Descubrir la verdad, sin importar a dónde nos lleve

Quien desapasionada y objetivamente haya leído y analizado el artículo anterior («Es tiempo de "lavar la ropa sucia" dando la cara»), no albergará la menor duda de que en los años inmediatamente posteriores al 13º Congreso (marzo de 2007), las predominantes corrientes chavistas dentro del PCV continuaron –de manera complaciente y seguidista– defendiendo y justificando las concepciones socialreformistas de su «comandante».

Asimismo, quien tenga incluso nociones básicas de marxismo-leninismo acerca de: el papel de la clase obrera como el sujeto histórico; la necesidad de un partido revolucionario de vanguardia; el carácter de clase del Estado; la lucha de clases; y la imprescindible toma del poder para instaurar la dictadura del proletariado, transformar las relaciones de producción e iniciar el tránsito hacia el comunismo (cuya primera fase es el socialismo); habrá evidenciado que los discursos y enfoques de los principales organismos y cuadros nacionales de dirección del PCV, al reproducir los planteamientos de su «líder de la revolución», eran antagónicos con los fundamentos marxistas-leninistas.

De igual manera, todo lector habrá constatado que –después de irse al PSUV en 2007 los principales exponentes de una línea liquidacionista del PCV como organización–, las cabezas de la corriente chavista que se quedó dirigiendo, promovieron en todos los niveles de la estructura del PCV –y a escala nacional e internacional– la equivocada sobrevaloración y la perjudicial legitimación del papel, la figura y las concepciones de Chávez, de su reformista «revolución bolivariana» y del diversionista «proyecto político estratégico» que levantó.

Todo lo cual fue equivalente a liquidar la esencia genuinamente revolucionaria y de vanguardia del PCV, y contribuyó a la confusión y distracción del proletariado y las masas trabajadoras de Venezuela, Latinoamérica y el mundo, alejándolos de sus genuinos intereses de clase y de sus históricos objetivos de lucha.

Hacia el final del mencionado artículo se puntualizó el repunte que tuvieron en el PCV las posiciones genuinamente comunistas con la aprobación de la «Línea Política» del 14º Congreso (agosto de 2011), en la que se hizo una «re-caracterización del proceso en curso en nuestro país», tras más de 12 años de gestión de Chávez y un año y medio antes de su muerte.

Entre las conclusiones que se destacaron de este trascendental documento, se encuentra que «los cambios ocurridos en estos años son resultado, en gran medida, de una práctica social-reformista», y que «La esencia del Estado burgués en nuestro país no ha sido alterada. Las modificaciones introducidas a partir de 1999, […] están enmarcados en un proyecto reformista.»

Pero, también se señaló que empezó a gestarse una contraofensiva de las cabezas de la corriente chavista dentro del PCV, una contraofensiva que fue incrementándose paulatinamente, «copando espacios, torciendo voluntades, coartando iniciativas y cercando a muchos que en los últimos 10 años lamentablemente se vieron obligados a dejar de militar.»

Por eso, al redactar uno de los documentos de discusión que se aprobó en la 13ª Conferencia Nacional del PCV (agosto de 2014), a pesar de jugarretas de esa corriente, quedó sentado que: «debe mantenerse una permanente vigilancia revolucionaria y una intransigencia en el cumplimiento de los principios y los Estatutos del Partido, porque, en mayor o menor medida, presenta expresiones de la lucha de clases que se libra en la sociedad», y que «las mejores armas frente a retrocesos y desviaciones son la fortaleza ideológica y la claridad del proyecto político, que se expresan en la consecuencia y la vigilancia revolucionaria, diariamente, en la lucha, los objetivos, las normas, los métodos y los principios.»[1]

Pero, el debate que esa misma Conferencia aprobó, para que se abriera en las páginas de Tribuna Popular, acerca de las claramente enfrentadas visiones internas –entre marxistas y chavistas– sobre la economía política, sólo alcanzó a ver dos ediciones[2] hasta que el Buró Político decidió acallarlo.

ENTRE BASTIDORES

Sería extraordinariamente extenso detallar cientos de otros «entre bastidores» que demuestran la contraofensiva de los exponentes de esa corriente y que atestigua quien suscribe.

