Cáscara Amarga 802

Jugar kikirijuiki

Jugar kikirijuiki. El jugar al kikirijuiki, es el jugar al engaño, el jugar a la trampa. A mas y a más, el jugar el kikirijuiki, al engaño exclusivamente y en especial en las relaciones amorosas. El jugar kikirijuiki, asina también, a según el diccionario venezolano: Perverso juego en el cual una persona que se la da de vivaracha termina jodiendo a unos cuantos pendejos. El jugar al kikirijuiki, en especial en las relaciones amorosas. Y, endenantes, al poeta Maleo, el poeta William, le dijera, que poeta que no levante una mujer bonita no es poeta. Y, asina es, respondiera el poeta Maleo, a soto boche y en voz bajita. Y, ambos poetas, comentaran la jugarreta del pelotero venezolano Ildemaro Vargas, campo corto de los Nacionales de Washington, que fuera out y quieto, en jugada de corri y corri, y, no de batin corri. Y, la jugada fuera de kikirijuiki, por el pelotero Ildemaro, de la picardía y la viveza criolla, el jugar caribe como se dice a los peloteros del caribe de Puerto Rico de la República Dominicana y de la República Bolivariana de Venezuela. A mas y a más, pero y empero, del juego de la pelota en pelota en el beisbol de grandes ligas, en donde los venezolanos descuellan y descollan. Y, vino lo de los amores en pelota del poeta Maleo, y, el jugar el kikirijuiki, en que le jugaran al engaño al poeta amoroso lejano de la carne momia. Y, al engaño exclusivamente y en especial en las relaciones amorosas. Y, el poeta, contestara, en alta voce, a aquellos inmensos cachos insomnes, que en la partitiva misión pertinente, que en el amor en el poeta siempre ha de estar presente y como si fuera al igual que la figura significativa medular estable profunda del amor que al poeta preocupa que el poeta procura que al poeta ocupa que el poeta busca, de entre cachos y tocos, dolores en que ha de haber, y, como decía un poeta de Tinaquillo de Cojedes, sometido a la costumbre consentida consuetudinaria comprometida, que es la forma eufemística paradójica metafórica de escurrir el bulto poético en la poesía para no ir, al nunca te quejes y al nunca expliques, de la inquisitiva policía investigativa penal del poeta William del jugar kikirijuiki.

