Reclamo formal

Exigimos que nos expliquen por qué los espacios de opinión "Los papeles de Mandinga" y "Dando y Dando" han desaparecido

Veamos el caso desde un punto de vista pragmático -y materialista- si
se quiere:

Cuando un artículo de consumo, sin importar su índole, deja de ser
propuesto por un establecimiento a sus clientes, éstos están en su
derecho de reclamar esa falta de suministro, o exigir explicaciones
prístinas al respecto. Ello se debe a que el objeto ofrecido hubo
tenido, hasta el presente, la particularidad de contribuir a la
creación de una clientela, de un mercado, es decir de un consumo que,
como toda adquisición regular, en su fuero creara un hábito, una
necesidad, una relación de intercambio durable entre el productor y
el consumidor.

Obviamente, estamos tratando de esquematizar, de reducir a sus más
hipotéticos rasgos materiales un producto que en realidad es de
carácter inmaterial, como lo es el contenido de estos popularísimos y
misteriosamente desaparecidos programas de opinión, "Los Papeles de
Mandinga" y "Dando y Dando". Pero si adoptamos esta limitada y
precaria perspectiva analítica es que, en el fondo, el diálogo
abierto, de tipo intelectual (y de consecuencia moral), establecido
entre estos programas y su público ocurre, a pesar nuestro, dentro de
una realidad social cuya única jurisdicción legal es aún, según
nuestro código de derecho, la de cualquier producto comercial.
Desafortunadamente, pues, la única base analítica legal a nuestra
disposición, respecto de todo producto vehiculado a través de
nuestros medios comunicación, es la de una irremisible
contextualización comercial A PRIORI.

Sirvámonos pues de ella.

El primer hecho, es incontestable:

EL PUEBLO RECLAMA SUS PROGRAMAS, Y PUNTO!

O, en su defecto, una explicación fundamentada, documentada, por
parte de los productores de estos programas, sus directivos,
responsables y cualquier otro ente público o privado susceptible de
tener parte patronímica en los mismos. Estas explicaciones no deben
tardar y ameritan ser objeto de una comisión parlamentaria, así como
ordenadas de forma eminente por parte del Ejecutivo Nacional.

Los Papeles de Mandinga (forma radial e impresa) y Dando y Dando son
patrimonio vivo, cotidiano del haber político, social, moral y
humanista de la República Bolivariana de Venezuela, y como tales no
pueden cesar su aparición en nuestros medios tan simple (y mucho menos
misteriosamente).

La calidad y valor ético intrínsecos para la Nación de tales
programas no debe ser siquiera objeto del menor comentario, siendo un
hecho evidente el de su respectiva popularidad y contribución al
desarrollo de la consciencia nacional. Estos programas hablan por sí
solos, sin traducciones, y el reflejo de su carácter positivo puede
corroborarse en el pueblo.

Aquello que de forma evidente representa lo mejor de nuestra patria y
nuestro actual proceso revolucionario, como lo son algunas de sus
mentes más útiles, Alberto Nolia y Tania Díaz, no mendiga examen alguno.

En pleno ejercicio de nuestro derecho esperamos, de forma expedita e
inaplazable, una aclaratoria exhaustiva acerca de la desaparición de
estos irremplazables espacios de opinión.


xavierpadilla@9online.fr




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Xavier Padilla


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