Una élite utiliza el regionalismo zuliano (Entrevista)

El historiador Juan Romero entra a su oficina de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad del Zulia. Su caminar es calmoso, con un dolor ahogado que le impide dejar escapar algún gemido. Sin embargo, después de haber sufrido ese día un cólico nefrítico, desencaja con facilidad la frescura de una sonrisa que le alivia el alma. Bien medicamentado, obviando el padecimiento renal, que por poco causa la suspensión de la entrevista, nos atiende amablemente y sin excesivos formalismos.  

     Se arrellana cómodamente en la silla, para que el cálculo renal no pierda el centro de gravedad de su cuerpo y se convierta en una tormentosa piedra sísifica. Sus ojos, acostumbrados a leer textos de historia, ahora tratan de descifrar la letra garabateada del récipe que le entregó el médico que lo atendió en la consulta de emergencia.  

     Viste jeans y una camisa a cuadro. Su cabeza desconoce las bondades del peine, pues lleva el cabello cortado al rape. En cambio, sus ideas son densas y las expresa en un discurso que fluye coherente, lineal, sin dejar cabos sueltos. Su voz toma el tono profesoral, académico, a medida que va entrando en la materia que nos ha convocado: los eufemismos autonómicos que, apelando al regionalismo, a la llamada Zulianidad, han surgido nuevamente en esta región del país con la intención directa de dividir, social, política y económicamente a Venezuela.  

     -Nunca han faltado intentos para sembrar la secesión en el Zulia, dice categóricamente mientras se pasa la mano por la cabeza sin ningún tipo de tropiezo.  

     Hacemos notar que cuando Juan Romero emplea los términos “secesión” y su derivado “secesionismo” se refiere a procesos y movimientos encaminados a crear estados soberanos a partir de regiones u otras divisiones administrativas pertenecientes a estados ya independientes, como es el caso de Venezuela. 

     Juan Romero se graduó de historiador en la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad del Zulia. Es profesor agregado de LUZ. Diplomado en la George Washington University en Estudios Avanzados en Gobernabilidad y Gerencia Pública. Investigador acreditado en el Programa de Promoción al Investigador del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Magíster en Historia Social y Política Contemporánea en América Latina. Estuvo becado por el Instituto Bartolomé de las Casas del Perú, para cursar estudios sobre Cultura e Historia Andina.  

Cuatro Intentos 

      Es el momento preciso de comenzar a plantear ideas concretas, de repensar un tema que el entrevistado ha tratado en profundidad en la cátedra, en la investigación,   foros, conferencias nacionales y regionales en el área de historia de las ideas y el pensamiento político. Apasionado y minucioso asume la reflexión. Sin ambages va al centro del tema.   

     -Históricamente las élites del Zulia siempre han estado detrás de los propósitos secesionistas que insisten en la autonomía fiscal y política de la región. De hecho, hay tres grandes momentos en los que el planteamiento de secesión cobró mucha fuerza. En el primero, que comprende desde la Declaración de la Independencia, con los actos del 19 de abril de 1810 y la convocatoria del Primer Congreso Nacional Constituyente de 1811, se diseñó desde el Zulia un rechazo a lo que era la dinámica de la etapa histórica que vivía la nación. Para la fecha, las élites planeaban transformar al Zulia en la cabeza de la Capitanía General de Venezuela. Por lo tanto, este fue un intento secesionista muy importante. Sin embargo, a través de la incidencia que tuvo José Domingo Rus Ortega, político, abogado y diputado de la provincia de Maracaibo ante la Cortes Generales y Extraordinarias de la monarquía española, el Zulia decidió mantenerse fiel a la Corona en lugar de avanzar en el proceso secesionista. Esta fidelidad a España explica por qué el escudo de Maracaibo dice: “La muy noble y leal ciudad”. 

     Romero explica y vuelve a explicar para desentrañar con exactitud el hecho histórico que es objeto de su análisis.

      -El segundo período en el que se propone el secesionismo del Zulia abarca desde la existencia de la República de Colombia, consagrada en la Constitución de Cúcuta promulgada en 1821, hasta su definitiva disolución a partir del Movimiento de “La Cosiata” en 1826, que definió la separación del Departamento de Venezuela de la República de Colombia. En ese momento la élite marabina, conformada por grupos económicos e intelectuales, hace resurgir la posibilidad de que el Zulia se constituya en una nación independiente. Ante esta propuesta, el general Rafael Urdaneta, valiéndose del poder político y económico obtenido durante la Guerra de la Independencia, se puso a la cabeza de una matriz de opinión para impedir que las élites regionales pudieran avanzar en su proyecto secesionista.  