Con digresión y sin digresión, jugar kikirijuiki. El jugar al kikirijuiki, es el jugar al engaño, el jugar a la trampa. A mas y a más, el jugar el kikirijuiki, al engaño exclusivamente y en especial en las relaciones amorosas de vivarachos y de pendejos, que fuera en jugada de out y de quieto, en jugada de corri y corri, y, no de batin corri. Y, la jugada fuera de kikirijuiki. Como quiera que y supuesto que en verdad ha de haber mas y más de mil cuatrocientos millones de habitantes en la Tierra, liderados por los países de la India y de la China. Y, uno se pregunta cuantas jugadas de kikirijuiki, se han de estar cometiendo en esta hora en el aquí y en el ahora en el hoy que es siempre todavía, uno nunca sabe. Y, cuantas jugadas de kikirijuiki, al engaño exclusivamente y en especial en las relaciones amorosas, en el aquí y en el ahora, en el hoy que es siempre todavía, en yo no sé cuantas vueltas de la Tierra sobre su eje y de la traslación de la Tierra alrededor y entorno al Sol, considerado el Sol el puntico putico medular del compás escolar. O sea, de las jugadas de kikirijuiki de la pelota redonda del beisbol a las jugadas de kikirijuiki de la pelota redonda terráquea de la Tierra, achatada en los polos y abultada en el ecuador, y, entre el suelo y el cielo, las cuatro patas de la cama de las jugadas de kikirijuiki. Y, eso, solo y sólo, quizás y sin quizás, aun y aún, en nuestro sistema solar de nuestra galaxia la Vía Láctea, uno nunca sabe si mas y si más allá de nuestro sistema, esos seres propincuos a la vida como en la Tierra en donde es curvada la luz a 300 mil kilómetros por segundos, duermen en camas de cuatro patas y si existen los cachos y los tocos en jugadas de kikirijuiki. Agora ahora hogaño, échele lápiz con el mismísimo lápiz del compás de los entornos y contornos de cachos y tocos, de la puntica putica límbica límite libre liberada de las limitaciones del compás escolar. Y, hemos de caer, a buen seguro, en lo de Walt Whitman, que el amor lo contiene todo, en el sostenido jugar kikirijuiki en el jugar al kikirijuiki, es el jugar al engaño, es el jugar a la trampa de los tramposos universos. Y, viénesenos encima el sino destino camino de los cominos comidos, como lo del cuento del cacho é vaca de Rosa María, y, en un adiós al amigo, caer en lo paradójico de los trillados universos, dolor de cabeza para la NASA, el universo expansivo einsteiniano de luz curvada contra los postulados de Euclides a 300 mil kilómetros por segundos propincuo a la vida como en la Tierra de Albert Einstein de 1919 de aquel eclipse total de sol de 1919 con que se demostrara la teoría especial de la relatividad y la teoría general de la relatividad de Albert Einstein de la teoría del campo unificado y el universo contractivo maleoiano de luz tragada en línea recta euclidiana de Euclides a mas y a más de 300 mil kilómetros por segundos en que una línea recta euclidiana aquí solo y sólo aquí, es la menor distancia que existe entre dos puntos conque el doctor Caldera aquí y solo y sólo aquí sacudiera a Pedro Pablo Aguilar de Copei. Desintegrado Pedro Pablo, fuérase a la retaguardia del partido. A mas y a más de 300 mil kilómetros por segundos no propincuo a la vida política como en como en la Tierra de Maleo 2001 de aquel derrumbe de las Torres Gemela Neoyorquinas de 2001, el 11 de septiembre de la Virgen de Coromoto en Venezuela, en nacieran los casos correlativos límite contradictorios caliginoso y surgiera la Filosofía de las 4E de Maleo del entendimiento de la estética ética espiritual. Como quiera que y como en verdad tiénese dicho y deténtase mentado cuántos cachos poéticos del hombre y de la mujer, no hubieran y no estuvieran estado ocurriendo sobre las cuatro patas de la cama de entre el suelo y el cielo, y, uno nunca sabe, lo de jugar kikirijuiki, entre cachos y tocos. Que dolores ha de haber. Que como decía el poeta de Tinaquillo de Cojedes, sometido a la costumbre consentida consuetudinaria, en la partitiva misión media estable pertinente profunda en que el amor whitmaniano todo lo contiene, de entre cachos y tocos, en pleno desarrollo, como que si fuera el lecho, el techo arrecho hecho en entera ejecución, el kikirijuiki, el amor en el poeta siempre ha de estar presente entre cachos y tocos, de entre despachos y despechos con guayabos con Los Panchos. Mas y más, el jugar al kikirijuiki, es el jugar al engaño, el jugar a la trampa. A mas y a más, el jugar el kikirijuiki, el jugar al engaño exclusivamente y en especial en las relaciones amorosas de vivarachos y de pendejos, que fuera en jugada de out y de quieto, en jugada de corri y corri, y, no de batín corri. Y, la jugada fuera de kikirijuiki del amanecer con alguien. En felino jaguar jugar kikirijuiki.