Sin embargo, al menos como abreboca de próximas publicaciones, se muestra a continuación una sucinta selección de ilustradoras intervenciones a lo largo de un año en reuniones del Buró Político (BP) y Plenos del Comité Central (CC), y se ofrecen excusas por adelantado debido al ocasional pero obligatorio empleo de la primera persona del singular en los casos que corresponde:

El secretario de Organización, a finales de enero de 2016, planteó en el BP que debíamos adelantar «una ofensiva para ganarnos al chavismo revolucionario, para reconquistar los espacios»[3], a lo que le repliqué la inconveniencia de que se quiera seguir «casando nuestro destino al de este proceso».

A mediados de febrero de 2016, el secretario general, al hablar en el BP acerca del muy referenciado proyecto de entonces, «Bloque Popular Revolucionario» (BPR), dijo que: «La casi totalidad de esos sectores se identifican como chavistas y con el legado de Chávez», que «no debemos poner problema con temas que nos son de principio», y que el BPR debe ser «un frente que permita aglutinar esas corrientes»[4]; a lo que objeté: «No debemos condicionar el BPR al chavismo».

Dos semanas después, intercambiando en el BP sobre los temas para la rueda de prensa, el secretario de Organización se lanzó: «Deberíamos decir que el Partido se plantea rescatar el legado de Chávez, en lo económico, político y social; no tanto para el público en general, sino para las fuerzas más consecuentes»[5], lo cual evitamos que se hiciera.

Durante el desarrollo de esa reunión, el mismo personaje, al presentar la propuesta para el acto por el 85º aniversario del PCV, indicó que se iniciaría con «el himno nacional de Chávez», a lo que me opuse argumentando que «Debemos marcar todas las diferencias posibles con el PSUV y con el Gobierno. Hay aspectos simbólicos, y el himno nacional cantado por Chávez es uno de los suyos, por eso no debemos usarlo nosotros». Varios opinaron a favor de la propuesta original, como el director general del instituto «ideológico» del Partido –que días antes había afirmado que «Chávez era lo más avanzado que tuvimos»[6]–: «Se es coherente o se es ambivalente. No entiendo que les produzca escozor el himno cantado por Chávez. En el CC se le dio un minuto de aplausos». Y al final se aprobó con 6 votos a favor, 1 en contra y 4 abstenciones.

Después, en mayo de 2016, el secretario general, sin el visto bueno previo de ningún organismo, abrió un Pleno del CC afirmando: «Tenemos la obligación de echar pa’lante el plan político del Partido, que es construir una poderosa fuerza que sea capaz de liderar las fuerzas del chavismo»[7]. En mi derecho de palabra, la argumentación contra ese enfoque la cerré así: «¿Quién es el culpable de la situación que estamos viviendo en el país? Chávez». Pero el susodicho insistió: «La base chavista es la que podemos movilizar»[8].

A poco más de un mes, iniciando julio de 2016, planteé en el BP dos temas álgidos: «Fue un error el proceso de expropiación de Chávez» y «La unidad cívico-militar no tiene contenido de clase y es una bandera de "el legado"»; aunque se baipaseó con la retórica de que: «No debemos hacer análisis descontextualizados»[9], y atropelladamente se aprobó: una comisión de tres (OFG, PAN, COF) para que trabajara «propuestas sobre unidad cívico-militar» –lo cual, como es usual con esas «Comisiones», nunca se cumplió–; oponernos a echar para atrás las expropiaciones; y, de paso, ir en alianza con Wills Rangel para las elecciones de la federación petrolera (FUTPV).

En la segunda mitad de ese mes, basado en la intervención de otro miembro del BP, señalé otros dos temas que les produjo urticaria: «Tenemos 10 años de retraso en "confrontar y deslindar" con el Gobierno», y que «Sí, hay desánimo en la militancia, de dos tipos: los chavistas, por una parte, y por la otra los que se preguntan ¿Por qué no nos diferenciamos del chavismo? ¿Es por un Gobierno revolucionario o por un PCV reformista?».

En su primera intervención, el secretario general ripostó –intentando encubrir su disgusto–: «No veo este proceso en blanco y negro, que todo lo que se hizo ha sido malo o bueno. Verlo así no tiene en cuenta el análisis dialéctico, sin verlo a la luz de la lucha de clases»; pero en su tercera intervención ya no aguantó para sacar a relucir su conocido tono destemplado: «Con Chávez no había posibilidad de construir nada, a menos que se rompiera con Chávez, y aquí nadie planteó romper con él, puede ser que lo pensara, pero no lo planteó. Para que no nos rasguemos las vestiduras ahora»[10]. Fue un intercambio sin ninguna resolución.