     Agrega que la tercera tentativa secesionista del Zulia, es la más conocida y fue dirigida por Venancio Pulgar. En 1868 el gobierno de la Revolución Azul, nombra a Pulgar como jefe de operaciones en el Zulia y los Andes. Pero al año siguiente, cuando el “régimen azul” exige la entrega de la aduana de Maracaibo para ser administrada directamente por el gobierno nacional, se genera una confrontación con los poderes regionales. En el auge de este conflicto, el 20 de mayo de 1869, Pulgar desconoce al gobierno nacional, declara la autonomía del Zulia y pone al estado en pie de guerra, acción en la que es apoyado por las fuerzas económicas y políticas de la región. Pero el 28 de octubre de 1869, José Ruperto Monagas llega a Maracaibo, domina la situación y envía preso a Pulgar al castillo Libertador de Puerto Cabello. 

     -Este movimiento orientado a separar al Zulia de Venezuela fracasa nuevamente, entre otras causas, porque Jorge Sutherland, general en jefe y gobernador civil de Maracaibo, se convierte en la contrafigura de Pulgar. De tal modo, se opone a sus ambiciones personales y logra que gran parte de la élite marabina entienda que es preferible convivir con la nación centralizada y el gobierno autocrático de Antonio Guzmán Blanco, antes que aventurarse en la constitución de un Estado nación que no tenía ninguna posibilidad de éxito.  

     Romero se ha olvidado del cólico nefrítico y cierra el puño de la mano derecha, como si tratara de apretar mejor la idea que desea expresar.  

     -El cuarto movimiento secesionista ha sido escasamente estudiado, pero es importante resaltarlo. Este movimiento comienza a articularse desde 1914, año que marca el comienzo de la explotación petrolera del país en gran escala. Al conocerse el gran potencial de los yacimientos de hidrocarburos que poseía el Zulia, las compañías petroleras Standard Oil Company y la Mene Grande Oil Company, en alianza con las fuerzas económicas marabinas, trataron de resucitar el sueño de los fracasados proyectos separatistas. De tal manera, apelando al conocido sentido regionalista del zuliano y que la actividad petrolera favoreció más a esta zona que al resto del país, se volvió a replantear la autonomía desde la perspectiva de que el Zulia era una provincia desasistida por el gobierno central, que generaba grandes recursos económicos para la nación, sin recibir nada a cambio.  

La zulianidad no debe ser

ajena a la venezolanidad 

     El grabador Panasonic Recording Fast Playback, modelo 2001, hace un inesperado toque técnico, por decir algo ante la imprecisión de la falla. El entrevistador, después de presentar la disculpa respectiva, tiene que convertirse en aprendiz de técnico de la electrónica para comprobar la carga de las pilas alcalinas Hi-quality, extra heavy duty, AA size, format R6 UM-3, 1.5 voltios. Superado el bache tecnológico, el historiador Romero -sin apuro y retomando el hilo de la conversación- va soltando las palabras para aclarar y trazar algunos deslindes en cuanto a la mejor forma de entender el regionalismo.

          -La zulianidad mal entendida representa un retroceso antropológico y sociológico. La visión correcta es valorar las identidades, los símbolos, las tradiciones, las costumbres del zuliano, como parte global de la venezolanidad. Es inadecuado forjar la llamada zulianidad desde una construcción teórica antropológica ajena a la venezolanidad, tal como las élites marabinas ayer la asumieron y hoy la vuelven a asumir.  

     “La tesis de la secesión podía concebirse en el Siglo XIX, cuando en Venezuela las regiones estaban aisladas, no tenían conexión entre ellas y no existía un Estado centralizado que, de alguna forma, le diera coherencia al Estado nacional que para esa época era muy difuso. Pero en pleno Siglo XXI, cuando Venezuela es un país integrado, con un Estado centralizado, con sus estructuras bien definidas, carece de toda validez y de justificación recurrir a argumentos secesionistas”.  

     Después de esta aclaratoria, Romero establece la diferenciación histórica entre las propuestas secesionistas que se hicieron en el Zulia en los siglos XIX y XX y el proyecto que hoy, a comienzos del siglo XXI, se adelanta desde la Gobernación del estado. 

