¡Con Putin o Biden venezolanos fregados!

Si algo nos han deparado más de dos décadas de chavismo ha sido alcanzar niveles impensables de dependencia externa, no producimos ni nuestra comida, ni la gasolina que consumimos, mucho menos nuestras medicinas, repuestos… prácticamente, el socialismo del siglo XXI ha sido la profundización de todos nuestros problemas históricos, más la generación de otros mucho peores.

Aquello de "patria, soberanía e independencia" fue solo un slogan cacofónico, mientras se vociferaba a los cuatro vientos el país, en líneas generales, se hacía menos patria (menos hogar, desnaturalizado), menos soberano, invadido peligrosamente por cubanos, chinos, ahora rusos, etc. Y dependiente in extremis de importaciones, dicho sea de paso, con controles dotados del mejor oscurantismo.

Hoy, que la guerra toca la puerta, no cualquiera sino una con dimensiones mundiales, nos enfrentamos con que Venezuela es solo un triste peón en el panorama internacional, ni siquiera podemos valernos de nuestro potencial energético para fijar posición, la quiebra de Pdvsa por corrupción y decidía hace nos arrodillarnos ante las pretensiones rusas, estadounidenses, chinas o cualquier otra, menos las nuestras.

Todo se complica cuando lo que se negocia no es a favor del bienestar de los venezolanos, sino de la élite gubernamental y sus cómplices. No olvidemos, la crisis venezolana no tiene orígenes económicos, sino políticos, aderezada por toda una gama inagotable de irregularidades administrativas, no en vano los especialistas señalan a nuestro socialismo del siglo XXI como la peor corrupción del planeta luego de la segunda guerra mundial.

Mientras los venezolanos andamos dispersos con el Covid, con la nefasta invasión rusa a Ucrania u ocupados en cómo sobrevivir, el chavismo no descansa, anda concretando, junto a sus colaboradores, las presuntas primarias opositoras de cara, aunque parezca inaudito, las presidenciales 2024. Demás está decir, nadie distinto a este show será convalidado por las instituciones psuvizadas, será otro proceso al margen absoluto de la ley y la democracia.

Ahora bien, el reciente acercamiento de Biden y Maduro posee muchas aristas, entre ellas, Estados Unidos trata de evaluar la factibilidad de contar o no con petróleo venezolano, después de todo, compra a Rusia menos del 10% del que necesita. Por ende, podría flexibilizar sanciones, a fin Pdvsa comience prontamente levantar producción. Ello es una jugada nada dócil para el mundo político norteamericano, ni para nuestra región, pues de la mano del chavismo, Venezuela hace tiempo dejó de ser un país pro occidente.

Otro escenario: Ante las presiones políticas e incomodidad occidental, la administración de Biden ceda, viéndose obligado a revitalizar el interinato de Guaidó, a fin de coadyuvar un gobierno aliado a occidente en nuestro país, aunque muchos no lo crean pudiera ser un escenario factible.

Este destino manifiesto será nuestro karma hasta tanto el país no sea dirigido por hombres de Estado, que se desvivan para que podamos disfrutar al máximo nuestras garantías constitucionales, nuestros derechos, nuestras libertades ¿Por qué? Porque nuestro "potencial" no son las inagotables riquezas ni bellezas naturales, somos los venezolanos y mientras los controles, racionamientos, condicionantes e imposiciones nos asfixian, el país se destruye, tanto que más del 20% ha preferido emigrar con todo lo que eso implica. Venezuela necesita una dirigencia política que nos haga entrar en el siglo XXI, hemos sido arrastrados a mentalidades y episodios históricos superados por la humidad, los cuales solo trajeron pobreza y destrucción... Basta de repetir mismas fórmulas, mismos fracasos.

 

 

 



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Leandro Rodríguez Linárez

Politólogo / Analista político / Articulista de opinión, con más de 1.200 artículos publicados nacional e internacionalmente.

 leandrotango@gmail.com      @leandrotango

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