Por lo general, todo acontecimiento o suceso genera, al menos, dos narrativas: las contadas por los protagonistas, que, por lo habitual no coinciden y lo relatado en los libros de historias, ensayos o biografías que no necesariamente son objetivos. Estas últimas podrían expresar el punto de vista de quien lo escribe, es decir, del autor o, de la entidad que financió la edición del libro. Es por eso que en oportunidades es algo difícil constatar la veracidad de lo escrito. Incluso, si la historia está basada en documentos, se debe tener presente que estos legajos fueron escritos por personas o escritores con un punto de vista determinado o con un propósito.
Veamos algunos ejemplos que me permiten corroborar lo señalado en el acápite anterior y para esto voy a recurrir a libros de carácter religiosos. Insisto en este tema, dado que los acontecimientos del mundo occidental, en siglos pasados, estuvo caracterizado por la violencia derivada de las guerras, casi perenes, entre católicos, protestantes, musulmanes y judíos. Eran tiempos cuando la política y la región estaban entremezclados.
Todo comenzó con el descubrimiento de una colección de 972 pergaminos o rollos llamados Manuscritos del Mar Muerto, escritos en hebreo antiguo, arameo y en griego con una data de 250 a.C al año 66 d.C. Estos fueron descubiertos hace más 2000 años por pastores beduinos en las cuevas cerca de Qumrán situada a la orilla del Mar Muerto. Parte de estos pergaminos dieron origen a lo que hoy se conoce como La Biblia.
Como todo escrito es susceptible a ser interpretado por quien lo traduce y por quien lo lee, resulta que de las lecturas de tales rollos se sabe que los protestantes, los católicos, los judíos, hasta los musulmanes, en la traducción de estos documentos tienen sus propias versiones. Sin contar que algunos de ellos permanecen escondidos por no corresponder con los intereses de tales religiones. Ciertamente, no hay ningún pergamino rubricado por Jesús, sino versiones de los relatos que describen los apóstoles escritos muchos años después de la supuesta muerte del Crucificado.
Algo que sí es cierto es que en ninguno de estos rollos aparece la renuncia de Jesús a su religión judía, del mismo modo, los esenios y los fariseos se disputan la membresía del hijo de María a una de estas sectas. Lo que sí se deriva de estos rollos, es que el cristianismo no se debe a Cristo, se debe a quienes escribieron los versículos de La Biblia, que en algunos casos se contradicen. Así mismo, Cristo, quien no fundó ninguna Iglesia, no era católico, ni protestante, ni tampoco cristiano ortodoxo, dado que el catolicismo lo impuso como religión obligatoria del Imperio Romano el emperador Constantino I, quien tampoco era católico sino arriano (una secta del catolicismo) y fue bautizado en su lecho de muerte por un sacerdote arriano. Cosas que también aparecen en otros libros y no en los catecismos y mucho menos en La Biblia.
Lo que si es cierto que los cultos han servido para crear héroes, santos y hacerse ricos innumerables jerarcas de las religiones, tanto protestante (en todas sus sectas), como católica, judía y musulmanes. A manera de ejemplo, la Iglesia católica tiene un gran héroe español como fue el Duque de Alba quien asesinó miles de protestantes de los Países Bajos, así mismo, un santo, como Santo Domingo de Guzmán, uno de los fundadores de Inquisición, responsable de miles de muertes en la hoguera y de las torturas a los llamados infieles. Imposible dejar atrás a los curas de la orden de Jesuitas (Compañía de Jesús) que ayudó a la Iglesia Católica a obtener grandes beneficios económicos plagando por toda Europa colegios y universidades regentados por curas jesuitas. Todo esto ocurrió durante la Contrarreforma, una forma de arrebatarle el negocio que tenían los protestantes. Y como lo importante eran los beneficios económicos, no solo del poder espiritual, había que pelear por el poder temporal. Por esta razón Europa se vio sumida, por muchos años, a cruentas guerras, solo por el beneficio del maldito dinero y por el logro del poder para obtener lo anterior. Otra forma del Vaticano de conseguir dinero fue mediante la confiscación de fortunas y propiedades, así mismo, la fabricación y venta de reliquias, el comercio de indulgencias, el cobro de impuestos y la venta de cargos en los Estados Pontificios donde el Papa tenía un poder omnímodo. De seguro que nada de lo comentado anteriormente está en La Biblia, tampoco los curas, pastores, rabinos, popes e imanes en los púlpitos cuentan esta funesta historia.
Finalmente, para aquellos fieles que abrazaron algunas de aquellas religiones predicadas por profetas, pastores, rabinos, imanes o popes, no pocas veces se evidenció desprecios, relegación en la escala social y una cruenta mezcla de sublevación casi continua y represión despiadada. Para los que permanecieron fieles a un culto se tradujo en humillaciones todavía mayores, exilios forzosos, deportaciones, reducciones a la esclavitud, ruina y muerte. Es la historia funesta de las religiones.
Así como las religiones tienen sus propias versiones en los libros sagrados que les permite esconder la verdad verdadera, los políticos hacen los mismo. Para esto utilizan todo un moderno sistema de información para esconder la verdad, de esta forma las personas conocerán lo que a ellos les conviene. Es notorio que el Capitalismo no tiene necesidad de inventar las mentiras derivadas de interpretaciones, como en el caso de los pergaminos del Mar Muerto, ellos inventan (para esto pagan), difunden e imponen la "verdad" que a ellos les convienen. Es por eso es que han engañado a miles de millones de personas con la idea que la Democracia Representativa como el mejor gobierno del mundo. A pesar de que durante más de 100 años que gobiernan en diferente parte del orbe los problemas de la miseria, la iniquidad contra los excluidos, el hambre, la riqueza en manos de unos pocos no se han superado. Nada de esto escriben los capitalistas en sus libros.
