Cuarenta años de perfección

Como todo texto sagrado, Cien años de soledad es perfecta. El domingo pasado, víspera del Día de la Lengua, un grupo de personas, por iniciativa de la Embajada de España, estuvimos leyendo en voz alta algunos trozos de esa novela.

Al aliento de esas lecturas me encontré con algo que me confirmaba el carácter sagrado que me inspiró cuando la leí por primera vez hace 40 años: que es un texto sagrado. Las grandes obras literarias tienden a que cada vocablo sea lo que los franceses llaman le mot juste, ‘la palabra justa’, pero pocas lo logran. En su mayoría contienen palabras, páginas y hasta capítulos desperdigados.

Siento que en Cien años de soledad que cada palabra está allí como las piedras de esos edificios impecables en que la ausencia de un solo ladrillo derribaría la construcción. Da la impresión de que cada palabra tiene que estar allí, que el conjunto justifica cada palabra y cada palabra justifica el conjunto.

Por eso ninguna sobra, ninguna falta, ninguna está fuera de lugar. Por eso los antiguos griegos consideraban que los poetas estaban inspirados por los dioses, las Musas. Rafael Cadenas ha dicho que la poesía te visita un día, puede regresar al día siguiente o en diez años o nunca. Otro poeta, confirmado por varios, me dice que cuando escribe siente que le dictan. ¿Quién le dicta? Ça parle, dicen los franceses, esta vez imposible de traducir mejor que con la frase ‘eso habla’.

Es decir, es el magma verbal en que vivimos sumergidos y que los poetas tienen la misión de destilar en sus formas más despejadas para «dar un sentido más puro a las palabras de la tribu», como dijo Mallarmé, «tanto como sobreviva la lengua», como decía Flaubert (« tant que la langue vivra ») o como decía Shakespeare: «Hasta la última sílaba del tiempo registrado» (“to the last syllable of recorded time,” Macbeth, 5.5.17-28). El lenguaje nos envuelve y nos impregna como seres sociales, por eso Ferdinand de Saussure sostenía que el lenguaje es «la más social de las instituciones» (Cours de linguistique générale).

Por eso decimos que Gardel cada día canta mejor. Porque cada año aprendemos mejor a apreciarlo, a entenderlo. Por eso Cien años de soledad está cada día mejor escrita.

roberto.hernandez.montoya@gmail.com



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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

 roberto.hernandez.montoya@gmail.com      @rhm1947

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