el fastidio de la monotonía de estar oyendo amenazas de una guerra civil o internacional por parte de politicastros que cuando oyen un “Bin Laden” se esfuman dejando en la calle uno que otro tonto alienado y los inefables soldados que cuidan el orden público. Desde luego se ha intentado abrir otro episodio alrededor de la cuestión de los derechos humanos. Pero como “no somos suizos”, al decir del filosofo adeco Manuelito Peñalver, esto es una materia muy profunda para las masas alienadas, que cae necesariamente dentro del ámbito de los abogados con los resultados enigmáticos que ya comentamos. En este caso, lo racional es la conducta del gobierno chino que mando al norteamericano a mirarse en un espejo cuando le acuso de violación de los derechos humanos. Como decía un militar tropero en mis tiempos de teniente, “autoridad que no abusa no es autoridad”.

Ahora el nuevo episodio de la serie será el que se escenificará con las elecciones de las autoridades regionales y locales cuyos resultados se anticipan. Sí cuajan las predicciones de Keller – y no hay razón para dudar de ellas – el oficialismo, con una tendencia hacia la baja, ganará en la mayor parte de los casos, especialmente con la división de los “escuálidos”, también con inclinación hacia la baja, mientras será alta la abstención de los racionales que es el único movimiento en alza. Ha subido del 26% en el 2001 al 42% en el momento actual. No tiene lógica ir a votar en unos comicios donde las alternativas son o, un procónsul del caudillo nacional, o, un cacique regional o local, cada uno con su cohorte de arribistas y sus aspiraciones depredadoras. Elegir entre blanco y negro, cuando hay una inmensa variedad de colores y tonalidades, y especialmente para que nada cambie, es un insulto a la inteligencia. Solamente si en el elector hay un interés distinto al político, ligado al bienestar personal o a las posibilidades de autorrealización, se justificaría participar en unos comicios donde las ofertas son de tal pobreza. Sería una decisión egoísta. Pero en una sociedad anómica como la nuestra, sólo los intereses personales definen conductas.

escruz@telcel.net.ve


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Alberto Müller Rojas


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