Guaidocidio

Reza el refrán que "nadie aprende en cabeza ajena". "El poder corrompe" dijo Felipe González, siendo Primer Ministro de España, cuando descubrió la pudrición en el Psoe.

Para este mes se estarían cumpliendo cuatro años desde que aquel estólido personaje de la oposición, decidió de la noche a la mañana, juramentarse en una plaza pública como Presidente encargado de la República Bolivariana de Venezuela, lo que se hubiera interpretado como una estupidez propia de cualquier loco, de no ser porque minutos después el gobierno de Donald Trump lo reconociera como gobierno interino. Dándole respaldo a todas las barbaridades, histéricas, cantinfléricas y profundamente corruptas de aquel gobierno que nombró ministros, canciller y cualquier cuchufleto que asumiera un cargo en alguna parte de los países que lo reconocieron, pero eso sí, que le entregaran su tajada. Por cierto, alguno de ellos al menos cultos y de reconocida trayectoria, que nunca se entendió porqué se habían prestado a semejante desatino. Ese oscuro ingeniero de La Guaira a quien le dio por interpretar el artículo 233 de la Carta Magna como le dio la gana, y que, tras ser reconocido por algunos gobiernos, logró congelar los fondos del país en cuentas en Estados Unidos, Inglaterra, Suiza o Portugal, para que al final llegaran las denuncias por prácticas corruptas, falta de transparencia y acusaciones entre ellos mismos porque no recibían una tajada del pastel.

Todos lo sabíamos y lo dijimos, se robarán todo y no harán nada. Terminarán peleándose por el pastel. Son más títeres de Estados Unidos que los títeres de la Cuarta República. Terminarán haciéndole mucho al daño al país. Y así fue. Citgo es una empresa muerta, las 31 toneladas de oro que Inglaterra se quiere coger, Monómeros necesita de mucha inversión para reiniciar operaciones, y por ahí se va. Pero ya no le sirve a Estados Unidos, por eso aceptó que la oposición le diera un golpe de Estado. Y la oposición más bien quiere echárselo a los leones. Terminó ganándose el odio de todos los partidos opositores, incluyendo el suyo propio.

Y, además, financió varias operaciones para hundir al país en la violencia, como el supuesto intento de golpe de Estado desde Altamira, o aquella Operación Gedeón con mercenarios contratados y entrando desde Colombia; que por cierto fueron apresados por unos pescadores con pistolitas. Que cosas tan bucólica y folclórica a la vez.

Ahora es un Don Nadie con mucho dinero fruto de la corrupción. Y cuando deba enfrentarse a las leyes, de seguro no tendrá Estados Unidos para que lo defienda. "Así paga el diablo" decían en mi pueblo.

 

 



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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