La maldad de las sanciones

Se ha dicho que, la brevedad en la manera cómo se expresan los pensamientos es una virtud. Pues, Dios quiera que, además de la brevedad, la claridad en la exposición de los mismos, caractericen mi escrito actual.

Hemos reiterado varias veces, que los trabajadores han sido quiénes han aportado más a la recuperación de Venezuela y quiénes han padecido más, y continúan padeciendo, por las llamadas "sanciones" del gobierno de Estados Unidos contra Venezuela. ¿Cómo adquirir conciencia del inmenso costo que estas sanciones provocan entre los venezolanos, particularmente, entre los venezolanos trabajadores y sus familias y, entre ellos, los más pobres? A desarrollar este propósito, se orientan las ideas que busco exponer acá:

1. Las sanciones provocan una disminución considerable de los ingresos disponibles por la Nación. Para adaptarse a esta disminución de los ingresos nacionales, se ha utilizado el mecanismo de reducir y mantener en niveles excesivamente bajos los ingresos de los trabajadores. Este mecanismo se ha extendido por demasiado tiempo. Los trabajadores y sus familias han pagado como nadie, entonces, la caída de los ingresos nacionales derivados de la explotación de la industria petrolera, industrias básicas e incluso otras empresas nacionales. Las sanciones en su sevicia han afectado incluso la posibilidad de hacer uso de la moneda extranjera y el acceso a los mecanismos de crédito, cambio, comercio y transferencias bancarias.

2. Los perjuicios causados por las sanciones no solo se miden en términos económicos, sino que debemos medirlos, sobre todo, principalmente, en el deterioro de las condiciones sociales de los venezolanos. En este ámbito, los daños pueden extenderse por generaciones. El daño ocasionado en términos de aumento de la pobreza, limitaciones al acceso de alimentos y otros bienes básicos, dificultades para encontrar empleos y salarios dignos, fomentan la migración, obligan a muchos niños y jóvenes a abandonar los estudios y, otras veces, también el hogar. Las sanciones han afectado igualmente el acceso a medicamentos e insumos básicos para la salud, entre otros, hasta vacunas, medicamentos para diabéticos, enfermos de la tensión, cardíacos y otros enfermos graves. Estos problemas no sólo afectan a los venezolanos actuales -que ninguna culpa o responsabilidad tienen- sino que se extienden a los venezolanos del mañana, afectando las posibilidades del país y de millones de familias por años.

3. Las sanciones han impedido el acceso a repuestos e insumos esenciales, lo que ha afectado servicios básicos como el transporte, la electricidad, el agua... Lo que también genera otros graves problemas y limitaciones.

Bueno, por estas y otras razones, las sanciones son malvadas y nadie tiene derecho a solicitarlas o imponerlas. Las sanciones son un crimen, un crimen contra la humanidad. Un crimen masivo contra todo un pueblo.



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Rodolfo Magallanes

Profesor del Instituto de Estudios Políticos de la UCV

 magallanucv@gmail.com

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