Hace aproximadamente 3 años se realizaron las elecciones internas del PSUV, una innovación muy importante, para elegir las representaciones comunitarias con la elección de líderes de Calle y líderes de Comunidad, en todas las parroquias del país donde el PSUV estuviera presente. Nuestra parroquia por supuesto no fue la excepción y se eligieron, dentro de ella, en la comunidad especifica nuestra, las representaciones correspondientes.
Una parte importante del ajetreo que se presentó en estos comicios micro, fue que no hubo claridad sobre quienes deberían ser los representantes del PSUV a candidaturearse, ya que no se sabía si debían ser militantes activos, simpatizantes o como al final se entendió, cualquier persona que quisiera postularse.
Bueno resultado de ello fue que para sorpresa de muchos, opositores conocidos, poco aceptados, hasta ultrosos de la derecha fueron inscritos y participaron en las elecciones, no sin apoyo de algún miembro de la dirección parroquial generando estupor entre todos los que los conocen.
Recuerdo con claridad como ese grupo estaban reunido frente a nuestro centro de votación, esperando el momento para, con un enojo visible votar por su representante. Bueno, ante esta situación y después de escarceos con ellos, la única explicación que más o menos pudimos considerar era que todo eso correspondía a una estrategia de dialogo que se había lanzado para tratar de disminuir su andar derechista.
Al final una de ellas fue elegido Jefe de Comunidad, y la otra fue incorporada a la Dirección Parroquial. Hoy están en plenas funciones y con las consecuencias correspondientes. Recuerdo también que un vecino opositor pero no guarimbero, dijo ¡como incorporan a esa persona a la dirección, ustedes se volvieron locos!
Una de las causas de estas situaciones es la necesidad de una estructura más cercana de supervisión política, no administrativa, ya que hablando con un directivo le pregunte quien era el responsable de los alimentos aquí, y me respondió yo, y el del partido, yo y en estos momentos estás hablando con el de los alimentos.
El PSUV debe iniciar un proceso de diferenciación entre los responsables políticos y administrativos, pues entre otras consecuencias está aquello de pagar y darse los vueltos, y se ganaría mucho en eficiencia política y eficacia administrativa y hay que formar. Es que la gerencia popular y socialista para todo no es fácil, pues hay que dar más, no es la gerencia ejecutiva tradicional, ya aprendida y por lo tanto repetida.
En nuestra pequeña experiencia vemos como se reforzó de alguna manera la estructura de la derecha, y se creó manifestaciones de conflicto que antes no estaban presentes, o por lo menos abiertamente en lo interno, ya que una de ellas ha tenido y tiene un rechazo de su comunidad. Otro en la elección para los jueces de paz inicialmente y después en las elecciones para la consulta de proyectos comunitarios, creó una situación embarazosa en las puertas del centro de votación.
A pesar de estas situaciones ellas, como el banquero aquel, dicen, aquí estamos y aquí seguimos, por lo que es necesario también, si se quiere mantener la hospitalidad, reflexionar un aprendizaje de conducta socialista en el sentido no de imposición sino de consideración de los intereses del colectivo sobre los propios. Además el propio PSUV y los militantes y activistas debemos considerar que "…sin la unión con los no comunistas, en los más diversos terrenos de la actividad, no puede ni siquiera hablarse de ninguna construcción comunista eficaz…" (Lenin), pero que esto debe acompañarse de un proceso de autoeducación partidista interna. La organización debe ayudarse a si misma.
Y creo que la comunidad sigue sin comprender porque pasa esto. Si la idea es que además de ganar conciencias y voluntades, debemos ganar votos, creo que hay que buscar la forma de evitar, que no los estemos perdiendo. Revisar.
Oscar Rodríguez Estrada 13 de febrero de 2025