¿Hasta cuándo tanto chantaje?

El gobierno venezolano, en un contexto de incipiente recuperación económica y bajo la presión de sanciones y bloqueos, ha implementado estrategias para mejorar el ingreso de los trabajadores a través del incremento de bonos indexados.

Esta medida ha sido objeto de críticas por parte de la oposición política, que argumenta que dichas acciones gubernamentales obstaculizan un aumento salarial sustancial.

En medio de este debate, la figura de María Corina Machado emerge como un punto central de controversia. Se le atribuye influencia en decisiones como la posible cancelación de los servicios de Chevron por la administración Trump, la situación de los inmigrantes venezolanos en El Salvador y la volatilidad del dólar paralelo.

Estas acusaciones han intensificado la polarización en el país, con algunos sectores considerando que el apoyo a Machado podría ser perjudicial para la estabilidad económica nacional.

Recientemente, su aparición como mediadora en la liberación de rehenes, como ellos afirman, de la embajada de Argentina en Venezuela, ha generado mucha atención, aunque burlas en las Redes sociales, sin embargo, esta acción ha sido interpretada por algunos como una estrategia para capitalizar una audiencia que, según esta perspectiva, ha estado expuesta a información sesgada durante los últimos 26 años.

Surge la interrogante sobre si la detención de Machado representaría un mayor o menor riesgo en comparación con su situación actual, donde pareciera gozar de una posición de intocabilidad.

Si bien no manifiesto animadversión personal hacia ella, invoco la necesidad de justicia, equiparando su situación a la de cualquier ciudadano que enfrenta las consecuencias de sus actos ante la ley.

Se cuestiona el impacto de sus acciones en el país y se critica la concesión de supuestos favores a su familia en relación con la liberación de venezolanos en El Salvador.

Nunca olvidemos la disposición del gobierno a otorgar perdones, liberaciones y suspensiones de inhabilitaciones, en espera de reciprocidad por parte de la oposición en el cumplimiento de acuerdos que nunca cumplen.

Desde esta perspectiva, María Corina Machado es caracterizada como una figura clave para el chantaje político, sin parangón en la nación.

Se argumenta de parte del gobierno nuestro que la crisis económica que vive el país se fundamenta en su figura, no por una supuesta fortaleza, sino por ser la "excusa mediática imperial" utilizada para justificar bloqueos y sanciones.

No creo que la Machado sea un mal necesario, lo que tiene que haber es justicia ejemplar para frenar de una vez por todas con la delincuencia opositora que casi nos obliga a depender de subsidios gubernamentales cuando ya deberíamos en ser el país Potencia que tanto el Comandante amado Chávez soñó.

 

 



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Julio César Colmenares

Comunicador alternativo.

 juliocesar1221@gmail.com

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