Pero dos días después, el secretario general, en lo que debía ser el informe orgánico del BP, al abrir un Pleno del CC dijo: «Todos estos procesos han sido socialdemócratas, que no evolucionaron hasta marxistas y menos marxistas-leninistas. Chávez es parte de esos socialdemócratas de izquierda, sólo que no tuvo el tiempo físico para dar ese salto»[11]. Naturalmente me tocó hacerle una doble corrección: «A los personajes hay que analizarlos por lo que hicieron en vida, por cómo se comportaron, no por lo que uno piense que pudieron llegar a ser. Chávez murió socialdemócrata. Eso de que "no tuvo tiempo" de hacerse marxista, no es planteamiento del BP».

A principios de noviembre de 2016, volvió a insistir en el BP el secretario de Organización: «Hay que reivindicar el legado patriótico, antiimperialista y revolucionario de Chávez»[12]; teniendo nuevamente que increpar ese contrabando: «Esa reivindicación de "el legado" sólo cala en el "chavismo radical", pero es un discurso vacío, basado en demagogia, populismo y clientelismo».

Tres días después, otra vez, en lo que debía ser el informe orgánico del BP, al inicio de un Pleno del CC, el secretario general emitió su opinión personal: «Se quiere desmontar el modelo chavista. No podemos seguir con ese prurito, hay que reconocerle a cada quien lo que hizo»[13].En esta oportunidad mi intervención se concentró en defender «el cumplimiento de la "Línea Política" del 14º Congreso [2011]», en contraposición a la reivindicación del «modelo chavista» y al empleo del término «revolución» –empleado por un miembro del Zulia en su intervención– para hablar del proceso en curso en nuestro país.

Para justificar la «incapacidad de alcanzar los objetivos planteados», en la aplicación de «Línea Política», el secretario general discurrió sobre las condiciones objetivas y subjetivas, y que en estas últimas estaba «el peso de Chávez, que determinaba la conducta de amplios colectivos, politizados, pero que respondían al liderazgo de Chávez»[14].

En la segunda quincena de enero de 2017, el secretario general, a pesar –o quizá por eso– de que para ese momento se acercaba a 21 años en el cargo–, de nuevo utilizó lo que debía ser el informe orgánico del BP para emitir referencias y opiniones personales al abrir un Pleno del CC: «De la muerte de Chávez a la fecha, la calidad de vida ha empeorado», y que con miras al 15º Congreso (que debió realizarse dos años antes) debíamos plantearnos «ser factor de unidad de lo más avanzado de las fuerzas del país», definiendo «Cuál es el discurso para las masas chavistas; porque es con esas masas que avanzaremos»[15].

Me correspondió responderle, sobre lo primero: «eso reivindica la defensa de "el legado", porque se idealiza la situación que se vivía durante el gobierno de Chávez, incluyendo sus últimos años, en los que no había ni papel higiénico», y sobre lo segundo se le increpó: «¿Asumimos que lo más avanzado son "las masas chavistas"? Es una definición que ni siquiera tiene un carácter de clase».

Aunque mucho mejor fue la intervención de uno de los seres más coherentes que he conocido, con una mente brillante y lúcida, que –seguramente por todo lo que representa– ha sido muy injusta e interesadamente vilipendiado a lo largo de varios años por un mediocre y atornillado establishment: «Es increíble que hasta ahora todavía no nos hemos dado cuenta colectivamente de que esta situación tiene su origen hace 10 años. Hasta ahí habían cosas para apoyar al gobierno de Chávez, pero desde 2007 empezaron a darse las cifras. El endeudamiento, del que tanto habló Figuera, no fue con Nicolás Maduro, sino en 2007 a 2013. Ningún gobierno impulsó la producción nacional, incluido Chávez. […] no es que la culpa es de la burguesía o del gobierno, sino de la burguesía y del gobierno. Esa disyuntiva es falsa. El gobierno de Chávez estuvo al servicio de la burguesía […]».

