El presidente Hugo Rafael Chávez Frías, el domingo pasado en su programa Aló, Presidente, pidió a las autoridades electas de la revolución y a las comunidades organizadas a enfrentar con información, con una batalla leal de ideas, la guerra mediática que intenta destruir el proceso bolivariano y sugirió el uso de panfletos, de periódicos y medios como la radio, sobre el que por cierto, observó que las mentiras y los ataques se han incrementado por su versatilidad y bajo costo.
Se sabe e incluso, esto también lo dijo el máximo líder de la revolución bolivariana y fue reseñado por los diferentes medios de comunicación, que la gran prensa le dispara a todo lo que se mueva del lado del chavismo y así arremete contra las obras sociales, de infraestructuras, económicas y comunitarias que se han hecho y se siguen haciendo en el país. Cuando no las silencian se las ingenian para buscar algún aspecto negativo y provocar dudas en la gente, confundirla con mentiras, mientras el aparato informativo del Estado apenas puede enfrentar el poderío tecnológico de los adversarios.
Ahora bien, mi pregunta es: ¿Por qué no utilizar un arma con que cuenta la revolución actualmente un tanto empolvada y que bien utilizada no hay duda de que sería muy efectiva y eficaz? Me refiero a las emisoras comunitarias y al contingente de graduandos en comunicación social de la Universidad Bolivariana de Venezuela, sede Zulia, que no sólo esperan la entrega de títulos, sino que desconocen lo que les deparará el destino luego que la máxima casa de estudios les ponga el cuero´echivo en la mano.
No logro entender que por un lado tengamos al comandante claro con respecto de la situación mediática que nos afecta y por otro a un conjunto de emisoras comunitarias y a un grupo de muchachos de la UBV que ya culminaron sus estudios, ansiosos por pararse firmes ante el comandante y el pueblo, pero que la revolución no ocupa.
Quizás esto que planteo es más difícil de lo que se piensa, pero creo que así se robustece el sistema radial de la revolución en beneficio del proceso y se insertan al campo de trabajo a esos profesionales cesantes. Se le garantizan los recursos de funcionamiento y se les hace seguimiento, para que este proyecto no termine en un grato recuerdo de lo que pudo haber sido y no fue o en una infeliz protesta roja rojita de jóvenes inconformes, pues por encima de todo, el objetivo es fortalecer el aparato comunicacional del Estado tal cual lo exige el presidente Chávez y enfrentar los desmanes de la gran prensa opositora.
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