Maestros. Fuente de aburrimiento y tensión

El mundo de la enseñanza. Escuelas, colegios, pupitres, pizarrones, compañeros y los maestros, no alimentan el deseo de aprender, por lo caduco del sistema. 

Lamentablemente todo el esfuerzo del gobierno, por mejorar diversificando la educación choca con los maestros burgueses, la Iglesia, la oposición y la oligarquía. No quieren desprenderse del negocio de la educación. Mentes indiferentes e indolentes, trasmiten de generación en generación la estupidez, para sostener las clases sociales, evitando la integración colectiva, ese el freno de la burguesía a la educación, llevada a cabo por el maestro capitalista y  la Iglesia, la orden sostener a como dé lugar, el mediocre pero jugoso negocio de la educación. La educación privada, los curas y las monjas, son los culpables directos de que un numeroso grupo de jóvenes, pierdan el interés por la educación. Cuyos maestros, por la escasa actualización son fuentes permanentes de aburrimiento y tensión. 

Estos trasnochados de la enseñanza, no consiguen motivar a los jóvenes, la presión por obtener más prebendas materiales y económicas, sin incluirse en el nuevo programa educacional de la revolución, son causa de una presión insoportable. Esta negativa actitud, de rechazo permanente, solo porque si, o porque Chávez me cae mal, genera un rechazo hacia todo lo relacionado con la reflexión, el estudio y la investigación, maestros conformistas y aletargados en su propia capacitación, no están a la altura de las circunstancias y los cambios, no solo generacionales, sino relacionados con la geografía económica, energética, y sus crisis. Así, los jóvenes luchan con un obstáculo adicional, los maestros y sus ambigüedades. Merma automáticamente, el deseo de aprender.

La educación es un reto. El reto consiste, en que se mantenga ese deseo de aprender, no solo en los ciclos de formación estudiantil, sino para el resto de la vida, y aunque no hay formas infalibles, existen estrategias eficaces que pueden aplicar padres, maestros, niños y jóvenes. Todas parten de la innovación, con esta la responsabilidad entre las dos escuelas que permiten el conocimiento, el hogar y el centro educativo. La educación, dependiendo si es un negocio o no, retrasa o adelanta la capacidad cultural de la nación, y esta no se mide para algunos, se la mide siempre en porcentaje de alfabetización, cuando es social. Cuando no lo es, no aportan en nada, ya que solo es para una clase que no es representativa de un país en la formación de valores.

Cuando esto ocurre, los maestros deben tener un rotulo de advertencia como el del cigarrillo. Peligro para el usuario. Individuos sin escrúpulos, con un estilo de vida materialista, proponen continuar con la desigualdad, defienden el consumismo, fomentan el odio y la secesión.

No es casualidad que la educación en los Estados Unidos, este llena de violencia. Ambientes tensos en las escuelas, implacable estrés escolar, no ofrece orientación confiable, producto de un sistema en crisis. No podemos permitir que esa tensión, producto de una cultura en decadencia, repercuta por acá, producida por un grupito de maestros burgueses, sin representatividad de los gremios, comprometidos con la oposición y su desestabilización. Cada año es el mismo cuento, la nostalgia de lo que fue y ya no será, los deprime, extrañan el dinero y la holgazanería que el sistema capitalista les acostumbro. Están preparados solo para las metas materiales.

El dinero, el poder, el status quo, los bienes materiales, no garantizan protección alguna contra la infelicidad, de no vean al pueblo norteamericano. Las enfermedades emocionales siempre los han atacado, están a la orden del día en las naciones industrializadas. Siempre se les inculco la superioridad, la perfección y el éxito individual, movidos por el concepto erróneo del capital. El consumismo los mato, se volvieron irracionales e irrespetuosos, sus efectos sacudieron la educación de nuestras naciones, por los maestros así educados, encargados de continuar con la inmoralidad del sistema, hasta que llego la crisis.

Definitivamente hay que tomar la educación. Así como los puertos y aeropuertos, el sistema educativo debe ser prioridad del estado sin postergación. Mente, cuerpo y espíritu sanos, no se consiguen con la educación así como esta, trasmitida por estos maestros en escuelas privadas o religiosas. Hay que trasmitir otros valores equivalentes al del dinero, como parte importante de la vida. Solo así se podrá transformar el sistema, de lo contrario, la educación será un freno perenne al proceso de cambio. La educación no es un negocio, es un regalo de un valor incalculable para todos.

 



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Raúl Crespo


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