Y, bueno, el secretario general, en su extensa intervención, volvió a aquello de «Hacer análisis contextualizado, siempre»; luego, pretendiendo desprestigiar a la persona en vez de combatir las ideas, un vedado ataque a quienes en tono peyorativo llaman «los intelectuales»: «Si no hay práctica, no se hace síntesis con la teoría»; para finalmente, reforzando la quimérica contradicción «chavismo-antichavismo», insistir: «Hay que trabajar también la franja de los chavistas decepcionados, los chavistas no maduristas […]. No sé si alguno de los que plantearon lo de las "masas chavistas" se referían a otras fuerzas, pero no será en la oposición donde sacaremos apoyo»[16].

CARADUREZ PÚBLICA

Legítimamente, muchos lectores –excepto los aludidos y quienes conozcan al autor en su vida política–, podrían dudar de la escrupulosidad del registro personal de quien suscribe, aunque con cierta facilidad encontrarían algunos centenares de militantes y exmilitantes que con honestidad la corroborarían e incluso reconocerían que más de una vez se utilizaron estos apuntes con valor probatorio para dilucidar en organismos de dirección controversias acerca de fechas, términos y conceptos exactos discutidos o aprobados.

De todas maneras, el que hace 15 años era el principal vocero, lo sigue siendo, por lo que también se encuentran declaraciones públicas de meses recientes, en las que se constata una continuidad con respecto a posiciones ya vistas en el presente y en el anterior artículo.

Sí, lamentablemente también se evidencia que la contraofensiva emprendida fue para hacer retornar al otrora glorioso y combativo PCV al lugar en el que lo tuvieron la primera década del siglo XXI y buena parte de la segunda, como furgón de cola de un proyecto reformista; para volver a imponer diversionismo ideológico, seguidismo acomodaticio y silencio cómplice ante la práctica socialreformista de un gobernante referencial para el «progresismo»; y para reivindicar el «proyecto político histórico levantado por Chávez».

En agosto de 2020, el secretario general afirmó: «Nosotros, una de las cosas que estamos reivindicando es recuperar el curso nacional liberador del proyecto histórico venezolano. Lo que se está haciendo en Venezuela hoy, con el presidente Nicolás Maduro, no se corresponde con el proyecto histórico venezolano que encabezó el presidente Hugo Rafael Chávez Frías, y que nosotros compartimos. No voy a hacer comparaciones con AD, con Copei, con Betancourt, con Caldera… no, la comparación nuestra es con Chávez, el proyecto histórico nacional liberador, que pudiera abrirle perspectivas a la construcción del socialismo, que levantó Chávez […]. Por tanto, no somos nosotros los que nos estamos alejando del proyecto estratégico y programático, […] ese proyecto estratégico y programático que Chávez encabezó, que nosotros acompañamos y que nos identificamos con él.»[17]

En septiembre de 2020 enfatizó su canon para evaluar la gestión del actual presidente de la República: «con el gobierno que preside el compatriota Nicolás Maduro Moros […] en la política nacional tenemos grandes diferencias, y tenemos grandes diferencias porque, según nuestra apreciación, hay un retroceso inmenso en lo que fue la política que durante el gobierno del presidente Hugo Rafael Chávez Frías se desarrollaron, y que el Partido Comunista acompañó desde 1998»[18].

En octubre de 2020 el seguidismo chavista ya rozó el ridículo, cuando, al tiempo que se reivindica el «proyecto estratégico y programático» de Chávez y su gobierno, se argumenta «el quiebre» con Maduro porque éste no aplicó «cambios importantes en la dirección del proceso» y «la urgencia de la rectificación» que orientó «el comandante»: «cuando nosotros evaluamos el gobierno del presidente Maduro hoy, nos encontramos que desde el momento que él asumió el gobierno, parece que había un plan de desmontar lo que había hecho Chávez. […] el presidente Nicolás Maduro perdió un tiempo precioso, aproximadamente tres años o tres años y medio, después que Chávez dijo que había que dar un "golpe de timón", después que Chávez reconoció crítica y autocríticamente que había que introducir cambios importantes en la dirección del proceso […]. Ahí empieza el quiebre, porque ahí no se toma en cuenta la orientación del presidente Chávez de la necesidad y la urgencia de la rectificación, que era urgente, Chávez lo dijo»[19].

