En un Estado comunal y comunista, la salud no puede ser un negocio ni un privilegio, ni tampoco un sistema técnico-médico aislado de la cultura, la espiritualidad y los saberes del pueblo. La salud es un derecho colectivo, integral y comunitario, y su defensa incluye tanto la medicina científica moderna como los saberes ancestrales, las terapias populares y las prácticas curativas de nuestros pueblos originarios, afrodescendientes y campesinos.
Artículo [DD]. De la salud como derecho colectivo y la promoción de la medicina ancestral y terapias complementarias
La salud es un derecho colectivo, inalienable e imprescriptible del Poder Popular. No es una mercancía, ni un servicio sujeto al mercado, ni un privilegio para quienes pueden pagar. El Estado comunal y comunista tiene la obligación de garantizar acceso universal, gratuito, oportuno y digno a todos los niveles de atención: preventiva, curativa, paliativa, mental, espiritual y comunitaria.
El sistema de salud se organiza desde las bases populares:
Los comités y consejos comunales de salud, integrados por promotores populares, parteras, curanderos, enfermeros, médicos y vecinos, son los responsables de la vigilancia epidemiológica, la promoción de la salud y la atención primaria en su territorio;
Los hospitales, centros de diagnóstico integral, laboratorios y centros de rehabilitación integral (CDI, CRI) son gestionados en coadministración con los trabajadores de la salud y las comunidades;
Ningún tratamiento, medicamento ni servicio de salud podrá ser negado por razones económicas, burocráticas o discriminatorias.
Se reconoce, protege y promueve la medicina ancestral como saber colectivo y legítimo, transmitido por generaciones en pueblos originarios, comunidades afrodescendientes, campesinas y populares. Esto incluye:
El uso de plantas medicinales, rituales de sanación, dietas tradicionales, baños de hierbas, sobadas, partería tradicional, y otras prácticas culturales de autocuidado;
El respeto a los ciclos naturales, la espiritualidad comunitaria y la relación armónica entre cuerpo, mente, comunidad y naturaleza como base de la salud.
Las terapias complementarias —acupuntura, homeopatía, fitoterapia, medicina tradicional china, ayurvédica, entre otras— serán integradas al sistema público de salud, siempre que demuestren eficacia colectiva y estén al servicio del pueblo, no del lucro privado.
Se prohíbe su mercantilización o su uso como sustituto de tratamientos esenciales en contextos de pobreza.
El Estado comunal impulsará la investigación científica en conjunto con los sabios populares, para:
Validar, sistematizar y preservar los conocimientos ancestrales sin apropiarlos ni patentarlos;
Desarrollar fármacos y protocolos basados en plantas medicinales autóctonas;
Garantizar el acceso libre a semillas, hierbas y recursos naturales usados en la medicina tradicional.
Se prohíbe la privatización de la salud en cualquiera de sus formas: clínicas privadas con fines de lucro, seguros médicos que segmenten el acceso a la salud, patentes sobre genes o medicamentos esenciales, y la comercialización de órganos, sangre o tejidos humanos.
La vida no se vende. La salud no se negocia.
La salud colectiva incluye el derecho a un ambiente sano, agua potable, alimentación sana y soberana, trabajo digno, vivienda segura y recreación. Cualquier agresión contra estos derechos —contaminación industrial, agroquímicos, despojo de tierras— será considerada un crimen contra la salud pública y juzgada por los Tribunales Populares Revolucionarios.
Notas para el debate en las bases:
Este artículo rompe con el modelo biomédico hegemónico que ignora la cultura y la historia del sufrimiento popular.
No se trata de "oponer" ciencia y ancestralidad, sino de integrar saberes en igualdad de dignidad.
La partera, el curandero, el terapeuta popular y el promotor de salud comunal son tan importantes como el médico: todos son parte del ejército de la salud del pueblo.
La salud es un derecho comunal y comunista. La promoción de la medicina ancestral y las terapias complementarias son un legado y patrimonio colectivo.
REVOLUCIÓN ES HACER REVOLUCIÓN, SINO NO ES.