El alcalde y su madre

Esta es la historia de una madre que en conchupancia con su hijo, adjudica decenas de millones de bolívares de los de antes, al financiamiento de las actividades de una asociación civil que pone de primera a la justicia. Esta situación, nada loable, hace que un Contralor, inhabilite administrativamente al hijo de aquella madre, que en un gesto "amoroso", arruinó a futuro la carrera política de su vástago.

Pasa el tiempo y aquella inhabilitación administrativa se convierte en " política". Ya el vástago no pertenece al partido que pone la justicia en primera línea, pero, ¡oh paradojas! está "pagando" ahora por el financiamiento de los primeros pasos de aquel niño.

La historia se vuelve actualidad para lo cual los invito a hacer un ejercicio de imaginación. Supongamos entonces a un vástago imbatible. Que no pierde ni con Chávez. Supongamos la existencia de un fenómeno electoral, que hace que el hijo sea más popular que Pelé y más sabroso que una arepa de carne mechada. Supongamos que la institución electoral acepta la postulación del hijo fenómeno e inhabilitado. Y supongamos que el fenómeno es electo alcalde mayor. Ajá. ¿Y qué hacemos con un Alcalde Mayor que no puede gobernar porque está inhabilitado administrativamente? Este hijo fue capaz de pedirle plata a su mami, y ésta se la dio, para financiar las actividades de una asociación civil de la cual era miembro. El detalle: los dos eran empleados de la institución "donante". ¿Cómo llamar a esta acción? ¿Merece el vástago estar habilitado para administrar, siquiera, el presupuesto de una junta de condominio? ¿Qué haría usted? ¿Confiaría? Si ni siquiera debería ser alcalde.

Quienes defienden al vástago hablan de persecución política, saltándose impunemente, la vergonzosa, sí ver-gon-zo-sa, conchupancia familiar. Eso fue un detalle, parecen decir, un pitico de marihuana de la adolescencia, un traspié juvenil.

Es la doble moral asquerosa. Se exige castigo y se cuestiona el castigo. La lista de inhabilitados no es la fascista de Tascón. Es una lista de gente que fue errática, ineficiente, en el ejercicio de su cargo. Que demuestren que no lo fueron y listo. El vástago y su madre se la tiraron de vivos, pifiaron. Fue, es, un acto de dudosa moralidad… ¿Alguien podrá negarlo? ¿Habrá que premiarlos por eso?

*Periodista
mechacin@gmail.com


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Mercedes Chacín


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