Salvación

Hace un tiempo atrás, al principio de esta etapa del proyecto de vida que empezamos a desarrollar; escribí por esta vía, una nota que titulé CULTURA DE COMBATE https://www.aporrea.org/actualidad/a20075.html


(Está colgada en la página, por si alguien quiere comparar) Lo planteado en el escrito no es un pensamiento esnobista asumido a alguna posición personal; quien tenga duda de lo planteado en la nota referenciada, que haga un ejercicio de memoria y comprobará; que nada es exagerado, con relación a lo que sucedía hace 15 años y lo que está sucediendo ahora.


La cultura burguesa, con sus tentáculos y códigos falso, están dominando; donde la superficialidad forma parte de un plan.


Palabra más y menos; ahí en esa nota digo, que la cultura revolucionaria, no puede estar en manos de los que manejan los mismos códigos arrastrados de la IV, que solo representaban una cultura de cuantificar asistencia.

Si volvemos atrás; tenemos que recordar, poniendo en la balanza lo mostrado y preguntarnos cómo activistas de este proyecto ¿Es eso lo que nos llevará a poseer una herramienta que permita mantenernos en el tiempo? ¡Qué ha cambiado desdé el tradicional palito mantequillero o el sebucán! (sin menospreciar los actos culturales que le imponen a los niños en el colegio para hacer entretenimientos escolares) en contraste con la que necesitan los adultos en revolución: que no es más, que la cultura de formación, la de pensar, la de cuestionar formas de vida burguesa y los valores que hay que tener como arma revolucionaria.

¡Porque no asumimos y planteamos de una vez! que la cultura para aportar en la revolución, no es esta desalmada que estamos arrastrando: y de una vez por todas, enfrentar con contenidos que aporten para darle consistencia al pensamiento crítico y entender lo que corresponde en la cultura revolucionaria, tiene que ser compromiso y no una copia burda de las imposiciones foráneas que han estado deformando y alienan a nuestros habitantes, poniéndolos a seguir vicios impuestos por sistemas alienantes.

La cultura en un proceso revolucionario: por obligación debe estar en función de la formación (aunque nadie cambia por obligación) y no del dogma, como hacen los sistema capitalistas que necesariamente con la industria forman adeptos para sustentar sus desviaciones: la cultura revolucionaria es una recopilación y realce de principios ancestrales que reafirman valores que permiten, aceptar y aceptarse en las dificultades; pero para avanzar en la búsqueda del vivir viviendo y la mayor suma de felicidad posible, entendiendo que el equilibrio, nos da posibilidad de seguir construyendo, sabiendo que, PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS y HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.
SIN PATRIA NO QUIERO VIDA.
HAZTE CONCIENCIA.



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Antonio Machuca

Actor y militante revolucionario

 machucamelo@cantv.net

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