Maquillaje policial



Maquillaje policial

Alberto Morán

albemor60@hotmail.com

Los organismos de seguridad y orden público, sobre todo del Zulia, no quieren entender que las acciones efectistas de combate al hampa, carecen de asidero en la comunidad que a estas alturas sigue asediada por los operativos policiales, una práctica que en lugar de preservar la vida de la ciudadanía, lo único que hace es causar molestias a la gente honesta que se ve obligada a sufrir los rigores de una requisa o embotellamiento, ocasionado por alcabalas apostadas en medio de las vías principales.

No se requiere ser experto policial para saber que mientras se coloca una alcabala móvil en la avenida la Limpia de Maracaibo, debajo de la Autopista Uno, causando para colmo una tranca, en esos barrios de calles tortuosas y polvorientas –por citar un caso- ubicados un tanto más allá del final de la avenida, cerca de la Curva de Molina, los delincuentes atacan a la gente indefensa ante la mirada indiferente de los cuerpos de seguridad.

Creen que las personas desconocen que esos operativos en vez de prevenir más bien sirven de alerta a los bandidos. No puede ser delincuente una persona que teniendo cuentas pendientes con la ley aviste una alcabala de la policía y no la evada, sino que la atraviesa. ¡Por Dios! ¿Hasta cuando? Los delincuentes no son estúpidos y menos los zulianos.

Esos operativos de “seguridad” son sólo maquillajes policiales, que ejecutan con el fin de hacer ver que se realiza un trabajo efectivo en contra del hampa, pero la gente descubrió que son una gran mentira.

Esas acciones además de las molestias que causan por las colas, hacen que en muchísimos casos haya que soportar el rigor de una requisa junto con la del vehículo, o la mirada acusadora de algún efectivo que a veces resulta más humillante que las mismas revisiones en plena vía.

Es tan evidente que esas operaciones de “orden público” son meros eventos inservibles, que los asesinatos, robos, atracos y secuestros que se dan en Maracaibo, no disminuyen sino que aumentan, quedando claramente en evidencia su ineficacia ante la opinión pública.

Los policías saben que el hampa, especialmente, la que ellos califican de común, no se combate en las vías principales de la ciudad, sino penetrando a esos barrios de difícil acceso y a esos sectores que los mismos cuerpos catalogan de zona roja y tienen señalados en sus mapas de registro delictivo, sobre todo en las horas y días de mayor peligro, como los fines de semana cuando se da el mayor consumo de licor.

Igualmente tienen conciencia de que esas acciones de policías uniformados se ponen en práctica, pero después de un trabajo de inteligencia con resultados precisos…y todavía así, hay casos que no ameritan esa bulla y parafernalia que hacen con las patrullas en las calles.


albemor60@hotmail.com


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Alberto Morán


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