El cariño verdadero

Que consiguen las peticiones de la gente en los contenedores de basura durante las marchas y concentraciones de los candidatos opositores, es algo que ya no debiera sorprender a ningún venezolano.

Con ese grado de sensibilidad humana, los políticos cuartorepublicanos gobernaron el país durante 40 años y la basura siempre fue el destino de la esperanza de los pueblos, de la gente más necesitada, de esa que tiene una familia de cuatro o cinco niños y carece de recursos para alimentarlos, comprar un colchón, un ventilador o algún otro artefacto, que les permita entre toda esa pena que genera la pobreza, poder sobrellevar la vida con algo de dignidad.

Esa bolsa de cartas tiradas en los desperdicios de un contenedor de la avenida El Milagro de Maracaibo, es un ejemplo vivo de que en este país no debe seguir gobernando la insensatez, la desesperanza y la indignidad.

Los venezolanos no pueden continuar cayendo en el engaño de las falsas promesas, del regalo, de las dádivas. La experiencia indica que esas acciones nunca se revirtieron en función del bienestar del colectivo.

La gente, sobre todo de los barrios, tiene que darse cuenta que con esa lámina de zinc, con esa paca de cemento, los políticos tradicionales no pretenden ni siquiera ayudarlos, sino comprarles la conciencia, ganarles el voto a fin de regresar al poder y recuperar esos privilegios que perdieron cuando el presidente Hugo Rafael Chávez Frías, asumió el poder.

Afortunadamente, la conciencia del pueblo es como cantaba Memo Morales en aquellos tiempos de Billo Frómeta: no se compra ni se vende, como el cariño verdadero, como la revolución.

Y es que el desarrollo de las comunidades no se logrará de forma aislada, sino inserto en el gran proyecto revolucionario que lidera Chávez, lo contrario sería creer en las mentiras de los candidatos adversos al proceso, que quieren resolver la miseria con engaños, haciendo de buenos con una bolsa de dinero en los barrios.

Los consejos comunales son los encargados de presentar los proyectos prioritarios y de trabajar por el desarrollo integral de sus sectores y no recibiendo las humillantes migajas que les regalan esos candidatos que sólo se llenan los zapatos de barro en las épocas electorales.

Así que con los dirigentes de la oposición, los rellenos sanitarios continuarán siendo el futuro de esa gente, y sus peticiones un sueño porque despiertos, con los ojos bien abiertos y los pies puestos sobre la tierra, jamás tendrán dinero para comprar lo que necesitan.

(*)Periodista

albemor60@hotmail.com


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Alberto Morán(*)


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