¡Chávez es la Patria!

Todo en la vida tiene su razón de ser...

Cuántas veces nos llegan las dudas, por cosas o casos que nos llegan con los vientos.

Cosas que nos producen dolor... como la burocracia que nos pretende vencer... como cuando la corrupción pretende burlarse de nosotros al igual que los traidores escondidos

Al tratar las dudas de tramarme una emboscada... la vida llegó en mi ayuda.

Cuando la tristeza pretendió apoderarse de mi alma este fin de semana...

Ernesto que sigue engañando a los fascistas de siempre, con el cuento de que lo mataron hace 40 años...

Estuvo conmigo este fin de semana...

En cada página que leía o volteaba de cualquier periódico estaba él...

dándome fuerza para continuar la lucha.

Estuvo todo el día reenseñándome a ser guerrillero, me habló por la televisión, por la radio, hasta Alí Primera con su canto acompañaba al Compañero.

Sentí vergüenza de mi flaqueza y pretendí culpar a mi vejez por mis dudas.

Fue como si ellos me dijeran allá por el Sur en nuestro Río de la Plata...

¡¡Charrúa... apreté los dientes carajo!!

Me abrazó un torbellino de solidaridad porque sintieron en mí, al compañero herido...

Al combatiente que le está prohibido aflojar, por la ley de los que se fueron, los mismos que con su sangre nos enseñaron el camino.

El lunes tratando de oxigenarme y buscando fuerzas... me metí en Aporrea...

Entre todos los artículos que leí, uno me sacudió, lo que me hizo escribir al compañero autor del mismo..

Él en su trinchera y yo en la mía, entrelazados en una misma lucha, libramos nuestra batalla que es la misma, el mismo fin, los mismos ideales.

Y la vida volvió en mi ayuda de la mano de este Compañero... como diciéndome con su frase... por qué y para que murió Bolívar...

¡¡LA PATRIA ES CHAVEZ COMPAÑERO!!

Esa frase fue suficiente... cargué mi fusil al hombro y salí nuevamente en busca del enemigo........

(...) Para los que todavía no lo entienden, para los corruptos escondidos de siempre.

Les contaré un hecho que quedó grabado en mi corazón cuando sólo tenía 9 años.

Por allá por el Sur cursaba mi primaria en la escuela Joaquín Suárez...

La maestra de cuarto grado nos contó quien fue ese compatriota.

“En épocas que los orientales tratábamos de crear la república, el gobierno instalado del momento, carecía de recursos... Don Joaquín un hombre acaudalado para esos entonces, dio innumerables ayudas financieras al Estado que nacía.

Al pasar el tiempo, un buen día, llegó a sus aposentos un emisario del Gobierno Nacional, quien agradeció en nombre de la patria su ayuda invalorable...

Y dijo al insigne compatriota, que los días de zozobra estaban pasando y el estado representado por él, quería pagar la cuantiosa deuda y agradecer tan valiosa ayuda.

Fue una simple repuesta de un noble patriota heroico, que quedó grabada en el pecho de un niño de 9 años: “Yo no le llevo cuentas a mi madre” Joaquín Suárez.

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE COMPAÑEROS.

José Varela El Charrúa Latinoamericano


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José Varela


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