Los capitalistas son astutos contando mentiras desde hace siglos, pareciera que aprendieron de las religiones. Los historiadores y los libros le vendieron al mundo que una de las causas determinante de la Primera Guerra Mundial, donde murieron mas de 20 millones de pronas, fue el asesinato del Archiduque del imperio Austrohúngaro Francisco Fernando, en Sarajevo el 28 de junio de 1914. Cuando en verdad una de la verdadera causa fue una discordia entre los viejos imperios europeos arrastrada desde 1885. Esto ocurrió por el desigual reparto de África entre las vetustas monarquías durante la Conferencia de Berlín. En este cenáculo salieron favorecidas el Reino Unido y Francia, quienes se llevaron la mayor parte del pastel y el menor beneficiado de este prorrateo fue Alemania. Así mismo, la fábrica de ametralladoras, recién inventada, necesitaba de una guerra para probar la efectividad del moderno artilugio de la guerra. Otra versión de la historia.
Los capitalistas son buenos para mentir, inventar y escribir historias, para eso pagan, anteriormente a los mercenarios de pluma, hoy a los mercenarios del teclado. Los capitalistas pregonan ser los defensores de la democracia y la libertad, pero financiaron y apoyaron las dictaduras militares de Centro y Sudamérica, las de Asia y África en el siglo XX. Así mismo, apoyaron durante 36 años (siglo XX) la dictadura de Franco para frenar el avance del comunismo en Europa. De igual forma, se puede referir sobre la llegada de Hitler al poder, esta fue causada por la imposibilidad de ponerse de acuerdo los socialdemócratas y los socialcristianos en el Reichstag (el congreso alemán) para frenar la llegada de los comunistas al poder. Son tantas las mentiras del capitalismo en sus documentos, en la prensa, en el cine y en todo medio de información para reiterar que las dos bombas que lanzaron sobre dos poblaciones civiles de Japón tuvieron por objetivo evitar la prolongación de la Segunda Guerra Mundial, cuando en verdad su única finalidad era comparar el resultado destructor de la bomba de uranio y la de plutonio en Hiroshima y en Nagasaki. Dos bombas que destruyeron dos ciudades, asesinaron a más de 300 mil personas en menos de cinco minutos, más las enfermedades colaterales de los sobrevivientes de la radioactividad. Así mismo, todavía hoy, en el siglo XXI a más de 80 años de aquel nefasto suceso el gobierno estadounidense y el gobierno de Japón (hoy aliado de EEUU) prohíben que se escriba en libros de historia, en noticias y en otro medio de información que el responsable del lanzamiento de las dos bombas nucleares fue el gobierno de EEUU. Otra deformación de la Historia.
Es por todo lo anterior que nada de lo que está sucediendo en el planeta es nuevo. El gobernante de EEUU, el rubicundo Donald Trump, descendiente de inmigrantes, al lado de Marco Rubio, también descendiente de emigrados, expertos en desinformación y de falsear la historia, le están vendiendo al mundo una idea sobre Venezuela que no corresponde con la realidad. Todo comenzó con Obama al declarar a Venezuela como una amenaza inusual al gobierno estadounidense, algo que remotamente no se corresponde con la realidad. Mediante esta mentira justificó la aplicación de medidas coercitivas unilaterales que tanto daño le ha causado a nuestra economía y al pueblo venezolano.
Aplicando las medidas de Obama, que luego utilizó Biden continuando con la violación del derecho internacional, hoy, el rubicundo de Tump le agregó nuevas sanciones para intentar, mediante nuevas violaciones de la libertad de comercio, derrocar el gobierno de Nicolás Maduro. A todo lo anterior los herederos de expatriados, Trump y Rubio, criminalizando la inmigración, le están aplicando ilegalmente la "ley de enemigos extranjeros", a los migrantes venezolanos. Aquellos compatriotas que abandonaron su patria debido a las sanciones económicas en la búsqueda de trabajo, al igual que lo hicieron otros inmigrantes de centro y sudamericanos. Esta ley fue promulgada en 1798 y la está utilizando para detener, deportar y secuestrar a venezolanos bajo el supuesto que todos pertenecen al extinto "tren de Aragua". Mediante esta ley el gordinflón rubicundo invoca la "La ley de enemigos extranjeros" para deshacerse del debido proceso. Pretende evadir cualquier necesidad de tener que presentar pruebas para convencer a un tribunal que los venezolanos son miembros del extinto "tren de Aragua" antes de ser deportados. Esta es la falsa historia del presidente de los EEUU.
La otra historia es que en las acciones de Trump se está cometiendo un delito de odio contra el gentilicio venezolano. Se detiene, se encarcela, se secuestra a más de 230 connacionales por el solo hecho de ser venezolano. A todos se le niega el derecho a la defensa y se le envía a un campo de concentración en El Salvador, en un negocio de trata de personas con su socio, el presidente Bukele. Como se ve la historia falseada de Trump esconde la comisión de varios delitos violatorios de los derechos humanos, además, delitos de lesa humanidad como es la persecución, detención y secuestro de personas solo por ser venezolanos que no han cometido delitos, ni en EEUU, ni en El Salvador. La verdadera Historia es la negativa del pueblo venezolano de no dejarse robar sus riquezas por potencias extranjeras.
La verdadera historia, las de los protagonistas, los que vivieron y viven en una época son testigos de los buenos hechos y de los desmanes ocurridos por la acción de otros. Por eso tiene razón el escritor rumano Elie Wese cuando escribió: "El deber del superviviente es dar testimonio de lo que ocurrió, hay que advertir a la gente de que estas cosas pueden suceder, que el mal puede desencadenarse. El odio racial, la violencia y las idolatrías todavía proliferan". Lee que algo queda.