     -En los siglos antes citados, el planteamiento de secesión del Zulia se realizó a través de una discusión abierta. En cambio, al presente la tentativa se ha ido ejecutando de forma encubierta. Este nuevo amago se inició con una lenta y progresiva sustitución de los símbolos del estado, o en su efecto se ha hecho un uso maniqueísta de los elementos patrimoniales que identifican al Zulia. El gobernador Manuel Rosales ha ido creando un marco colectivo de interpretación de la realidad sobre el eufemismo de la llamada “Zulianidad”, que se sustenta en la pausada sustitución de los símbolos del Zulia. En los años 2000 y 2001, cuando el actual gobernador comenzó su gestión, señalé a través de la prensa regional el peligro que representaba el uso unilateral que el mandatario regional estaba haciendo de los emblemas que identifican a este estado. En el avance de este plan, en algunos casos, la bandera del Zulia ha sido suplantada por el banderín del partido Un Nuevo Tiempo…Contigo, organización política del mandatario regional. Ahora entramos a la construcción de una nueva fase, a la que se ha incorporado un grupo de intelectuales zulianos, quienes adelantan la conceptualización política-ideológica de esta propuesta secesionista impulsada por Rosales.  

     El historiador da razones y, justificadamente, asume un rol premonitorio. Abre los ojos, mientras reafirma sus palabras.   

     -En esos años, yo visualicé lo que en la actualidad se está enarbolando como la bandera política de “La Zulianidad”. Alertamos que ese manejo maniqueísta era altamente peligroso,  sobre todo porque existe una tradición regionalista muy arraigada en nuestra gente. Hay que entender al regionalismo como un valor sine cuanon, desde el punto de vista antropológico y de la formación cultural de los zulianos. Pero Manuel Rosales está impulsando un planteamiento autonómico que, según mi punto de vista, en este momento no tiene razón de ser. Desde la Gobernación de estado Zulia se ha venido construyendo una matriz de opinión basada en que “los zulianos son diferentes del resto de Venezuela”. Lo preocupante es que los habitantes de esta región están contentísimos con esta valoración que se le presenta, ignorando lo que está detrás del planteamiento de la llamada Zulianidad.  

¿Qué hay detrás del secesionismo?

     -Como en los siglos XIX y XX, quienes hoy promueven y desempolvan viejas agendas secesionistas o autonómicas lo hacen en beneficio propio, buscando prebendas políticas y económicas. Lo delicado es que detrás de estos grupos y sus postulados secesionistas, existen intereses internacionales que tienen como objetivo apoderarse de las enormes riquezas petrolíferas y carboníferas que posee el Zulia. Uno de los elementos atenuantes que explica el comportamiento de está élite, es que aguas abajo del Golfo de Venezuela se hallan reservas estratégicas de gas y petróleo que duplican las existentes en tierra firme. 

     También el historiador destaca que el Zulia produce más del 75 por ciento del petróleo que exporta el país, contribuyendo con un 10 por ciento al PIB nacional. Esto, junto a las ventajas geoeconómicas y geopolíticas de su ubicación privilegiada, con una superficie de algo más de 63 mil kilómetros cuadrados de frente al Mar Caribe, convierte a la región zuliana en una zona codiciada por las potencias y las grandes empresas transnacionales.

     Romero resalta que al lado de esta riqueza convive un grupo importante de zulianos que afronta una realidad social que debe ser superada urgentemente.

     -Hay zulianos que se hallan en condiciones sociales que afectan negativamente su nivel de vida. Así vemos, que de los diez municipios más pobres de Venezuela, cinco están en el Zulia. Es bien sabido que en los municipios Mara, Páez, Padilla, Jesús María Semprún y Francisco Javier Pulgar, de cada cuatro habitantes, tres viven en situación de pobreza crónica. Por lo tanto, desde el Gobierno central se debe planificar e impulsar una contundente política de asistencia social dirigida a este grupo de zulianos. Mediante esta política, se pueden desarticular muchas de las propuestas secesionistas que se basan en el estado de abandono en que se encuentra esta región. 

Divide que algo queda

     Romero señala que la última vez que un movimiento separatista o secesionista se hizo presente exitosamente en América Latina fue en 1903, cuando Panamá nació como estado soberano “desprendiéndose” de Colombia. Como ya el thriller comienza a tener nombre propio, el historiador recuerda que este acto separador aconteció con la ayuda que a los panameños le prestó del presidente estadounidense Teodoro Roosevelt, quien envió sus buques de guerra para convencer a los colombianos que no debían interferir en los planes hegemónicos y estratégicos de Washington.  

     -No es fortuito que los planteamientos secesionistas se estén haciendo en regiones de países como Colombia, Bolivia y Ecuador, que se caracterizan por poseer enormes yacimientos de gas y petróleo, grandes fuentes naturales y de agua. En el caso colombiano, hablamos del sur de Putumayo, región que posee colosales reservas de petróleo que aún no han sido explotadas por Estados Unidos. Además esta zona posee la segunda reserva de biosfera del planeta. Otra tendencia secesionista se está gestando en la región de Santa Cruz, Bolivia. Esta zona, que limita con Brasil y Paraguay, posee grandiosas riquezas forestales, gasíferas y petrolíferas, cuyo crudo se refina localmente. En todas estas propuestas autonómicas hay intereses foráneos.

