Los peligros de la revolución

 Seguimos buscando culpables sobre ¿por qué dos millones de compatriotas de los barrios votaron en contra del Presidente?; la culpa está en todas partes pero no dentro de la revolución, ¡que va!, echarle la culpa al orden mediático es la repuesta más fácil y conveniente, profundizar con objetividad en las verdaderas causas es cosa de los que atentan contra la revolución. Deberíamos preguntarnos: ¿si lo mediático es el culpable de que esos dos millones se hayan alejado del proyecto revolucionario, porque razón el señor Presidente no salió de su cargo cuando en tiempos del paro, todas las televisoras lanzaron la campaña mediática mas agresiva que la historia contemporánea de nuestro país conoce? La realidad es que ninguna campaña mediática alcanza un efecto contundente, si no va acompañada de fallas en el producto que domina el mercado, en este caso el producto sería el proceso revolucionario; por ejemplo como pedir que ciertas localidades del estado Zulia no estén molestos cuando tienen 10 años esperando que les llegue el agua y la repuesta por Hidrolago es que todavía no han llegado los recursos y con bombas y platillo nos llenamos la boca de solidaridad y enviamos recursos a otros países, que nadie niega que estén en situación crítica, pero los compatriotas nuestros lo están también al no tener la satisfacción de una necesidad básica como lo es contar con el suministro de agua potable. 

Mario se la pasa en un toma y dame con Globovisión, pero que yo sepa, sólo ha hecho un programa fuera de VTV con las comunidades, donde por cierto se dio cuenta de las necesidades de una comunidad y el abandono en que estaban, desde aquel programa jamás lo he visto realizar otro de igual similitud donde hablen las comunidades, ahí estamos fallando y nuestros compatriotas encuentran en los medios privados la única forma de hacerse escuchar y de que el Presidente conozca sus realidades que al parecer se las esconden; como nos enteramos que se inauguró un módulo de Barrio Adentro sin contar por lo menos con un médico, a través de los medios privados, ese es una realidad. Imagínese cuando el señor Presidente habló de que si él, ganara más de 10 mil bolívares fuertes le daría pena; qué les tocará a los que andan en camionetas de lujo y todo los días se nos presenta con chaquetas que no son de las que se venden en el mercado del cementerio, sólo hay que ver sus acabados para darnos cuenta. ¿Misterios de la ciencia? 

El señor Contralor dice que no investiga hasta que denuncien; qué riñones la de este señor, me imagino que si ve una violación él no investigará hasta que no vea la denuncia en su escritorio; de paso nos dice que denunciemos, no se a donde. Señor Contralor si usted pidiera a los Contralores de los Estados y entes públicos las obras que están por iniciar, que estén en proceso de construcción o culminación, con sólo nombrar un equipo interdisciplinario de la contraloría, aplicar estadística, seleccionar una muestra y enviar a este equipo por Venezuela a supervisar estas obras, se dará de cuenta que muchas de ellas están paradas hace años, otras fueron mal terminadas y otras ni se han comenzado (comience por San Félix, Estado Bolívar y pase por el Módulo de Barrio Adentro del Roble que tiene cuatro años en construcción, hable con el padre Matías y pregúntele por la cancha de la parroquia terminada a media y no sirve, vaya al pequeño módulo oftalmólogo y odontológico situado en UD 102 y verá que ni empezaron); luego elaboraría sendos informes y lo enviaría a la Fiscalía para meter a muchos vagabundos tanto del lado de la revolución como de la oposición presos; pero usted estimado contralor forma parte de los graves errores de la revolución. 

