Memorias de un escuálido en decadencia

Símbolos

¡Viva el Rey, carajo! Así tenemos que salir a gritar por todas las calles del país. La dictadura acaba de cambiar de un solo coñazo, el escudo, el himno, y la bandera de nuestra Santiago de León de Caracas, sí, así debemos llamarla de ahora en adelante, Santiago de León de Caracas, para que se arrechen los chavistas. Un escudo que viene desde 1500 o 1700, una vaina con tradición, historia y querencia, la única vaina que ha perdurado en este país, y estos grandes carajos llegan y sin consultarlo a uno que forma parte de nuestra adorada Santiago de León de Caracas, vienen y zas, los cambian por una vaina rara donde aparece Simón Bolívar, y está bien que aparezca, pero no ese dibujo que pareciera que no tiene nada que ver con el Bolívar que uno ha conocido toda la vida, siempre viendo de frente, y ahí está viendo para la izquierda, y después ponen allí a un negro, o afrodescendiente, como le dicen ellos, aunque parece una mujer, pero eso se presta a dudas, pero bueno, con esa gente todo se presta a dudas. Y después está un indio, nosotros que habíamos pensado que ya habíamos salido de esa gente, viene la dictadura caraqueña y nos impone un indio en ese escudo. Con ese escudo no sale nadie a pelear en ninguna parte, ni de vaina, se raya el que salga con eso en la mano. Y hay dos pajaritos. Uno que es la guacamaya, que nadie sabe de dónde carajo llegó ese pájaro, y el otro parece que es un turpial, así que, pájaros de mal agüero en mi casa, yo no los quiero.

Nos ha cambiado un montón de vainas esta dictadura. El caballo del escudo nacional lo domesticaron y lo pusieron a ver para donde les dio la gana. Y la autopista del compañero Francisco Fajardo, ahora la llaman Guaicaipuro. Es que no se les salva nadie. También le quitaron el nombre del ilustrísimo Rómulo Betancourt a la autopsita de oriente, y no me echen más cartas, carajo. Y del himno de Santiago de León de Caracas, coño, ¡del himno!, parece que lo escribió un carajo al que nadie conoce, y que según dicen no ha compuesto un carajo, sino descompuesto todo lo que le ponen por delante. Quitaron el himno del compañero Chelique Sarabia, ¡Chelique! Una obra que debía permanecer allí como ejemplo del legado -una palabra que le gusta mucho a los chavistas- de ese gran músico y compositor margariteño, autor de Ansiedad, una obra conocida e interpretada en todo el mundo y más allá, y vienen estos carajos y nos ponen un himno descompuesto por un desconocido, no me jodan. Y de la Bandera, mejor es no decir nada. Con los dos anteriores es suficiente para que nos pasemos penando durante todo lo que nos queda de vida en la adorada Santiago de de León de Caracas, porque uno busca lleno de esperanzas el camino de los sueños, y se encuentra con esta bagatela...

"No hay derecho, carajo"- dice el papá de Margot cuando escucha la noticia de que Santiago de León de Caracas tiene nuevos símbolos. "Es verdad que uno no se sabe el himno de Chelique Sarabia, pero esa vaina se respeta. Y esa bandera parece más bien una de esas banderitas que ponen en los cotillones que dan en las fiestas de cumpleaños de los carajitos. Y del himno mejor no canto nada. Coño, un poquito de respeto por favor". Y se va al cuarto y agarra la puerta y le mete ese coñazo tan duro, que la vecina sale gritando: "Cámbiame la musiquita, gran carajo"

-Yo no sé lo que vale mi vida.- Me canta Margot



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Roberto Malaver

Periodista y escritor. Niega ser humorista, a pesar de algunas evidencias que indican lo contrario. Co-moderador del popular programa "Los Robertos", al cual insisten en llamar "Como Ustedes Pueden Ver". Co-editor del suplemento comico-politico "El Especulador Precóz". "Co-algo" de muchos otros proyectos porque le gusta jugar en equipo.

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