Cleptocracia atapuzada

“Actualmente, el destino del mundo depende, en primer lugar, de los estadistas y, en segundo lugar, de los interpretes”.

Trygue Halvdanlie...

Esta historia ficticia que voy a contar (todo parecido con la realidad es pura coincidencia) se asemeja mucho a ciertos personajes de la historia política oriental, corresponderá al lector, darse cuenta de algún parecido.

La corrupción a gran escala de los funcionarios públicos, la cleptocracia, es una amenaza para la democracia y el estado social de derecho de los países en desarrollo.

Este tipo de corrupción excava el principio de la responsabilidad financiera, desalienta la inversión productiva, acaba con el crecimiento económico y pone en entredicho el sistema judicial.

En los últimos años, algunos municipios de Venezuela patria amada la han tomado por asalto una serie de miembros hijos de la forma de hacer política al peor estilo de la otrora IV Republica., que nos dejan anonadados con sus actos eminentemente delincuenciales cobijados en el doble discurso politiquero, o en algunos casos con el cinismo propio de los sinvergüenzas.

El poder tomado por mediocres, ahora con el apoyo de algunos que en el ayer lo fueron también, y otros que lo escalaron usando la traición, y la retahíla de candidatos aspirantes a sucederlos, compradores de conciencias, tolerantes de la ineficiencia, ladrones de las arcas públicas. Se han comprado periódicos para callar las denuncias periodísticas, para quitar la libertad de pensar a cambio de la impunidad. Y, como se ha establecido con la complicidad de una sociedad. El cleptócrata siempre se sale con la suya, porque los llamados a sucederlos son escorias de la peor extirpe, por eso cada día tenemos menos ciudad y por ende menos calidad de vida.

Hay una ciudad donde según el interés de los cleptopatras, se colocan a los peones en los cargos de dirección para blindar la impunidad.

En estas elecciones, vemos a una democracia en abierto culto a la cleptocracia, mutuos señalamientos, propios de los delincuentes de la política. Espadachines candidatos con cachos, versus arrendajos y chirulíes, que hacen llorar a mi terruño amado, en donde los ataques parecen propuestas del más astuto para robarse el tesoro publico. En actos deshonestos, ¿Qué propuestas para el progreso de la ciudad entera?

Los cleptócratas es la clase social y política, que toma por asalto un municipio, que ha sido un cáncer en los últimos 15 años debido al más férreo sistema de impunidad, de esa mal llamada descentralización en materia de alcaldías.

Es la clase política mas ruin que empobrece a un pueblo, en lo referente a la calidad de los servicios públicos mas elementales, haciendo más profunda las necesidades de nuestros ciudadanos, con sus actuaciones hacen colapsar las ciudades. Desatendiendo las obras de infraestructuras negadas por años a todos sus habitantes.

Cleptócratas son aquellos políticos con titulo que a pesar de ser mediocres quieren seguir usurpando el poder de los cargos públicos. Por ser eminentemente mediocres hasta en su propia profesión. Cleptócratas hoy por hoy son los delincuentes con estilo, con clase, mal llamados: y que de cuello blanco. Como les gusta que les jalen bolas.

Estos animales políticos, especie de bichos de uña y pezuña, están dotados por su naturaleza de cuatro ruidosos estómagos: panza, bonete, libra y cuajar, no portan banderas, ni ética; Siempre en sus discursos dicen “servir” al pueblo, cuando en la realidad lo que hacen es servirse de él. Por lo general utilizan su filosa cotorra (mojada en excrementos, orines, y otras exquisiteces, alineadas con partiduchos traicioneros, peseteros, vende patrias, cortesanos y angurrieros. Que son siempre vulgares escuelas de rateros, carteristas y plagas de ventanas), para convencer, engañar y expoliar a las masas famélicas y hambrientas mantenidas en la ignorancia a través del bozal de arepas.

El cochino cleptócrata (con el perdón de los ilustres proveedores del pernil) nunca andan solos, su cobardía es tan grande que le temen a su propia sombra, a sus cachifos, a su entorno familiar llegando a desconfiar de todo el mundo, contratan gente para que vigilen a los que los cuidan y son su guardia pretoriana. Nunca duermen tranquilos porque sus antiguos compinches que aspiran a sucederlos, saben de sus continuas estafas, mentiras, engaños y promesas incumplidas, que les remuerden las conciencias, y les causan terribles pesadillas. (Nunca alcanzan el grado “delta” del sueño a lo máximo llegan a “gamma”, y casi siempre roncan y rebuznan en “alfa”) En un municipio del país, se gesto una alianza en el fondo del albañal de las subespecies humanas) y otros que no han entrado esperando la mesada y su turno al bate. Que fungían de adversarios cuando todo el mundo sabe que son un nido de ratas para seguir en “El Poder Municipal”, que no es más que un burdel ramplón. Que solo ha servido para saquear, robar y denigrar de los humildes ciudadanos que contribuyen con sus impuestos.

El político ramplón siempre es exitoso, porque se sabe todas las mañas, hace de la mentira una profesión bastante lucrativa, y se ganan el respeto de los narcotraficantes, los oligarcas, los sicarios; negocios en los que últimamente los politiqueros tienen acciones y ponen a trabajar a sus testaferros, algunos de ellos se las tiran de culturosos, sarasas y poetisas, que les jalen bolas y le laman el trasero cuando, el politiquillo lo requiera.

Para colmo de males y para cerrar esta historia, hacemos un paréntesis. Reza un pagina de “ciencias ocultas”, descubierta al azar “por desgracia, no hay manera de combatir la cleptocracia, ya que ni los brujos con mucha experiencia pueden destruir este flagelo” ¿Estaremos condenados de por vida?

Percasita11@yahoo.es


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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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