Con divagancia y sin divagancia, en felino jaguar jugar kikirijuiki. Y, esta cándida pandora perola perorata panglosiana de entre vivarachos y de pendejos, de entre vivarachas y de pendejas, de entre trampas y confianzas, de entre engaños y honradeces, de entre honestidades y deshonestidades, de entre cachos y tocos, de entre out y quieto, y, siempre la cándida paraulata cantarina cojedeña de entre nube con agua y nube sin agua, que se orina de llovizna en mi rancho que se llora en Cantaclaro de San Carlos de Cojedes, del que coges y no dejes, del día de Santa Helena, el 13 de agosto de 2023, la cándida paraulata cantarina cojedeña en la página web de La Iguana TV: https://www.laiguana.tv/articulos/1159944-venezolano-ildemaro-vargas-video-quieto/ : "Era out cantado: Venezolano Ildemaro Vargas jugó kikiriwiki a lanzador de Oakland y quedó quieto. No batió jonrón, pero corrió. El venezolano Ildemaro Vargas fue protagonista este sábado de una pícara jugada durante el juego Nacionales de Washington y Atléticos de Oakland. A la altura del segundo episodio el criollo bateando a la zurda sonó un rodado directo al lanzador Luis Medina. Lo que parecía un out cantado terminó siendo quieto en primera. El abridor se confió y el criollo corrió con intensidad en los metros finales de la inicial para finalmente terminar quieto y llevarse los aplausos de los fanáticos que asistieron al National Park de Washington." Agora ahora hogaño, el jugar kikirijuiki, ha salida a luz por lo del pelotero Ildemaro Vargas, campo corto de los Nacionales de Washington, de entre los casos correlativos límite contradictorios caliginosos de entre de entre vivarachos y de pendejos, de entre vivarachas y de pendejas, de entre trampas y confianzas, de entre engaños y honradeces, de entre honestidades y deshonestidades, de entre cachos y tocos, de entre out y quieto. De entre out y quieto, casos correlativos límite contradictorios caliginoso de Maleo 2001 y de la Filosofía de las 4E de Maleo 2001 del entendimiento de la estética ética espiritual, en que ha de estar la figura significativa medular estable profunda del ampáyer natural y el ampáyer electrónico de la inteligencia artificial en el beisbol, que ha de ser la resolutiva optimalidad pretendida sin apelaciones de lo convenido. Y, fuera el bar la inteligencia réferi artificial contra la inteligencia réferi natural, como le dicen en el futbol, lo que determinara definitivamente la jugada. Y, Ildemaro Vargas, campo corto de los Nacionales de Washington, de entre los casos correlativos límite contradictorios caliginosos de entre de entre lo vivaracho y lo pendejo, de entre la trampa y la confianza, de entre el engaño y honradez, de entre honestidad y deshonestidad, de entre out y quieto, en el bar de Miguelito en San Carlos de Cojedes, se canta, quieto. Asina que Ildemaro Vargas, burla burlando y a la chita callando, robóse en la jugada al bar de la inteligencia artificial y al bar de la inteligencia natural. Como un niño prodigio electrónico español, burlara la inteligencia. Y, también se diría que, Ildemaro Vargas, campo corto de los Nacionales de Washington, cruzó la frontera de Alfonso Álvarez de entre el límite límbico frontero del out y el quieto como si fuera de entre el consciente y el inconsciente, en jugada de jugador jaguar jugar kikirijuiki.

Si el jugar jaguar jugador kikirijuiki, la comentaran la jugarreta del pelotero campo corto de los Nacionales de Washington, el venezolano Ildemaro Vargas, que fuera out y quieto, en jugada de corri y corri, y, no de batin y corri. Y, la jugada fuera de kikirijuiki, por el pelotero Ildemaro, de la picardía y la viveza criolla, el jugar caribe como se dice de los peloteros del caribe de Puerto Rico de la República Dominicana y de la República Bolivariana de Venezuela. Entonces sea dicho que, jugar jaguar kikirijuiki, es también nombrar las relaciones amorosas. Ergo vergo sea dicho que el poeta, contestara, en alta voce, a aquellos inmensos cachos insomnes. Que la figura significativa medular estable profunda del poeta preocupa ocupa busca, de entre cachos y tocos. Que dolores ha de haber. Que como otro poeta de Tinaquillo de Cojedes, de entre cachos y tocos, sometido a la costumbre consentida consuetudinaria, en la partitiva misión media estable pertinente profunda en que el amor whitmaniano todo lo contiene. Que de entre cachos y tocos, en pleno desarrollo, que como que si fuera el hecho en entera ejecución, el kikirijuiki. Que el amor en el poeta siempre ha de estar presente entre cachos y tocos. Que Ildemaro Vargas, campo corto de los Nacionales de Washington, burla burlando y a la chita callando, robóse en la jugada al ampáyer bar de la inteligencia artificial y al ampáyer bar de la inteligencia natural. Que como niño prodigio electrónico, Ildemaro Vargas, campo corto de los Nacionales de Washington, burlara la inteligencia artificial. Que Ildemaro Vargas, campo corto de los Nacionales de Washington, de entre los casos correlativos límite contradictorios caliginosos de entre vivarachos y pendejos, de entre vivarachas y pendejas, de entre trampas y confianzas, de entre engaños y honradeces, de entre honestidades y deshonestidades, de entre cachos y tocos, de entre out y quieto, cruzó la frontera de Alfonso Álvarez en el límite límbico fronterizo de entre el out y el quieto en jugada jaguar jugador kikirijuiki.




 



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Miguel Homero Balza Lima


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