     Desde esta perspectiva, le exponemos al entrevistado el caso del Embajador de Estados Unidos en Venezuela, William Brownfield, quien en visita realizada el pasado año a Maracaibo señaló: “Hace 25 años que viví dos años en la República Independiente y Occidental del Zulia…”.

     Después de esta argumentación, le hacemos otra pregunta y la respuesta de Juan Romero devela definitivamente el rostro de un monstruo hegemónico que tiene los pies dentro y fuera del país.

     -Como hemos podido observar, las manifestaciones de los segmentos de población que proponen tener su propio estado son alimentadas por las grandes potencias, sobre todo por Estados Unidos, con la finalidad de apropiarse de las enormes riquezas naturales que en ellas existen.  

     Y, enfatizando, concluye: 

     -Ante esta realidad, el zuliano debe entender que la llamada “Zulianidad” que impulsa el gobernador Manuel Rosales con el apoyo de sectores políticos y económicos nacionales e internacionales, no puede ser manipulada ni tergiversada, como está sucediendo actualmente. El regionalismo es un importante elemento sociológico y antropológico que forma parte de la venezolanidad. Por eso reitero que una zulianidad mal entendida representa es un retroceso para el Zulia y para Venezuela. 
 

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                    SEÑALES DEL SECESIONISMO  
 
      Entre quienes se han expresado abiertamente a favor del secesionismo del Zulia, se encuentran los voceros de Rumbo Propio, organización de corte liberal encabezada por, ex dirigente de Copei y presidente del Centro de Economía de la Oferta.

     El ex dirigente copeyano declaró al diario zuliano La Verdad que “queremos elegir un gobierno propio. A través de un plebiscito deseamos consultar a los zulianos si quieren vivir en un sistema económico socialista, como el resto de Venezuela, o un sistema de economía libre como el que proponemos”.

   Según el vocero de Rumbo Propio, “en el Zulia podemos hacer con el socialismo lo que hicieron nuestros ancestros con las leyes monopolistas de la Colonia: se acata pero no se cumple”.

     En entrevista publicada el año 2005 en el semanario marabino Informe, Suárez sostuvo la  necesidad de promover un movimiento que exija la autonomía total del Zulia. A la par, también propone el desconocimiento de las “leyes malas” de corte socialista del Gobierno nacional, tanto en materia reglamentaria como tributaria. Igualmente esbozó la conformación de un estado limitado y la capitalización de cada espacio de la vida pública.

     Para Suárez “basta que el Consejo Legislativo regional reasuma su potestad legislativa y convoque a un referéndum consultivo, y si el resultado es contrario al socialismo, les decretara a esas leyes una vacación legal para el Zulia”.

     En esta misma línea secesionista se ubica Julio Portillo, ex dirigente copeyano y ex embajador venezolano ante República Dominicana cuando el golpe de Estado del 11 de abril de 2002. Portillo declaró al diario La Verdad en octubre pasado que "la independencia del Zulia debe someterse a la consulta del pueblo".

     Por su parte, la Directora de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad del Zulia, profesora Lucrecia Morales, considera que llegó el momento de “deslindar al estado Zulia de este Gobierno nacional y hacerlo por la vía de la emancipación definitiva, es decir, la autonomía total”.

     En lo que ha calificado como su Plan de Vuelo, el partido Rumbo Propio propone, desconociendo la Constitución que los ciudadanos de la República Bolivariana de Venezuela aprobaron en 1999, “un Estatuto del Zulia, ampliamente consagratorio de los derechos individuales y pro libre mercado de la Constitución de 1961. (…)  Agregando el Estatuto los derechos a tener Gobierno limitado, moneda estable, impuestos reducidos, y cero deuda externa. Con cupones para la educación, medicina y seguro de los más pobres. El Estatuto o Carta Constitucional del Zulia decretará inaplicable y sin valor en la región toda norma contraria a su letra o espíritu”.

      Para impulsar esta idea, la agrupación Rumbo Propio tiene programado realizar en Maracaibo durante el mes de abril de este el Foro Mundial Libertad y autonomía regional: El lema de este Congreso Ideológico es: “El socialismo es un virus, y el liberalismo es su antibiótico” 

     Rumbo Propio no esconde el trasfondo político y de enfrentamiento al presidente Hugo Chávez que contiene su propuesta cuando afirman: “El día que las instituciones, partidos, gremios, iglesias y estados de Venezuela se pronuncien contra el socialismo y por el capitalismo liberal, ese día Chávez hará sus maletas rumbo a Cuba”. 

vchavezlopez@hotmail.com


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Vidal Argenis Chávez López


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