Una semana antes de las elecciones parlamentarias del 6D, ante una agencia internacional de noticias, después de meses mostrándose indignado por el incumplimiento gubernamental del único compromiso que ha suscrito con el PCV cualquiera de los dos presidentes del chavismo[20], le rebajó la importancia para jerarquizar «el legado»: «Nosotros consideramos que el gobierno encabezado por el presidente Nicolás Maduro viene desarrollando una política contraria a lo que fue el acuerdo y el compromiso del presidente Hugo Rafael Chávez Frías. Más que este Acuerdo [unitario marco PSUV-PCV], más que lo que firmaron con nosotros, lo que hay una deriva totalmente contraria a lo que fue el compromiso del presidente Chávez con nuestro pueblo y a lo que era la política que venía aplicando el presidente Chávez.»[21]

A inicios de diciembre de 2020, se inventó que la definición política de «Confrontar, deslindar y acumular fuerza para avanzar», en enero de 2016, se trazó «cuando vimos que el cuadro que se estaba desarrollando desde el gobierno nacional iba en una dirección contraria a lo que fue lo convenido y orientado por Chávez, en su momento»[22], «una política que ya no es la que expresó Chávez; […] rompieron con la línea del proceso revolucionario venezolano, ellos se alejaron de este proceso, se alejaron de lo que fue el acuerdo con Chávez», y que «hemos determinado que la orientación que está desarrollando el gobierno no está en correspondencia con lo que fue el compromiso asumido por el presidente Chávez.»

Al día siguiente, en una poco disimulada idealización fetichista de Chávez, una «veneración supersticiosa por el pasado» –en palabras de Marx–, y una rebuscada justificación a los estruendosos fracasos de su gobierno, señaló que: «muchos de los proyectos de Chávez, que tenían que ver con la industrialización, con todo lo que Chávez planteó de construir en Venezuela la fábrica de fábricas […]; todo lo que Chávez se propuso en el terreno agrario y campesino […], todo ese esfuerzo que se hizo; a nivel de la recuperación de grandes latifundios; […] todo ese esfuerzo fue saboteado por esos sectores, que estaban al lado de Chávez. […] las Comunas no lograron avanzar en la perspectiva que se planteaba el presidente Hugo Rafael Chávez Frías»[23]; que cuentan con «una importante comprensión en lo que podríamos denominar los "núcleos populares de base chavistas"», y que si la línea del Gobierno «es la que nos ha separado hoy, que es una línea distinta a la que se comprometió el presidente Chávez con nuestro pueblo y que no ellos están respetando, bueno, obviamente no será posible que andemos juntos».

Pasados dos días de las elecciones parlamentarias (6D), ratificó: «El gobierno y la dirección del partido de gobierno rompió con nosotros, rompió con el pueblo, rompió con el proyecto estratégico que levantó Hugo Rafael Chávez Frías. Nosotros estamos siendo consecuentes con ese proyecto. Si ellos se apartan de ese proyecto, si rompen con ese proyecto, obviamente nos alejamos»[24], y recordó que le plantearon al PSUV cambiar la política nacional, para «colocarla de nuevo en el rumbo de los intereses del pueblo y de la liberación nacional, que fue lo que planteó Chávez en su momento»[25].

El 9 de diciembre, en extensa entrevista, con una buena dosis de simplismo, desde el inicio resumió que la histórica crisis del capitalismo dependiente y rentista de Venezuela «logró tener una respuesta en los tiempos del presidente Chávez», pero que «se ha agudizado esa crisis en los tiempos del presidente Nicolás»; además de que «Hay una decisión del gobierno nacional de transitar un rumbo distinto a lo que fue el proyecto originario, levantado por el presidente Hugo Rafael Chávez Frías»; que la APR «se plantea impulsar procesos de reagrupamiento de las corrientes populares, revolucionarias, de izquierda, de los núcleos de base chavista»[26]; que desde el Gobierno avanzan «procesos de deslinde de ese sector con el proyecto revolucionario realmente estratégico que encabezó Hugo Rafael Chávez Frías».

ACLARANDO EL CAMINO

Muy probablemente, a estas alturas, más de un buen camarada se sienta decepcionado, estafado, enojado o confundido. Pero, como resaltamos en un artículo anterior, citando al astrofísico y divulgador científico Carl Sagan: «hay que "buscar la verdad, sin importar a dónde nos lleve", y que "para encontrarla, necesitamos imaginación y escepticismo", cuidando de "distinguir la especulación de los hechos"»[27]

Quien desapasionada y objetivamente haya leído y analizado el presente texto, habrá podido despejar cualquier duda acerca de que la tan pomposa «confrontación y deslinde» en estos tiempos frente al madurismo –y no desde hace 15 años frente al conjunto de las concepciones e influencias del reformismo chavista–, es bastante superficial y bastante tardía, además de bastante demagógica.

