Persuasión en el Caribe

En rigor, la persuasión es un concepto retórico, es decir, referido a los discursos. Se diferencia del convencimiento en que este se logra con argumentos o razonamientos. En cambio, la persuasión (y su hermana, la disuasión), se basa en provocar efectos emocionales: miedo, alegría, rabia, etc. Todo para que el otro haga lo que el persuasivo quiere, o que no haga lo que el "orador" no quiere que haga (caso en el que hablamos, más bien, de disuasión). Es decir, es una forma de poder. Por eso, si partimos de estos conceptos básicos, podemos considerar los últimos hechos ocurridos al sur del Ma Caribe, con el desplazamiento naval norteamericano, con todo y peñero incluido, son actos persuasivos, es decir, persuadir a Maduro y sus seis colaboradores en el poder de facto de que acepten una transición. Mientras tanto, las respuestas de los otros actores del drama, son disuasivos o también persuasivos. Por ejemplo, eso de amenazar con "un pueblo en armas" en una "guerra asimétrica" que prendería todo el norte de América del Sur, con la ayuda de milicianos y grupos insurgentes. Todas las ficciones son válidas.

Hasta ahora, a propósito de la destrucción del peñero y sus presuntos navegantes (once, según el gobierno norteamericano), he registrado estas respuestas:

  1. Reacción oficial del gobierno, la del ministro Ñáñez: eso no ocurrió. Es un fake fabricado con IA. Es decir, la negación. Por cierto, esta es la primera reacción normal de una persona que entra en un proceso de duelo, por ejemplo, ante la pérdida de un ser querido.

  2. El ministro de Defensa, Padrino López, repite algunas líneas de Maduro en la última rueda de prensa: el despliegue militar EEUU es "extravagante", "ridículo", etc. Rubio engaña a Trump. En resumen, cambia de tema cuando le preguntan sobre el peñero destruido

  3. La prensa y la opinión pública norteamericana: es terrible Trump con su decisión sobre Chicago, la reorganización de las Fuerzas Armadas, el tema de la guerra de los aranceles y la economía, además de su política hacia la guerra de Ucrania y hacia China. O sea, el norteamericano promedio está en otra cosa, un tema interno. Solo los inmigrantes venezolanos le prestan alguna atención al peñero.

  4. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, dijo que fue una masacre sin base legal. O sea, condena el hecho, sin negar que ocurrió.

  5. Expertos legales en Derecho Internacional afirman que el hecho es ilegal. Ver más abajo.

  6. República Dominicana, Ecuador, Argentina, Guyana, Paraguay, Trinidad Y Tobago, Holanda, Francia, Perú. APROBACIÓN

  7. Perú también declara al Tren de Aragua grupo terrorista y con ello aprueban la acción.

  8. Rusia y China expresan "preocupación" por la presencia militar norteamericana mediante llamadas telefónicas o declaraciones públicas. También la presidente de México.

  9. Cabello amenaza otra vez a MCM con "apretarla si nos aprietan".

  10. Otra respuesta oficial: una concentración de milicianos en el Poliedro de Caracas.

Los abogados y otros defensores del Estado de Derecho, señalan que el hecho viola gravemente el Derecho del Mar, codificado en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR) de 1982, una grave violación del principio cardinal de la jurisdicción exclusiva del Estado del pabellón en alta mar. La Lógica jurídica habría indicado las siguientes acciones alternativas, en vez del "golpe cinético":

- Interceptar la lancha aprovechando la fuerza que se manifiesta en declaraciones.

- Detener en flagrancia a los delincuentes.

- incautar droga y cualquier cosa que forme parte del cuerpo del delito.

- Abrir un expediente penal, apertura de la investigación, dictar órdenes para legitimar la actividad de las supuestas naves en Mar Caribe.

- Dictar orden para citar a los supuestos militares, presidentes y otras autoridades qué hayan participado, previa verificación en autos.

La destrucción del peñero, además de la presunta muerte de once personas en la acción, podría constituir un delito de lesa humanidad, específicamente, "ataque de agresión" con las naves en el mar caribe que bien podría ser denunciada en organismos internacionales de derechos humanos, en tribunales estadounidenses, en tribunales venezolanos contra Trump, Marco Rubio, conforme a sus declaraciones que constituyen confesiones. Además, bajo el Régimen Internacional de Control de Drogas, principalmente la Convención de la ONU de 1988 contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas, el ataque es una flagrante violación del marco internacional establecido. Este régimen exige un enfoque cooperativo y basado en el consentimiento para la interdicción marítima, requiriendo la notificación y autorización del Estado del pabellón antes de que se tome cualquier medida de ejecución. El uso unilateral de la fuerza militar letal es contrario a la letra y el espíritu de esta convención e ignora el acuerdo bilateral antinarcóticos de 1991 existente entre EE. UU. y Venezuela. Finalmente, bajo el marco de la Carta de la ONU sobre el uso de la fuerza, el ataque militar es un uso ilícito de la fuerza prohibido por el Artículo 2(4). El intento de EE. UU. de justificar la acción como un acto de legítima defensa en virtud del Artículo 51 fracasa por múltiples motivos.