El día domingo salió en la prensa  que se vendería pescado a nivel nacional; la dirección para parte del Estado Bolívar fue: “En Puerto Ordaz”; uno se pregunta será que el que colocó este aviso piensa que Puerto Ordaz es una plaza ubicada en el Estado Bolívar. En la plaza del hierro de la ciudad de Puerto Ordaz, empezó a eso de las 8 a.m. un PDVAL, sin venta de café, ni carne, ni pollo; como a las 10 a.m. llegó pollo y se empezó a vender a 06 por personas, ya mucha gente cansada de esperar y con otras actividades por hacer se habían retirado a sus casas sin llevarse sus pollos; la jóven que despachaba hacía de todo pese al equipo que la acompañaba (me imagino que estos llamados revolucionarios dirán lo mío es bajar el producto, el otro dirá lo mío es manejar el camión y así sucesivamente), metía en las bolsas y cobraba, se tardaba en promedio siendo conservador 10 minutos por persona, yo estaba de 32 en la cola, estimé por lo menos 04 horas parado y con seis operaciones en una rodilla, eso no era positivo para mi salud, me fui al supermercado, podría decir que compre más caro si no incluyera los costos no monetarios que se producen el estar medio día en una cola sin saber que cuando te toque tu turno, ya muchos productos no estén a la venta.

De las colas en Mercal ni hablemos, saber donde habrá operativo es un reto y cuando te enteras llegas y ya hay 100 personas a pleno sol esperando poder comprar algo; de algo me di cuenta de que cuando las personas ven colas de esta magnitud se van para los chinos que siempre tienen de todo, eso sí con sobre precios, pero al parecer nadie del Indepabis los visitas; ¿Será que es parte del convenio con China?, ahí el pueblo termina comprando sus productos a precios muy superiores pero con el sabor de que no corren el riesgo de estar un día en una cola llevando sol parejo y al final solo conseguir el 60% de los productos de la canasta básica; donde los chinos saben que saldrán temprano, conseguirán todo lo que buscan, podrán estar mayor tiempo con sus hijos y descansar un poco más del trajín de ir al trabajo de lunes a viernes desde la 5 a.m. hasta las 7 p.m., pagará un precio mayor por los productos pero los beneficios compensan el incremento.  

Perdonen que no he tocado el tema de la delincuencia, pero ya eso está tan trillado y lo peor  fue logrado: “el temor que siente cada venezolano a cada momento de ser robado, asesinado y perder el único carro que nos lleva al trabajo, a los niños al colegio y me permite salir de un punto de venta a otro para conseguir la papa”; todo eso hace que paguemos primas de seguros onerosas (muchos invierten en esto hasta la plata de sus vacaciones), que estemos en la casa desde las 5 p.m., con las puertas cerradas; y si hacemos como en el sector donde vivo los fines de semana, montar un sancocho y ponernos a jugar dominó, ponemos a los mirones ahora a cumplir otro papel, el de estar atento a cualquier carro extraño que pase o la presencia de personas que no son del sector; así están las cosas. Se me olvidaba que ahora también tenemos que estar atentos ante los delincuentes del volante; eso que van como locos por la vía, que compran con la mayor facilidad del mundo una licencia o pagan para cambiar los croquis a su favor y que no respetan a nadie; cada día la impunidad les da mayor brecha y ellos siente que las calles y carreteras son suyas; hace tres día murieron dos ciclistas a las 7 a.m., un día domingo; pese a que a esa hora las vías están poco transitadas, imaginemos como será los días de trabajo y clases.  

Esto es parte de lo que no queremos ver y que poco a poco va escarbando un pequeño hueco que cada día se hace más profundo y que un día puede ser tan grande que ni el propio Comandante podrá llenar, en ese momento la revolución estará en caída libre y ya nadie la podrá salvar.

Ante esta disyuntiva el trabajador cada día se aleja de los políticos y rechaza el voto como camino de lograr una vida mejor. 


 

henryantonioc@gmail.com



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Henry Carrero

Asesor y docente universitario en la Universidad Nacional Experimental de Guayana - UNEG. Especialista en temas de mercadeo.

 henryantonioc@gmail.com      @HENRYACARRERO

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