El Gran Negocio de la Pandemia

El temor a la muerte hace que muchas personas se les olviden que la vida es la antesala de lo que ocurrirá tarde o temprano. Se comienza entonces una serie de cultos, ritos, plegarias, oraciones, en fin elementos sobrenaturales que nada tienen que ver con el fenómeno biológico que significa la muerte.

El temor a la muerte con lo de la pandemia se ha convertido en un negocio de lo más lucrativo. Diversas trasnacionales desde la industria de los alimentos hasta las farmacéuticas, pasando por la de los ataúdes o crematorios, vienen haciendo ganancias gigantescas con eso del miedo a la muerte. Pero quienes están ganando más dinero con eso del miedo a morir son las sectas, religiones y toda esa industria  ligada a prometer una vida después de muertos. Es un negocio redondo. No hay mejor negocio que prometer algo después que se muera. Por diversas razones las personas prefieren evadir la realidad ofreciendo a un ser de otra dimensión lo que por sí mismos no son capaces de enfrentar.

La escuela fracasa ante tan enorme industria de las religiones, cultos sectas u  otras entidades. Aquella clase de tercer año de biología se olvida: “los organismos vivos, nacen, crecen, se reproducen y mueren”. En cada rincón del mundo hay algún carajo haciendo dinero a costilla del miedo a la muerte. Es un gran negocio que cuenta con una gran industria de la publicidad por la redes.  Nuestra cultura occidental está preñada del temor a Dios, un Dios que se nos impuso a punta de espadas y enculamientos, de sangre y epistemicidios, aun así se sigue creyendo que la vida se sostendrá por el aliento de no sé qué cosa, advenida de un Dios que permite que las vacunas se tengan que pagar, que las mascarillas también y que mientras tanto hay que dar el diezmo o la limosna.  El mundo al revés. Bienaventurados los que mueren porque así no seguirán siendo estafados.

Otra de las industrias prósperas es la ligada a la matraca. Vemos con estupor como policías, militares con la excusa de mantenernos en casa se adueñan de la calle y hacen los que les place. Vulneran nuestros derechos como ciudanos. Se aprovechan una vez más del miedo para seguir jodíendonos; mientras tantos los coquis hacen de las suyas porque a final de cuenta los dos bandos policía, militares  y ladrones juegan para el mismo equipo.

Mientras la ignorancia cobije el territorio de la ciudadanía los pillos  y malandrines harán negocios del miedo, unos con la religión y otros con el uniforme.



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Isidro Camacho

Isidro Osvalinoc Camacho Manzano Docente Universitario, Profesor a dedicación exclusiva UNELLEZ-VPDS Barinas.

 osvalinoc@gmail.com

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