El transporte de narcóticos por una sola embarcación no cumple con el alto umbral de gravedad de un "ataque armado" según la definición de la jurisprudencia internacional. Estados Unidos es parte de la ONU y de la OEA. Ambas organizaciones tienen un principio fundamental en materia de derechos humanos, la presunción de inocencia. Hasta ahora, las autoridades norteamericanas no han afirmado que la tripulación del peñero, pues de eso se trataba, no de un buque, de un peñero, hubiere atacado a las fuerzas americanas y estas, en legítima defensa, volvieron "polvo cósmico" la lancha y su tripulación, y eventual mercancía. Al no ser así, ese ataque viola toda normativa de derecho al extremo, inclusive, que nunca se sabrá si en ella había cargamento de algún tipo pues este, obviamente, desapareció con la explosión. La convención contra la delincuencia organizada transnacional abre ciertas posibilidades, así como las decisiones del tribunal de Nueva York, el mismo que determinó la existencia del "cartel de los Soles". Según el propio Trump, Maduro no es Presidente legítimo, sino el Jefe de un cartel. La afirmación de EE.UU. de que los muertos pertenecían al Tren de Aragua añade un elemento de terrorismo y crimen organizado al conflicto. Esto le da al gobierno estadounidense una justificación más sólida ante la opinión pública para sus acciones, vinculando al gobierno de Maduro con una "organización terrorista extranjera".

Hubo un programa de "El Pitazo" con el periodista César Batiz y Ronna Rísquez, autora de un libro sobre "El Tren de Aragua", en el cual se dan detalles del lugar de donde zarpó la lancha (San Juan de Unare, península de Paria, en el estado Sucre, Venezuela, población que, según vox populi, está tomado por narcotraficantes), sus características y algo más, como que dos lanchas que salieron previamente si pudieron sortear la vigilancia de USA. Lo que es verosímil, según reportajes y testimonios, es que hay lanchas equipadas con varios motores, lo cual les da una buena velocidad, cuyo uso es frecuente en esa zona, para transportar oro, drogas y hasta personas secuestradas o migrantes. Era una lancha con cuatro motores, que se dirigía a Trinidad. El dueño de la embarcación disponía de un GPS que le permitía ubicarse en el mar.

Hasta el momento de escribir esto, el gobierno venezolano no ha denunciado el ataque a la embarcación. Ni siquiera ha acetado el hecho como tal. Tampoco ha informado sobre posibles muertos venezolanos. Los voceros principales repiten los motivos del discurso de Maduro: que Rubio engaña a Trump y va hacerlo llenarse las manos de sangre, que el despliegue de fuerzas es "extravagante", etc. Además, hace actos con los milicianos, anuncia intensificación del proceso de incorporación a las milicias. Hay informaciones de recluta en barrios populares de Caracas. También, se aumentó la presencia militar en las zonas limítrofes occidentales, con Colombia. Por su parte, las fuentes norteamericanas presentan la destrucción de la lancha como un éxito en su lucha contra el narcotráfico y podría servir de justificación para intensificar las operaciones en la zona. Esto podría incluir más patrullas, vigilancia, y posiblemente, más interdicciones de embarcaciones sospechosas. El gobierno de EE.UU., a través de su presidente y otros funcionarios, continúa acusando al gobierno de Nicolás Maduro de estar vinculado a organizaciones criminales y al narcotráfico. El ataque a la lancha del "Tren de Aragua", si se confirma, sería utilizado como evidencia.

El despliegue de buques de guerra, incluyendo destructores y un submarino nuclear, en el sur del Caribe es una demostración de fuerza sin precedentes en la región; pero a invasión norteamericana a gran escala, negada a la vez por Rubio, MCM y Diosdado Cabello, sigue siendo muy poco probable, pero la tensión seguirá creciendo y los incidentes en el mar Caribe aumentan el riesgo de un "colapso desordenado", con el potencial de una escalada de la violencia civil y militar en Venezuela y la región.

Mi IA dice que "El riesgo más probable es el de incidentes localizados, pero muy graves. Podría haber más interdicciones, enfrentamientos menores entre las fuerzas navales de ambos países, o un incidente de "fuego amigo" que, aunque no desate una guerra total, sí podría generar una crisis diplomática y militar de enormes proporciones. La situación es volátil y cualquier error de cálculo podría tener consecuencias impredecibles".

Se prevé una guerra de propaganda, con la difusión de videos y comunicados por parte de ambos bandos, para influir en la opinión pública internacional y nacional. Lo más probable, aventuro a decir yo, es que, ante la primera respuesta de negación del gobierno, es que se produzcan más incidentes en el mar Caribe, hasta que acepten la real situación, como ya reconocieron que el canal con Grenell "se malogró". La negación, como recordamos antes, es la primera fase de un duelo. La siguiente etapa sería la rabia, luego, el dolor, hasta llegar a la aceptación que, en el caso de Maduro y el grupo de los seis en el poder de facto, implica una negociación para salir y poder verificarse una transición. O sea, que estamos tan solo en el primer episodio de esta serie.


 



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Jesús Puerta


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