Asimismo, se va despejando y aclarando el camino para que asumamos sin temores ni complejos los imprescindibles correctivos en políticas y cuadros, con miras a emprender la reconstrucción revolucionaria que lleve al PCV a cumplir su misión histórica como combatiente de vanguardia.

No queriendo abusar más de la extensión de estas líneas ni del tiempo del lector, corresponderá dejar para un próximo texto lo referido a la muy reciente 15ª Conferencia Nacional del PCV, la cual está plagada de vicios antiestatutarios desde su convocatoria y todo su proceso preparatorio, además de constituir la más cercana pretensión de darle un barniz de pseudo-legitimidad a la «línea» de reivindicar el socialreformista «programa nacional liberador» encabezado por Chávez.


[1] «La organización marxista-leninista», 13ª Conferencia Nacional del PCV, 8 al 10 de agosto de 2014.

[2] Tribuna Popular, Nº 242 (XI Época), 4 al 24 de septiembre de 2014; y Tribuna Popular, Nº 243 (XI Época), 25 de septiembre al 15 de octubre de 2014.

[3] Perfecto Abreu N., en reunión extraordinaria del BP (23 de enero de 2016), en intervención de 18min.

[4] Oscar Figuera G., en reunión del BP (15 de febrero de 2016), en intervención de 15min, con tiempo establecido de 5min.

[5] Perfecto Abreu N., en reunión del BP (29 de febrero de 2016).

[6] Carlos Ojeda F., en reunión extraordinaria del BP (19 de febrero de 2016).

[7] Oscar Figuera G., en el 32º Pleno del CC (21 de mayo de 2016), en «Informe político» de 1hr 39min.

[8] Ibidem, en intervención final de 39min.

[9] Oscar Figuera G., en reunión extraordinaria del BP (5 de julio de 2016).

[10] Oscar Figuera G., en reunión del BP (18 de julio de 2016), en tercera intervención (11min 32seg), habiéndose aprobado dos.

[11] Oscar Figuera G., en el 33º Pleno del CC (20 de julio de 2016), en «Informe político» de 1hr 29min.

[12] Perfecto Abreu N., en reunión extraordinaria del BP (2 de noviembre de 2016).

[13] Oscar Figuera G., en el 34º Pleno del CC (5 y 6 de noviembre de 2016), en «Informe político» de 3hr 6min.

[14] Ibidem, en intervención de 52min, con tiempo establecido de 10min.

[15] Oscar Figuera G., en el 36º Pleno del CC (20 al 22 de enero de 2017), en «Informe político» de 1hr 45min.

[16] Ibidem, en intervención de 34min, con tiempo establecido de 10min.

[17] https://youtu.be/DPWQpAr-V9E?t=985, 23 de agosto de 2020.

[18] https://youtu.be/3XBeV8ZBbV4?t=1815, 28 de septiembre de 2020.

[19] https://youtu.be/U6YgaEV0r0o?t=1504, 3 de octubre de 2020.

[20] «Acuerdo unitario marco PSUV-PCV», 26 de febrero de 2018.

[21] https://www.youtube.com/watch?v=kZO7MpZ3tjg&t=182s, 1 de diciembre de 2020.

[22] https://www.youtube.com/watch?v=-8F-QGyEpWU&t=135s, 3 de diciembre de 2020.

[23] https://www.youtube.com/watch?v=FskGNRhMZ1E&t=834s, 4 de diciembre de 2020.

[24] https://www.youtube.com/watch?v=ShgnC8oNFic&t=497s, 9 de diciembre de 2020.

[25] https://www.youtube.com/watch?v=uyVUUjGaQUs&t=734s, 9 de diciembre de 2020.

[26] https://www.youtube.com/watch?v=t9c_JpqZfRY&t=802s, 9 de diciembre de 2020.

[27] «Contra la "catequización" del marxismo», 13 de julio de 2020.

a la "catequización" del marxismo», 13 de julio de 2020.



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Carlos Aquino G.

Dirigente del Partido Comunista de Venezuela PCV. Analista político. Periodista de investigación.

 caquino1959@gmail.com

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