Cáscara Amarga 546

Entendimiento y espiritualidad en Tomás Browne

El entendimiento y la espiritualidad en Tomás Browne, y, decir entendimiento y espiritualidad, es hablar de la filosofía de las 4E de Maleo 2001, del entendimiento y la estética ética espiritual, mas y más, en Tomás Browne. Tomás Browne, nació en Londres el 19 de octubre de 1605 y murió en Norwich el 19 de octubre de 1682, médico y escritor inglés, mostraba su amplia formación en diversos campos, empero y pero, a mas y a más, en la medicina, como en la religión, en la ciencia y en lo esotérico. Tomás Browne, autor de La religión del médico (Religio medici), escrita quizás en 1635, obra de introspección personal del escepticismo y el razonamiento científico con la fe y la revelación, análoga a Los ensayos de Montaigne, con excelentes consideraciones sobre la religión, pero que fue incluida su obra, la de Tomás Browne, en el Index de Roma por sentar el derecho a orientarse con las luces de la razón cuando la Iglesia y las Escrituras no resuelven. La estética es el arte llevada por la perfección de natura, de la naturaleza. La naturaleza hizo un universo mundo espaciotemporal y la persona estética artística, hizo otro. Mi persona, mi propio yo, mi yo interior, mi propiedad espiritual racional, nadie puede censurar o condenar a otro, porque nadie, mi persona, no conoce perfectamente al otro, decía el esotérico artífice médico londinense, Tomás Browne. Y, a lo que nos trae el entendimiento y la espiritualidad en Tomás Browne, es porque y para expresar el manifiesto de la espiritualidad de la Iglesia Católica y el Index de Roma. Tomás Browne del entendimiento y de la espiritualidad, de la filosofía de las 4E de Maleo 2001. La estética ética espiritual y el entendimiento en Tomás Browne, casos correlativos límite contradictorios caliginosos Maleo 2001, de los valores teóricos y de los valores prácticos, en equilibrio dinámico dialéctico difuso y al través y en de por medio por la calle de en medio, el medio maleoiano profundo Maleo 2001. Equilibrio dinámico dialéctico difuso, que en Tomás Browne, existiera ya en 1635, que es la equilibrada fidedigna balanza browneiana, que es el sube y baja en equilibrio del parque párvulo infantil de Tomás Browne, que es la armonía tensiva simultánea contradictoria de Heráclito, que es el camino medio budaiano, entre el nihilismo y el eternalismo, entre el dolor y el placer, entre samsara y nirvana. Ahora agora hogaño, la espiritualidad y el entendimiento estético ético de la Iglesia Católica, y, estamos ubicados en el renacimiento en Tomás Browne, y, ya en la edad media Santo Tomás de Aquino, ya, había cristianizado a Aristóteles, y, déjase ver a la Iglesia Católica, en el principio del tercio excluso aristotélico. Y, a buen seguro que si la Iglesia Católica hubiera corrido la suerte del equilibrio entre tercio excluso de Aristóteles (367 a. C– 347 a. C.) y el tercio incluso de Maleo 2001. A buen seguro que hubo de haber existido, el equilibrio del entendimiento y la espiritualidad. Y, a buen seguro que al médico británico esotérico, Tomás Browne, jamás de los jamases, nunca jamás, hubiera sido expulsado de la Iglesia, por su sabia convocatoria de sostener el equilibrio entre la Iglesia y las luces de la razón, tanto como entre las Escrituras y las luces de la sabiduría. Y, a buen seguro que el poema de Jorge Luis Borges, Religio Medici, 1643, no existiría, ni estuviera, este cura ignaro raro cleuasmo asno, hablando del entendimiento y la espiritualidad en Tomás Browne.

Con digresión y sin digresión, el entendimiento y la espiritualidad en Tomás Browne, viene del poema de Jorge Luis Borge, Religio Medici, 1643:

Defiéndeme, Señor. (El vocativo

no implica a Nadie. Es sólo una palabra

de este ejercicio que el desgano labra

y que en la tarde del temor escribo).

Defiéndeme de mí. Ya lo dijeron

Montaigne y Browne y un español que ignoro;

algo me queda aún de todo ese oro

que mis ojos de sombra recogieron.

Defiéndeme, Señor, del impaciente

apetito de ser mármol y olvido;

defiéndeme de ser el que ya he sido,

el que ya he sido irreparablemente.

No de la espada o de la roja lanza

defiéndeme, sino de la esperanza.

