Rastros del tiempo (XXI)

Historia local: 9 de febrero, "fundación" de Siquisique y las consecuencias coloniales

En el presente artículo rastrearemos el tiempo desde el análisis de la historia local y regional, tocando la historiografía de las raíces del pueblo de Siquisique, ya que el pasado 9 de febrero, nuestra ciudad San José de Siquisique, capital del Municipio Urdaneta, del Estado Lara, cumplió 404 años de la fundación, POR PARTE DE LAS AUTORIDADES ESPAÑOLAS, al igual que el pueblo de San Miguel Arcángel de los Ayamanes, de la Parroquia San Miguel de este mismo Municipio. Y cuando resalto: POR PARTE DE LAS AUTORIDADES ESPAÑOLAS es porque, cuando llegaron los conquistadores, ya Siquisique existía, siendo habitada por el pueblo Ayaman, lo cual ha sido una verdad que ha sido ocultada, por los historiadores que escribieron la llamada historia oficial, hecha para complacencia de la clase vencedora.

Es importante destacar que para llegar al momento en que los españoles "fundan" los pueblos de San José de Siquisique y San Miguel Arcángel de los Ayamanes en 1621, habían transcurrido 91 años, después de haber llegado a estas tierras del hoy Estado Lara, en modo de guerra contra los nativos, uno de los criminales históricos, de la conquista de Venezuela, como fue el alemán Nicolás Federmann.

Para entender con mayor claridad este agudo momento de nuestra historia, se hace necesario hacer un pasaje reminiscente, que nos permita evaluar la intensidad de la resistencia sostenida por aquellos hombres y mujeres aborígenes, que en aras de defender este vasto territorio, habitado desde tiempos milenarios, por el pueblo ayamán, y avecindado por los pueblos Jirajaras y Gayones; visitado y recorrido por los comerciante naturales del pueblo Xaguas, que comercializaban mediante la metodología del trueque, con la sal, desde las costas corianas del hoy Estado Falcón, hasta la playas del Orinoco, constituyéndose en el camino de la sal, que así se ha llamado tradicionalmente ese sendero que aún existe, convertido en ese entonces, en la obligatoria travesía de los invasores, por esta extensa región, para llegar a conquistar el centro del territorio de la hoy Venezuela, travesía que realizaban exterminando pueblos y culturas autóctonas a lo largo del recorrido, donde sucedieron feroces enfrentamientos armados, entre invasores y aborígenes.

De igual manera los caquetíos, que para ellos, estos caminos eran un corredor de tránsito, entre la parcialidad de ese pueblo que habitaba en Coro y la otra parcialidad Caquetía, ubicada en Variquisimeto, (Rio de aguas cenizas) como fue el nombre originario de la hoy ciudad de Barquisimeto, que más tarde, estos senderos fueron utilizados como paso obligatorio para el tránsito de los conquistadores, que utilizaron o mejor decir, invadieron, para transportar la transculturación obligada: origen de la opresión y exterminio de los pueblos originarios en todo territorio venezolano.

Para llegar a la "fundación" de los pueblos San José de Siquisique y San Miguel Arcángel de los Ayamanes, no fue tarea fácil para los conquistadores europeos. Desde la llegada de Colón a las costas de nuestro territorio venezolano en agosto de 1498 y la nefasta incursión de guerra de conquista por parte del conquistador alemán Nicolás de Federmann, en 1530, pasaron 123 años de enfrenamientos, en diferentes lugares del vasto territorio de la Comarca Ayaman; ruta transitada por los conquistadores, practicantes del genocidio, donde estuvieron radicados numerosos pueblos nativos, a los que les tocó, enfrentar con coraje y valentía, la defensa de su suelo y su cultura, como pertenencia natural, en el territorio del hoy Municipio Urdaneta, Estado Lara, resistiendo desde 1530, a las diferentes expediciones invasoras, lo que les costó la destrucción, acoso y extinción, al enfrentarse en toda la extensión territorial de esta comarca, en la que hoy habitamos en convivencia diversa.

Lo podemos decir con orgullo, que estamos en posesión de un legado, del resultado histórico de una lucha ancestral que aún desconocemos; que debemos procurar estudiarla, ya que encierra una riqueza espiritual y cultural relevante, que nos debe reconfortar el sentimiento patriótico, reforzar la querencia y pertenencia de nuestro suelo, nuestras tradiciones, costumbres y nuestra característica y la particular forma de ser urdanetenses, larenses, venezolanos y como pueblo combatiente en innumerables contiendas por la defensa geo-étnica, desde el contexto local, regional y nacional, en lo que debemos profundizar en la investigación y el estudio significativo de nuestros antecedentes ancestrales, culturales y sociales.

Para entender y comprender la historia de nuestros pueblos, en tiempo y espacio, es necesario apreciar la firmeza histórica, desde el entendimiento de lo que ha sido un contexto desconocido o ignorado o, tal vez olvidado a propósito, producto de la transculturación sistemática y violenta, de parte de las castas opresoras. Como respuesta histórica, debemos apropiarnos del entendimiento sobre la conciencia fiel de los acontecimientos, hoy lo podamos interpretar con sentido patriótico.

