Hombre extraordinariamente valeroso, El Guerrillero Heroico. El Ché Guevara

El, pasado 9 de octubre de 2007, se cumplieron 40 años de la muerte del Comandante Ernesto Che Guevara en La Higuera, Bolivia, y todos los venezolanos, vemos en esta nueva fecha de conmemoración, la oportunidad de aproximarnos, sin prejuicios ni estereotipos, a la vida de quien constituye un hito de rebeldía y libertad en todo el planeta.

El Che es una referencia ineludible cuando de hacer revolución se trata. Su legado, creado en el fragor de la lucha, desde una práctica creativa e innovadora, pero también desde la reflexión crítica y dialéctica, es una carta de navegación para estos tiempos de cambios desde abajo. Corno hacedor de revoluciones, el Comandante Guevara es una voz autorizada que dialoga con la historia y mantiene palpitante el reclamo de los pueblos que en América luchan por su soberanía, su libertad y una paz con justicia social.

El Che era un insuperable soldado; el Che era un insuperable jefe; el Che era, desde el punto militar, un hombre extraordinariamente capaz, extraordinariamente valeroso, extraordinariamente agresivo, extraordinariamente estratega, extraordinariamente radical. Si como guerrillero tenía un talón de Aquiles, ese talón de Aquiles era su excesiva agresividad, era su absoluto desprecio al peligro.

Los enemigos pretenden sacar conclusiones de su muerte. ¡El Che era un maestro de la guerra, el Che era un artista de la lucha guerrillera! Y lo demostró infinidad de veces, pero lo demostró sobre todo en dos extraordinarias proezas, una de ellas la invasión al frente de una columna, perseguida esa columna por miles de soldados, por territorio absolutamente llano y desconocido, realizando junto con Camilo una formidable hazaña militar. Pero, además, lo demostró en su fulminante campaña en Las Villas, y lo demostró, sobre todo, en su audaz ataque a la ciudad de Santa Clara, penetrando con una columna de apenas 300 hombres en una ciudad defendida por tanques, artillería y varios miles de soldados de infantería. Esas dos hazañas lo consagran como un jefe extraordinariamente capaz, como un maestro, como un artista de la guerra revolucionaria. Sin embargo, de su muerte heroica y gloriosa pretenden negar la veracidad o el valor de sus concepciones y sus ideas guerrilleras. Podrá morir el artista, sobre todo cuando se es artista de un arte tan peligroso como es la lucha revolucionaria, pero lo que no morirá de ninguna forma es el arte al que consagró su vida y al que consagró su inteligencia.

En el Che encontramos el pensamiento y la acción que más se aproximó, en el pasado siglo XX, al sueño bolivariano de crear la patria grande de América del Sur. Esta tierra bella en el paisaje, en lo inconmensurable de su naturaleza, pero cuyos pueblos se sumen en la pobreza bajo el dominio ignominioso de imperios pasados y presentes. Como constructor del socialismo, el Che nos ofrece su mirada honesta y crítica sobre el complejo asunto de crear el hombre nuevo y la sociedad de iguales, el camino que resueltamente ha tomado el pueblo de la República Bolivariana de Venezuela.

De allí, que con estas humildes palabras nos acercamos al Che, desde varias dimensiones, es un compromiso impostergable con la necesaria divulgación de comentarios de la vida y obra de uno de los revolucionarios que mejor ha interpretado a la América Latina.

Es un Che vivo, sumido en su condición humana, el que conseguiremos en toda las conciencias nuevas de hombres y mujeres venezolanas y de todo el mundo, un Che vivo, que aunque no esta con nosotros físicamente, ha construido fundamentalmente la obra que ha sido la punta de lanza para crear el nuevo hombre y la nueva mujer con conciencia socialista.

En el Che, tenemos los revolucionarios de hoy una experiencia invalorable que es necesario conocer y estudiar en su amplia dimensión. Un ejemplo de lealtad, de constancia y compromiso con la patria, con el trabajo honesto y productivo, con los más altos intereses colectivos del país y la consecuente defensa de la República Bolivariana de Venezuela. Los trabajadores venezolanos, los ciudadanos en general y en especial, los y las jóvenes venezolanos podremos acceder al pensamiento latinoamericanista del Che, para hacer efectiva la esperanza de vivir en una sociedad socialista, sin excluidos, que todos y todas podamos interiorizar sus enseñanzas y hacer nuestro su ejemplo de revolucionario heroico, es nuestro mayor propósito.

Patria, Socialismo o Muerte, Venceremos.

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José Antonio Velásquez Montaño


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