Hace cuarenta años caía en combate ejercitando la lucha armada revolucionaria el Comandante Ernesto Che Guevara, testimoniando así su compromiso de Patria o Muerte y haciendo suyas las palabras de Martí: "la mejor manera de decir es hacer" y cumpliendo, según sus propias palabras, con el más sagrado de los deberes: "luchar contra el imperialismo dondequiera que esté". Desde entonces, miles de mujeres y hombres se han propuesto en distintos rincones de América y del mundo "ser como el Che"; continuar su obra, recreando cotidianamente su ejemplo de compromiso con el Pueblo y sus luchas "Hasta la Victoria Siempre".
Sin embargo, el imperio y sus lacayos en toda Nuestra América pretenden robarnos el legado de Guevara, quieren convertirlo en un símbolo inofensivo de "rebeldía juvenil", que no se proyecta más allá de unos jeans desteñidos, de una camiseta estampada con el Che y una pancarta en un escenario deportivo.
Hoy es urgente y necesario rescatar la vida y obra de Ernesto Che Guevara; sus aportes teóricos y prácticos en la construcción del Socialismo deben ser recreados en cada una de nuestras luchas. Su pensamiento no puede anquilosarse y convertirse en dogma de fe. Por el contrario, debe enriquecerse y nutrirse con las nuevas realidades y experiencias de la lucha revolucionaria.
Ante un capitalismo voraz que promueve la insolidaridad como valor supremo, debemos repetir con el Che: "Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario".
Sus palabras hoy deben convocarnos a todos a juntar esfuerzos y esperanzas en la construcción de una nueva sociedad donde el hombre y el bienestar de la humanidad sean el centro, "y si todos fuéramos capaces de unirnos, para que nuestros golpes fueran más sólidos y certeros, para que la ayuda de todo tipo a los pueblos en lucha fuera aún más efectiva, ¡qué grande sería el futuro, y qué cercano!"
Todos aquellos que con su silencio cómplice legitiman el hambre, la miseria y la exclusión propios del sistema de dominación capitalista, deben avergonzarse de su neutralidad y escuchar el airado reclamo del Che:
"Y quien pretenda decir que solamente un técnico, un arquitecto, un médico, un ingeniero, un científico de cualquier clase está para trabajar con sus instrumentos, solamente en su rama especifica, mientras su pueblo muere de hambre, o se mata en la lucha, de hecho ha tomado partido por el otro bando. No es apolítico, es político pero contrario a los movimientos de liberación".
Nuestro accionar debe seguir siendo un grito de guerra contra el imperialismo y nuestro horizonte, como sostuvo el Che, "será entonces la liberación real de los pueblos, liberación que se producirá a través de la lucha armada en la mayoría de los casos, y que tendrá en América, casi indefectiblemente la propiedad de convertirse en revolución socialista. Al enfocar la destrucción del imperialismo, hay que identificar a su cabeza, que no es otra que los Estados Unidos de Norteamérica".
A todos aquellos que desde la escolástica y dogmatismo político pretendieron desvirtuar el pensamiento de Guevara y desconocer sus aportes a la teoría revolucionaria, tildándolo de aventurero y de pretender suplantar con las armas a las masas, el Che les responde con la tranquilidad y autoridad que da el tener la capacidad de armonizar el decir con el hacer y de conciliar las armas con el Pueblo:
"Nada ha cambiado en esencia, salvo que soy mucho más conciente, mi marxismo está enraizado y depurado. Creo en la lucha armada como única solución para los pueblos que luchan por liberarse y soy consecuente con mis creencias. Muchos me llamarán aventurero, sólo que de un tipo diferente y de los que ponen el pellejo para demostrar sus verdades".
Como el Che, las expresiones revolucionarias de vanguardia van madurando, van aprendiendo de sus propias experiencias y luchas, van recogiendo el aporte cotidiano del Pueblo y van construyendo día a día el poder de todos y para todos:
"El camino es largo y lleno de dificultades. A veces por extraviar la ruta, hay que retroceder; otras, por caminar demasiado aprisa, nos separamos de las masas; en ocasiones por hacerlo lentamente, sentimos el aliento cercano de los que nos pisan los talones. En nuestra ambición de revolucionarios, tratamos de caminar tan aprisa como sea posible, abriendo caminos, pero sabemos que tenemos que nutrirnos de la masa y que ésta sólo podrá avanzar más rápido si la alentamos con nuestro ejemplo".
No es nuestro propósito en esta jornada del 2007 "emborronar cuartillas" en homenaje al Che. Sí lo es reivindicar con nuestros actos la vigencia de su pensamiento y recordar en estas jornadas del Guerrillero Heroico a todos aquellos combatientes que con su ejemplo, marcaron el sendero por donde hoy avanzamos junto al Pueblo construyendo el poder popular.