Hotel Wynham impone régimen de playa privada en la Isla de Margarita

El pasado domingo 27 de diciembre salimos a disfrutar del sol que se sobrepuso a las nubes y con ganas de pasar un grato momento familiar nos embutimos en el carro los cuatro muchachos mi esposa y yo y nos dirigimos a playa Concorde.

La playa, tan hermosa como siempre. Ahora embellecida por un magnifico aparataje inflable en el medio de la playa, dispuesto para el disfrute de niños y no tan niños (no pregunté precio pero oí que rondaba los diez dólares la media hora; si es mucho o poco eso depende del bolsillo de cada quien y la verdad lo veo como el repunte de la Venezuela bonita que todos merecemos)

La playa repleta de desde el principio hasta casi el final y ese "casi hasta el final" es el motivo de mi nota de hoy. En un momento de frescura del sol, salimos a caminar mi esposa y yo y disfrutamos el caminar entre bañistas ocupando la totalidad de los toldos de playa. Repleto el local de la punta oeste de la playa, dónde se encuentran las más frescas y mejores pataecabras de toda la isla, lo mismo para las tripaeperlas con la cerveza en su punto; también repletos los dos locales de las empanadas, la licorería de la entrada. Lo que antes fue un bar ahora es una tasca de playa muy elegante pero abierta a quien desee pasar un buen rato. En fin una zona oeste llena de música, gente, alegría y sano esparcimiento.

Así disfrutando de la playa y su arena blanca emprendimos recorrido hacia la parte este, pasando por el restaurant (cuyo nombre no recuerdo) pero que debe tener tantos años como la misma playa y que siempre se luce con su música en vivo, desde llanera hasta salsa, pasando por el vallenato y la ranchera, cuyos cantantes son generalmente uno solo con un micrófono y una pista. Disfrutamos el paso frente a ellos y así seguimos el camino con la idea de llegar a las piedras del final de la bahía, dónde acostumbramos dar la vuelta reglamentaria.

Pues no, no fue posible seguir el camino ya que ahora ese tránsito está prohibido por la administración del antiguo hotel Concorde, ahora Hotel Wyndham. Para los caminantes tienen un vigilante, uniformado con radio en mano advirtiendo a los transeúntes que el paso frente a los huéspedes del hotel está prohibido y conminado a regresarse por donde vino, en paz y sin protestas. Y si quieres burlar al vigilante pasando a nado tampoco es posible pues pensaron en todo y con eso en mente colocaron una maya con flotadores que impiden el paso a nado de quien lo intente.

Eso contraviene lo establecido en el artículo 50 de nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que ampara el libre tránsito e incluso expone que cuando este sea restringido por alguna acción siempre debe quedar el paso libre por alguna vía alterna.

Nuestra legislación ampara, protege y garantiza el acceso público a las playas, desde el ya mencionado articulo 50 de la constitución, pasando por el artículo 12 del texto constitucional aprobado luego de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999 que rescata de forma expresa para uso y disfrute de los venezolanos y venezolanas las costas marinas al establecer el dominio público sobre estas.

Si nos vamos al artículo 9 de la Ley de Zonas Costeras publicada en la gaceta Oficial No. 37.399, nos encontramos que "todo el espacio acuático adyacente a las zonas costeras y la franja terrestre comprendida entre la línea de más alta marea hasta una distancia no menor de 80 metros…son del dominio público de la República". Los artículos 29 y 30 de esta Ley amparan el aprovechamiento privado de estas zonas siempre y cuando la actividad no colinde con la declaratoria de dominio público.

¿Quién controla las actividades en los espacios acuáticos y las zonas costeras? Todos los involucrados en la actividad que se desarrolle tienen un rol, así el municipio dará cierta perisología, lo mismo el estado, las organizaciones sanitarias, bomberos; en fin todas las autoridades competentes (con competencia en el área según los mandatos, no necesariamente las competentes que hacen bien lo que les corresponde, mucho menos las incompetentes que no supervisan). Pero la permisología máxima, para las actividades en las mencionadas zonas, es competencia del Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos (INEA) según lo establecido en el artículo 10 de la Ley General de Marina y Actividades Conexas, cuya autoridad se ejerce a través de las Capitanías de Puerto de cada circunscripción.

Mi llamado a las autoridades de la Capitanía de Puerto de Pampatar, y a las organizaciones que puedan tener interés en colaborar para subsanar ese abuso de parte de la administración del Hotel Wyndham en Margarita, cuya actividad es por supuesto bienvenida, pero debe estar enmarcada en la leyes de la república que prohíben la segregación, el racismo y cualquier actividad que de manera directa o indirecta pretenda dividir a nuestra sociedad en ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda, por cualquier motivo o bajo cualquier pretexto y mas allá de eso que actúen expresamente en forma contraria a normas constitucionales.

Playa Concorde, dónde se encuentra el Hotel Wynham ha sido la playa por excelencia donde recalaban la inmensa cantidad de veleros que frecuentaban nuestras costas en tiempos pasados y que seguramente volverán cuando esta tormenta pase. Por cierto que observé con beneplácito varios yates y lanchas deportivas fondeadas frente a la costa dándole una imagen de prosperidad a la bahía, espero que los administradores del Hotel Wynham no vayan a dividir también la zona de fondeo en Yates para el este y peñeros para el oeste.

A poner el ojo autoridades. Que reciban un Feliz año 2022, que florezcan las actividades comerciales y que la unión entre los venezolanos sea el factor común de este resurgir de la patria donde cabemos todos.

 



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Oscar Jiménez


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