Con divagancia y sin divagancia, el entendimiento y la espiritualidad en Tomás Browne, aquí en este poema de Borges, están y existen como contenidos que contiene el continente, la filosofía de las 4E de Maleo 2001, presente, la filosofía de la espiritualidad ética estética y el entendimiento. Contenidos como el entendimiento y la espiritualidad en Copérnico, en Bruno, en Galileo, en Tomás Browne, en Montaigne, en Lorenzo Páez Pérez, en Albert Einstein, en Werner Heisenberg en Jorge Luis Borges, en Stephen Hawking, en Mohammad Hashem, y, en tantos otros con un entendimiento y una espiritualidad avanzada y equilibrada en el medio maleoiano profundo de Maleo 2001, de todos los casos correlativos límite contradictorios caliginosos, que mi memoria raquítica fugaz no logra tocarlos ni alcanzarlos, y, solo y sólo, a mas y a más, logra atocar, con mi memoria raquítica fugaz, mediante la estética de Jorge Luis Borges, a tan grande entendimiento y espiritualidad en Tomás Browne.

Con concordancia y sin concordancia, el entendimiento y la espiritualidad en Tomás Browne, y, el defiéndeme Señor… Defiéndeme de mí…Defiéndeme Señor…de la esperanza. Aquí, el entendimiento y la espiritualidad tanto como natura y persona, tanto como lo consciente y lo inconsciente, tanto como el exceso y el defecto, tanto como la tesis y la antítesis. Y, el entendimiento y la espiritualidad en Tomás Browne, entre dios y la persona, entre la esperanza y la desesperanza, entre el sufrimiento y el gozo, entre el samsara y el nirvana, entre el nihilismo y el eternalismo, entre lo humano y lo divino, entre lo justo y lo injusto, entre lo hermoso y lo horrible, entre la belleza y la fealdad, entre lo bonito y lo feo, entre los valores teóricos y los valores prácticos, entre los valores cuantitativos y los valores cualitativos, entre los valores teológicos y los valores cardinales, entre los valores jerarquizados y los valores polarizados, entre el teorema directo y el teorema indirecto de Pitágoras y Sócrates, entre la certidumbre y la incertidumbre, entre la determinación y la indeterminación, entre la convicción y la no convicción, entre lo visible y lo invisible, entre la partícula y la onda, entre la materia y la energía, entre el campo electromagnético y el campo gravitatorio, y, tantos aspectos armónicos límbicos antagónicos ambiguos de la catedral catacresis y el templo oxímoron cleuasmo quiasmo rio heraclitoiano de las plurales palabras pareadas paradójicas, de la forma figurativa geométrica algebraica del ser y no ser, del algo y de la nada, de la enciclopedia védica upanishad sánscrita, de la modernidad ilustrada originaria, en que han abrevado abrevan y abrevaran todas las espiritualidades estéticas éticas y los entendimientos, en el ser y el no ser, en el algo y la nada, y, al través y en de por medio por la calle de en medio, el medio maleoiano profundo, la teoría del campo unificado einsteiniano, la teoría holística unificada einsteiniana, el centro universal unificado teilhardiano, el medio Dios profundo, el medio sanpabloiano abismal, entre el suelo y el cielo, entre el fontanero y el fuego, entre el exceso y el defecto tanto como entre el entendimiento y la espiritualidad en Tomás Browne.

Si entre el entendimiento y la espiritualidad en Tomás Browne, ha de estar el medio tomasbrowneiano profundo de equilibrio dinámico dialéctico difuso. Entonces sea dicho que entre el entendimiento y la espiritualidad en Tomás Browne, ha de estar, al través y en de por medio por la calle de en medio, el medio maleoiano profundo 2001, la teoría del campo unificado einsteiniano, la teoría holística unificada einsteiniana, el centro universal unificado teilhardiano, el medio Dios profundo, el medio sanpabloiano abismal. Ergo vergo sea dicho que ni Dios, ni los Vedas, ni Buda, ni Heráclito, ni Pitágoras, ni Sócrates, ni San Pablo, ni Copérnico, ni Bruno, ni Galileo, ni Newton, ni Tomás Browne, ni Montaigne, ni Lorenzo Páez Pérez, ni Albert Einstein, ni Werner Heisenberg, ni Jorge Luis Borges, ni Stephen Hawking, ni Mohammad Hashem, no fueron no han sido y nunca jamás serán extremistas exclusivos estagiritas, como si lo fueron Aristóteles, Santo Tomás de Aquino, y, lo es desgraciadamente y actualmente desastroso aristotélico imperialista capitalista neoliberal George W Bush, del, de ellos, o estás conmigo o estás con mi enemigo, y, o estas con la Iglesia o estas con los enemigo de la Iglesia, y, nunca han sido medio maleoiano profundo 2001. Ergo vergo sea dicho que es un San Benito de siglos, que la Iglesia Católica ha de sacudirse con el Papa Francisco. Ergo vergo sea dicho que el medio maleoiano profundo 2001, es equilibrio dinámico dialéctico difuso como si lo fuera el fiel de la fidedigna balanza de Tomás Browne entre el entendimiento y la espiritualidad.

 



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Miguel Homero Balza Lima


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