Cuento o razón

En el carnaval te comía el tigre

El chubasco había iniciado terminando la madrugada y siguió en la mañana y el periodista Juancho Marcano, quien tenía pensado ir temprano para el conuco y a hacer unas diligencias para Porlamar, optó por observar un rato el aguacero y disfrutar de la alegría del paisaje y las sonrisas de las plantas que las abrazaba la lluvia y ésta parecía contenta por las caricias que les ofrecía a las matas.

El jardín también estaba alegre y las ixoras empezaron a abrir sus flores como una ofrenda a la lluvia, mientras que las calas y las orquídeas se agazapaban entre sus hojas, esperando que escampara y así empezar el proceso de brindar sus inefables capullos al sol.

El reportero se ubicó en la sala y ahí empezó a leer las noticias del día y los mensajes en su celular, y respondía a aquellos que así lo ameritaban, mientras tanto el perro Pipo, estaba a su lado y más allá estaba el gato Rocky, echado en una silla de extensión, sin pensar lo que estaba pasando en el mundo.

En la emisora comunitaria, que oía Juancho, radiaron la canción colombiana El Tigre, y cuando el periodista, oyó: "Tú lo que quieres que me coma el tigre"; se recordó de aquellos carnavales de su niñez, y le dijo a su perro: "Mira, Pipo, yo recuerdo que cuando yo era niño, hubo aquí en la Tacarigua de Margarita, unos carnavales que por no estar de acuerdo una parte del pueblo con la decisión del jurado, en la elección de la reina, se formó un alboroto y se puede decir que esa vez el pueblo se dividió y hubo entonces dos reinas, la que ganó a través de los votos del jurado y la otra que coronó un sector que estaba convencido que ella había sido la ganadora. Pero ¿por qué te recuerdo esto? Pues esa canción del Tigre que está sonando en la radio, estaba de moda y eso era lo que se escuchaba tanto arriba como abajo en el pueblo: "Tú lo que quieres que me coma el tigre/ mi carne morena…". Y eso carnavales eran buenísimos".

El perro, escuchó con atención las añoranzas del periodista, dio muestras que había entendido y se dirigió a la cocina, donde estaba María, la esposa del periodista, quien viendo esto, siguió leyendo las informaciones en su teléfono y sumergido en el camino de la nostalgia.



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Emigdio Malaver

Margariteño. Economista y Comunicación Social. Ha colaborado con diferentes publicaciones venezolanas.

 emalaverg@gmail.com      @Malavermillo

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