La teoría sugiere que, al igual que un bate quebrado puede ser reparado y fortalecido con resina y cinta adhesiva, las personas también pueden reconstruirse y fortalecerse después de una crisis emocional. Este proceso de reparación puede llevar a una mayor comprensión de uno mismo y a una mayor capacidad para enfrentar futuros desafíos.
Esta teoría no es una explicación científica rigurosa, sino más bien una metáfora que puede ser útil para entender cómo las personas pueden superar las adversidades y emerger más fuertes.
En el ámbito del béisbol, el término "bate quebrado" no se refiere a una teoría psicológica, sino a una situación específica que ocurre durante el juego. Cuando un bate se rompe o se quiebra al golpear la pelota, se dice que es un "bate quebrado". Esto puede suceder debido a la fuerza del impacto, un defecto en el bate o el desgaste natural del material.
En el contexto del béisbol profesional, los bates son revisados y mantenidos cuidadosamente para asegurarse de que estén en óptimas condiciones, especialmente para los jugadores clave como los cuartos bate o los bateadores de poder. Estos jugadores suelen ser los más fuertes y precisos, por lo que necesitan bates en perfecto estado para maximizar su rendimiento al batear.
Los bates que no pasan las revisiones o que presentan grietas o debilidades pueden romperse durante el juego, lo que no solo afecta el desempeño del jugador, sino que también puede ser peligroso, ya que los fragmentos del bate pueden salir disparados hacia el campo o incluso hacia las gradas pudiendo causar graves daños físicos a los espectadores, con pérdidas económicas para los clubes.