En primer término: entender la razón de ser de las heroicas luchas realizadas por nuestros ancestros originarios, en aras de la defensa de sus pertenecías naturales y en segundo término: comprender que las fundaciones de los pueblos y ciudades fueron realizadas por los conquistadores, para garantizar la cómoda convivencia de los españoles, no de los habitantes originarios que fueron reducidos a la servidumbre, la esclavización y la muerte.

Es necesario ubicamos en la posición cierta de la historia analizada y estudiada, para entender que, para el momento de la "fundación" de esos pueblos y ciudades llamados de doctrinas, sus habitantes nativos estaban en férrea lucha por la defensa de su soberanía y de su integridad física y territorial, siendo justicia destacar la importancia de la existencia histórica de los pueblos: San José de Siquisique y San Miguel Arcángel de los Ayamanes, llamados pueblos de doctrina, que también se les llamaba pueblos de "indios", formados exclusivamente por nativos, entregados por ley a un español, conquistador o poblador y que, para que los "protegiera", pero en realidad en esos pueblos o ciudades, quienes vivían los gozos, de la beneficencia de nuestra tierra, y gozaban los servicios de servidumbre gratuitos de la gente aborigen, eran los españoles, colonizadores descendientes de los primeros conquistadores.

Los habitantes originarios, que los conquistadores le dieron despectivamente el remoquete de "indios", eran esclavizados, por los encomenderos que se hicieron dueños de las tierras los aborígenes, que conformaban la servidumbre que sostenía a esa extranjera sociedad de opresión y represión en contra de los hijos del pueblo, naturalmente originario, que eran cristianizados a la fuerza, tratados como piezas de mercado, al servicio del insipiente sistema capitalista del momento.

Para ubicarnos en el tiempo y espacio de la época en que los españoles realizaban las "fundaciones" de los pueblos de doctrinas, tomamos como referente, los momentos que van entre los años 1498, que comprende la llegada de Colon a nuestras costas, hasta el año 1621, cuando las autoridades españolas realizan la "fundación" de San José de Siquisique y San Miguel Arcángel de los Ayamanes y, en el componente geofísico-espacial, incluimos la territorialidad donde se realiza la "fundación" de las principales ciudades, en el transcurso de estos primeros 123 años de la conquista y dominación en el territorio de Venezuela, desde la ocupación de Cubagua, en el Oriente de Venezuela, por los españoles en 1498-1500, hasta este contexto espacio-tiempo, con la "fundación" de San José de Siquisique y San Miguel de los Ayamanes en 1621, que no fueron "fundados" en los sitios donde hoy hacen vida estos pueblos, sino, en el Valle de Sicare, ubicado en el territorio del hoy municipio Torres del Estado Lara, a 200 kilómetros de la actual ciudad de Siquisique, donde habían llevado secuestrados a los aborígenes ayamanes y Jirajaras a fundar estos pueblos de doctrina, que por no ser su medio habitual, los aborígenes, se fugan, volviéndose a refugiar en sus predios originales, en la parte alta de la parroquia Siquisique, y en la adyacencias ribereñas del Río Tocuyo, por lo que las autoridades coloniales, dos años después en 1623, optan por refundar a Siquisique en el lugar donde hoy se encuentra. De igual manera sucede con los ayamanes que habitan el pueblo de San Miguel, que aún allí, hoy siguen viviendo sus descendientes.

Todos estos pueblos que fueron "fundados" y organizados a sangre y sudor de aborígenes y africanos esclavizados, durante los primeros 123 años de la guerra de conquista, representan el estatus-nación, requerida por el imperio español, para conformar la nación venezolana a imagen y semejanza del modelo imperial de España, para el beneplácito de las autoridades reales y la sujeción de los aborígenes, mediante el establecimiento de un protocolo entre la monarquía y la iglesia católica, para nombrar las autoridades, sujetas a la Corona, haciendo entrega de las tierras urbanas de la ciudad que fundaban, y de las tierras rurales destinadas a la actividad agrícola, a los conquistadores-colonizadores, llamados "encomenderos" otorgándoles "las encomiendas" , que no era otra cosa que grupos de aborígenes como mano de obra esclavizada, que llamaron encomendados, que se configuraba en un instrumento legal, otorgado por la Corona, que conocemos históricamente como "Repartos y Encomiendas"

Entonces, qué sentido tiene celebrar la "fundación" de una ciudad o pueblo, de la época de la Conquista. Es que, para que sucediera esa tal "fundación", para los invasores fue necesario exterminar a los habitantes originarios: dominándolos a través de preceptos religiosos infundados, esclavizándolos sometidos a trabajos forzados en las estancias agrícolas y pecuarias de los encomenderos, y matándolos a manera de cacería, persiguiéndolos hasta sus refugios naturales, con perros adiestrados. Fue la forma como el invasor pudo formar los pueblos y ciudades, sobre las cenizas de los pueblos de existencia ancestral milenaria, como los pueblos de Siquisique y Los Ayamanes de San Miguel, recalcamos que el nombre originario de este pueblo, es Ayamanes y no San Miguel, que es el nombre de "fundación" colonial. 



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Reinaldo Chirinos

Licenciado en Educación Mención Desarrollo Cultural. Facilitador del INCES.

 reinaldoc06@gmail.com

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