Rastros del tiempo (XXVI)

Vida, Obra y Legado de Alí Primera

Alí Rafael Primera Rossell, distinguido como el "Cantor del Pueblo", es una figura emblemática de la música venezolana y de la canción de protesta en América Latina. Nacido el 31 de octubre de 1942, en Coro, estado de Falcón, Venezuela. Sus padres fueron Antonio Isidoro Primera y Carmen Adela Rossell. A La edad de 3 años, su padre murió siendo funcionario policial, durante un intento de fuga de la cárcel de la ciudad de Coro, cuando un prisionero de nombre Pedro Agüero le disparó.

La vida y obra de Alí, son un testimonio de la lucha social y política, en un país marcado por la desigualdad y la opresión. Desde su infancia desempeño varios oficios, que fueron desde limpiabotas, hasta boxeador en su etapa juvenil. Al terminar la educación primaria se traslada a Caracas, donde prosiguió sus estudios en el Liceo Caracas, culminando sus estudios de bachiller en 1963. Al año siguiente comenzó sus estudios en el área de Química en la Universidad Central de Venezuela.

Ali Primera creció observando un contexto de pobreza y exclusión, que azotaba a las clases oprimidas, que le van moldeando su visión del mundo y su arte. Desde joven, se sintió atraído por la música y la poesía, utilizando estas herramientas para expresar las injusticias que presenciaba. Su carrera despegó en la década de 1970, en un momento en que Venezuela vivía una serie de cambios políticos y sociales. La injusticia y la represión marcaron la vida de muchos artistas de la época, y Alí no fue la excepción. Su música, cargada de crítica social, se convirtió en un eco de las voces silenciadas, por el avasallamiento del sistema opresor

Su etapa de compositor y cantante la inicia al tiempo que inicia sus estudios universitarios, primeramente como etapa de diversión y pasatiempo, pero, poco a poco la fue convirtiendo en una actividad, a tiempo completo. Sus primeras composiciones "Humanidad" y "No Basta rezar" fueron de gran éxito, con los que inicia su carrera artística, con esta última canción participó en el festival de la Canción de Protesta en la Universidad de Los Andes. Este evento que formaba parte de una serie de encuentros musicales en solidaridad con Cuba, Vietnam y el sueño socialista, realizado en el 1967, en el que Alí hizo gala de la canción protesta.

En 1968, se traslada a Rumania para continuar sus estudios, becado por el Partido Comunista de Venezuela. En Alemania, grabó su primer disco. "Gente de mi Tierra"; donde también conoció a la sueca Tarja Osenius, con quien convivió en Estocolmo, y tuvo a sus hijas: María Fernanda y María Ángela. Regresa a Venezuela en el año de 1973, acompaña a José Vicente Rangel, como candidato presidencial del Movimiento al Socialismo (MAS) y del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). En 1977, en Barquisimeto conoce a Sol Mussett, su futura esposa con la que procreó cuatro retoños: Sandino, Servando, Florentino y Juan Simón.

Por lo fuerte y contundente, en el contenido social de sus canciones es vetado por el gobierno del momento, por lo que Alí, opta por fundar su propia firma disquera, "El Cigarrón", con la que graba 13 discos Larga Duración. Todas sus canciones fueron éxitos, para nombrar algunas, como: Dispersos, Paraguaná, José Leonardo; Casas de Cartón; Canción Mansa Para un Pueblo Bravo; No Basta Rezar; Coquivacoa, Canción Bolivariana, Panfletaria, Flora y Ceferino y muchas otras. Todas sus canciones sonaron con el mensaje de protesta social, y el acento contestatario de contenido revolucionario. Y así, con su canto impregnado por la lucha revolucionaria, Alí participó en numerosos festivales por toda América Latina.

El legado de Alí, trasciende en la vigencia de su canción de protesta, la canción necesaria, convirtiéndose en un símbolo de resistencia, amor por la patria y compromiso con los ideales bolivarianos, que hasta hoy sostiene su vigencia de lucha y resistencia, siendo su vasta y variada obra, identificadora de su compromiso con la verdad y la justicia. Su canto aborda temas de resistencia, identidad y la lucha contra la opresión; es un llamado a la conciencia, una invitación a cuestionar el status quo y a levantarse en contra de las injusticias.

A través de sus letras, Alí Primera encarna la esencia de la canción protesta, utilizando su arte para desafiar a los poderosos y dar voz a los marginados. Su estilo combina ritmos tradicionales venezolanos, con influencias del folklor latinoamericano, creando un sonido que resuena con la identidad cultural del pueblo. La riqueza poética de sus letras, cargadas de simbolismo y referencias históricas, refleja su profundo amor por la patria y su deseo de un futuro mejor.

El legado de Alí Primera va más allá de su música. Su mensaje bolivariano y su pensamiento revolucionario, han inspirado a generaciones de artistas y activistas en Venezuela y en toda América Latina. La canción necesaria, como él mismo la definía, se convierte en un vehículo de transformación social. Ali Primera no solo dejó un catálogo musical impresionante, sino también una filosofía de vida centrada en la lucha por la justicia y la dignidad.

El impacto de su obra se puede ver en la forma en que muchos jóvenes artistas actuales siguen utilizando la música como una herramienta de resistencia. La figura de Alí se erige como un reflejo de esperanza y valentía. Su legado vibra en cada acorde, en cada letra que resuena en las calles, en las protestas y en las voces que se levantan en contra de la injusticia. La vigencia del mensaje de Alí Primera en la actualidad es palpable, en el espíritu de resistencia que caracteriza a muchos movimientos sociales en Venezuela. A pesar de las adversidades, su música sigue siendo un símbolo de lucha y esperanza. Las nuevas generaciones han adoptado su legado, reinterpretando sus canciones y creando nuevas obras que continúan la tradición de la canción protesta.

Los valores bolivarianos que Ali defendía —la justicia social, la igualdad y la soberanía— son más relevantes que nunca en un mundo donde las luchas por la dignidad continúan. La esencia de su mensaje invita a la reflexión y a la acción, desafiando a cada individuo a hacerse cargo de su realidad y a trabajar por un cambio significativo. Ali Primera es, sin duda, uno de los más grandes exponentes de la música latinoamericana y un símbolo de la lucha por la justicia social.

Su vida y obra nos enseñan que la música puede ser un poderoso instrumento de cambio, capaz de movilizar conciencias y unir a los pueblos, en la búsqueda de una realidad más justa. El legado de Ali Primera perdura en el corazón de quienes creen en la posibilidad de un mundo mejor, y su mensaje sigue resonando en la memoria colectiva de un pueblo que no olvida su historia, ni su lucha, en un momento donde la música y la poesía son más necesarias que nunca. Alí Primera fallese en un accidente de tránsito en Caracas, el 16 de febrero de 1985, pero el espíritu de Ali Primera continúa inspirando a quienes se atreven a soñar y a luchar por la libertad y la justicia.

"...Y fuí llenando con flores a mi fusil de poemas / y afiné la puntería del canto contra las bestias. / Fuí sumando corazones para vencer madrigueras /al llenarme los rumores del volantín cuando vuela. / Yo amarré los recuerdos al árbol de la noche y fuí en busca del sol...". Alí Primera



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Reinaldo Chirinos

Licenciado en Educación Mención Desarrollo Cultural. Facilitador del INCES.

 reinaldoc06@gmail.com

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